Las claves para que una caminata por la mañana te ayude por la noche

La actividad física, como caminar, es muy importante para controlar el peso, ya que ayuda a quemar calorías. Sin duda, un sencillo secreto para mejorar la salud física y mental. Por eso, agregando 30 minutos de caminata enérgica a la rutina diaria, se pueden quemar alrededor de 150 calorías más al día. Por supuesto, cuanto más se camina y más rápido será el ritmo, y más calorías se quemarán.

Pero, ¿es mejor caminar por la mañana, después de comer o por la tarde? Pues, según Michael Mosley, presentador del podcast ‘Just One Thing’ de la BBC, “cualquier forma de caminar al aire libre es beneficiosa porque te expone a la luz del día, pero salir crear el hábito de caminar la mañana alerta al cuerpo y al cerebro de que el día ha comenzado”.

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Nuestro cuerpo está diseñado para estar expuesto a la luz natural. Desde el momento en el que abrimos los ojos, estos emiten una señal al cerebro que controla el reloj biológico, es decir, el ciclo natural del sueño y la vigilia del cuerpo. En este sentido, la luz de primera hora de la mañana reduce la producción de melatonina, que es la hormona que nos hace sentir cansados y genera en nosotros la sensación de estar despiertos.

Regula el reloj biológico

De hecho, además de suprimir la melatonina, la luz adelanta el reloj biológico, así que cuando te quieres ir a dormir por la noche, tu cuerpo estará definitivamente listo para ello. A esto se une que ese reloj biológico te dirá cuando ir a dormir y cuando despertarte.

La luz natural controla el reloj biológico, es decir, el ciclo natural del sueño y la vigilia del cuerpo

Por eso, salir a caminar después de levantarse es el momento oportuno para mejorar los patrones de sueño. “Si tienes dificultades para dormir por la noche, puede ser que no estés recibiendo suficiente luz, especialmente por la mañana”, aseguró Mosley.

“Cuanto antes se exponga el cuerpo a la luz del día, será mejor el impacto en la cantidad y la calidad del sueño”, dijo el experto en salud. Incluso esta exposición a la luz reducirá la cantidad de veces que te despiertes durante la noche y así podrás dormir mejor más profundamente.

En los meses de invierno, los días son más cortos y recibimos menos luz del día, lo que puede desincronizar nuestros ritmos. Algunas personas pueden ver su estado de ánimo muy afectado, e incluso deprimirse. “Si no nos reiniciamos de manera efectiva por la mañana es porque no hemos tenido suficiente luz y el reloj biológico estará desfasado. Podemos sentirnos cansados y aturdidos”, afirmó Mosley.

Caminar rápido, mejor que caminar más

Asimismo, una tendencia reciente, impulsada por el uso de los relojes inteligentes que miden la actividad física, indica que caminar un mínimo de pasos diarios es bueno para la salud. “Contar los pasos con los dispositivos para monitorear es un buen indicador. Pero que no se pierda el mensaje: no todos los pasos son iguales, los pasos lentos no son tan buenos para ti como los pasos rápidos”, aseguró Marie Murphy, profesora de ejercicio y salud en la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte.

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Por esta razón, caminar rápido puede ser más importante que la cantidad de pasos que camines, ya que reduce significativamente, entre un 10 y un 20%, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la mortalidad y la mortalidad por cáncer.

“Rápido es que puedas sentir los latidos de tu corazón, que sientas que estás calentando y que estás respirando más rápido de lo normal, pero todavía estás lo suficientemente cómodo para mantener una conversación”, reafirmó Murphy. La intensidad sería la de poder hablar, pero sin poder cantar, alcanzando un ritmo cardiaco de entre los 100 y 130 latidos por minuto.

Las pautas dicen que las personas deben estar físicamente activas durante 30 minutos al día

“Las pautas actuales sugieren que las personas deben estar físicamente activas durante 30 minutos al día, así que se debe tratar de hacer unos 30 minutos al día de caminata rápida todos los días”, dijo Murphy, incluso varias veces al día sin que resulte cansado.