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Frida Escobedo: la arquitecta prodigio a cargo de la ampliación del Metropolitan de NY
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ENTREVISTA

Frida Escobedo: la arquitecta prodigio a cargo de la ampliación del Metropolitan de NY

La mexicana, que fusiona tradición y modernidad en sus diseños, es la primera mujer seleccionada para hacer un pabellón del famoso museo

Foto: La arquitecta mexicana Frida Escobedo, durante la presentación de su diseño del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park. (EFE/Neil Hall)
La arquitecta mexicana Frida Escobedo, durante la presentación de su diseño del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park. (EFE/Neil Hall)

Frida Escobedo (Ciudad de México, 1979) podría considerarse una niña prodigio de la arquitectura, aunque parece que ese tipo de títulos le importan bastante poco. Es la primera mujer en haber sido seleccionada para diseñar el nuevo pabellón del Museo Metropolitano del Arte de Nueva York (el anuncio se hizo en 2022 y, a finales de ese año presentó las ideas), pero cuando se le pregunta qué siente al respecto se encoge de hombros con una sonrisa: "No lo pienso mucho. Hombre, desde luego me siento increíblemente privilegiada porque en la Universidad la mayoría de arquitectos que estudiábamos eran hombres" indica. "Y no es que no hubiera arquitectas, simplemente no estaban a la cabeza porque las oportunidades eran distintas".

Tenemos la oportunidad de hablar con ella porque ha visitado Madrid para asistir a la cumbre de Next In, organizada por Acciona Cultura, que reúne a personalidades del sector cultural para intercambiar ideas y explorar el futuro en museos, arquitectura, diseño, tecnología o sostenibilidad, entre otras. Escobedo comenzó su trayectoria a principios de los 2000 con distintos proyectos en su ciudad natal, donde también estableció su estudio (en 2022 abrió otro en la ciudad de Nueva York), y logró alcance global cuando fue nombrada para diseñar el prestigioso Serpentine Pavilion (Kensington Gardens en Hyde Park), que más que un diálogo con el entorno se asemeja a una ruptura, porque las obras de Escobedo parecen en muchas ocasiones de alguna manera cercanas a la escultura.

placeholder Vista del Pabellón de Verano durante la presentación a la prensa del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park, una estructura temporal erigida cada verano en este parque londinense, obra de Frida Escobedo, en Londres. (EFE)
Vista del Pabellón de Verano durante la presentación a la prensa del Serpentine Pavilion 2018 en Hyde Park, una estructura temporal erigida cada verano en este parque londinense, obra de Frida Escobedo, en Londres. (EFE)

"Hay una cuestión material de relación con las proporciones, el volumen, la textura, el color..." señala la arquitecta. "Quizá (Serpentine Pavilion) parece escultórica pero para mí es espacial. No distingo una línea muy clara entre una práctica más artística y la arquitectura más tradicional, hay un in between entre las arquitecturas más efímeras o abiertas en las que lo que se requiere es una atención a la experiencia, también hay gente que lo define por su nivel de practicidad. La arquitectura tiene que resolver problemas (y por supuesto debe ser social porque está hecha pensada en los individuos y el colectivo) pero también resuelve experiencias".

"La arquitectura debe resolver problemas (y ser social porque está hecha pensada en individuos y el colectivo), pero también resuelve experiencias"

Pero Escobedo no piensa solo con mentalidad de arquitecta, pues realizó su maestría en Arte, Diseño y el Dominio Público en la Graduate School of Design en Harvard, aunque no considera que eso sea algo fundamental en alguien que empieza a diseñar espacios: "Creo que depende mucho de lo que esté buscando la persona, ha habido grandes arquitectos que ni han estudiado arquitectura. La arquitectura es un campo superamplio y uno se puede dedicar a la academia, investigación, el diseño, la construcción... hay tantas ramas que depende mucho de si quieres especializarte o abrir otras vías", indica.

"Yo lo que buscaba en realidad no era especializarme en algo sino abrir el panorama. Había estado en México siete años y estaba muy cansada. Al final la arquitectura depende mucho del capital que haya y yo buscaba otras formas de pensar el espacio, y por eso cuando salió el programa en Harvard pensé 'ahora voy a poder conversar con gente que no es arquitecta, que son diseñadores, artistas'...", señala, dejando entrever otra de sus particularidades: la importancia que le da al diálogo a la hora de concebir un proyecto.

"Al enfrentarme a un proyecto converso mucho con mi equipo. Es como hacer terapia: no sabes qué sientes hasta que no comienzas a explicarlo"

"Siempre converso mucho. A la hora de enfrentarte a un proyecto este comienza con una imagen muy poco definida, hay cosas que intuitivamente sabes que tienes que hacer pero falta definición. Esta se va consiguiendo en conversación con el equipo, planteándonos cosas: qué nos puede enseñar el proyecto, por qué nos interesa hacerlo, para quién trabajamos, quién es el usuario final (que a veces no es el que comisiona la obra). Suena un poco como hacer terapia: no sabes lo que sientes hasta que no comienzas a explicarlo. Es entonces cuando empiezas a definir y a comprender los puntos de vista de los colaboradores, el cliente... contraponiendo una idea a otra. Yo no creo en eso de una única idea creadora, la práctica de la arquitectura es colaborativa", cuenta Escobedo.

Es irremediable observar una gran influencia de la cultura mexicana en la obra de la arquitecta (además de haber crecido con las típicas influencias europeas y norteamericanas, Escobedo menciona como referente el trabajo de la italobrasileña Lina Bo Bardi), que también fusiona tradición y modernidad.

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Hotel Boca Chica en Acapulco, de Frida Escobedo en colaboración con José Rojas. (Undine Pröhl/Jim Franco)

En cuanto a la primera cuestión, Escobedo la ve inevitable: "Uno es lo que observa y escucha, ve y digiere, la gente con la que se relaciona... estamos marcados, puede que haya una parte en la que vas en contra de muchas de las cosas con las que creciste, pero hay cosas que están asimiladas y que uno entiende como suyas. Existe la dualidad, estás en contra o a favor". Sin embargo, no tiene tan clara esa diferencia entre tradición y modernidad que tantos le atribuyen: "No creo que sea una cosa tensional. En México hay ideas que funcionan muy bien, que nos ayudan a anclarnos y a identificarnos con una cultura relevante y que sigue estando viva porque, ¿dónde comienza la tradición o la modernidad? Es continuo y es muy difícil separarlo".

"En México hay ideas que funcionan bien que nos ayudan a anclarnos y a identificarnos con una cultura relevante y que sigue estando viva"

"A la hora de diseñar hay muchas diferencias", señala también. "Cuando estás diseñando una casa particular hay ciertas expectativas y muchas aspiraciones personales, para una familia o una pareja. Es más peliagudo, pero si tienes un cliente interesante y una conversación enriquecedora, al final las experiencias en lugar de ser solo imágenes se convierten en atmósferas. Con los proyectos públicos todo es más complicado porque no sabes muy bien a quién estás dirigiendo el trabajo, es como una carta a un remitente desconocido. Pero al final también es muy bonito cuando ves que alguien está en el espacio que te habías imaginado, hay una conexión muy especial con el lenguaje o la conversación tácita que hay con alguien que no cruzaste palabra".

Escobedo es consciente de que las cosas están cambiando en el ámbito de la arquitectura, y asegura estar agradecida de que sea así. "A veces pienso que no cambian lo suficientemente rápido, existen todavía los techos de cristal, la maternidad juega un papel fundamental en desacelerar el crecimiento personal... pero son cosas que empiezan a ponerse sobre la mesa y a discutir y hay una mayor solidaridad para evitar estas situaciones", concluye.

Frida Escobedo (Ciudad de México, 1979) podría considerarse una niña prodigio de la arquitectura, aunque parece que ese tipo de títulos le importan bastante poco. Es la primera mujer en haber sido seleccionada para diseñar el nuevo pabellón del Museo Metropolitano del Arte de Nueva York (el anuncio se hizo en 2022 y, a finales de ese año presentó las ideas), pero cuando se le pregunta qué siente al respecto se encoge de hombros con una sonrisa: "No lo pienso mucho. Hombre, desde luego me siento increíblemente privilegiada porque en la Universidad la mayoría de arquitectos que estudiábamos eran hombres" indica. "Y no es que no hubiera arquitectas, simplemente no estaban a la cabeza porque las oportunidades eran distintas".

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