La forma más exitosa y eficaz de adelgazar (o de mantenerte en tu peso)

Deja de comer demasiado rápido o las posibilidades de sufrir sobrepeso aumentarán considerablemente. No cabe duda de que la manera más eficaz de perder peso pasa por modificar la alimentación. Y no se trata de ingerir menos, sino más bien de hacerlo mejor.

Un estudio realizado con 60.000 personas descubrió que aquellos que toman sus alimentos lentamente tienen un 42% menos de probabilidades de engordar que los que los ingieren rápidamente. La investigación, publicada en la revista 'BMJ Open', también recalca que cenar por lo menos dos horas antes de irse a dormir reduce el riesgo de padecer obesidad en un 10%.

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M. Palmero

Disfruta de la comida

Los expertos creen que masticar despacio, saborear cada bocado y tomarse un tiempo durante la comida podría ser la estrategia más beneficiosa para adelgazar. Si dejas unos 20 minutos aproximadamente para que el cerebro reciba el mensaje de que el estómago está lleno, acabarás teniendo éxito, Sin embargo, los que sigan haciéndolo sin tomarse las pausas correspondientes continuarán engullendo a pesar de estar saciados.

Las señales químicas que el estómago envía al cerebro para informarle de que se ha consumido la cantidad suficiente de alimentos suponen un intervalo de tiempo a tener en cuenta para aminorar el ritmo al que se ingiere. Así lo confirma un nuevo estudio de la Universidad de Kyushu en Japón, que descubrió que aquellos que comían rápidamente tenían 5,5 más probabilidades de desarrollar síndrome metabólico (SM) que aquellos que lo hacían despacio.

El metabolismo se ralentiza al final del día, por lo que comer demasiado tarde provocará que las calorías no se quemen cuando deberían

El SM es un conjunto de enfermedades que aumentan el riesgo cardiovascular, como niveles altos de glucosa, tensión arterial, triglicéridos en niveles elevados, HDL bajo (también llamado colesterol bueno) u obesidad abdominal. Los científicos aseguraron que "los que tardan menos en ingerir los alimentos pueden seguir más tiempo comiendo a pesar de haber consumido la cantidad adecuada de calorías, lo que puede contribuir al aumento de peso. Por el contrario, los que lo hacen despacio tienen mayor sensación de saciedad antes de ingerir cantidades excesivas".

No comas rápido

Otro estudio realizado en Grecia descubrió que comer apresuradamente disminuye la liberación de un determinado tipo de hormonas intestinales (GLP1 y PYY), responsables de producir la sensación de saciedad en el cerebro. La principal conclusión de este hallazgo fue que, a causa de la ingesta acelerada, la persona no consigue una sensación de saciedad con la porción adecuada de alimentos, sino que requiere una mayor.

Los investigadores afirmaron que cuanto mayor es el tiempo transcurrido desde el primer bocado hasta terminar el plato, bien sea un plato principal o un postre, mayor será la concentración de péptidos intestinales liberados. En consecuencia, la aparición de la sensación de saciedad se dará antes de que se hayan consumido cantidades excesivas.

Tam Fry, del National Obesity Forum, asegura a 'The Daily Mail' que "la velocidad a la que muchas personas devoran sus alimentos favorece la obesidad". Comer rápidamente también causa mayores fluctuaciones de azúcar en la sangre, lo que puede conducir a la resistencia a la insulina.

Programa 'mindfulness'

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte descubrieron en un estudio previo que ser consciente de lo que comes, disfrutar de la comida y concentrarse en el sabor ayudó a las personas a perder seis veces más peso que aquellos que ingirieron rápido o a velocidad normal. Los investigadores recomendaron que se eliminaran todas las distracciones una vez sentados a la mesa, incluso apagar la televisión a la hora de la cena y no almorzar en el escritorio.

El síndrome metabólico es un conjunto de enfermedades que aumentan el riesgo cardiovascular

Descubrieron que las personas con sobrepeso que siguieron el mantra de la 'alimentación consciente' perdieron 1,9 kilos de media en 15 semanas, en comparación con otros que perdieron solo 0,3 kilos.

No olvides el desayuno

Desayunar de forma habitual conlleva hábitos alimentarios y de actividad física más regulares, elecciones de los alimentos más saludables y una ingesta energética consistente. Después de ocho horas de sueño, los primeros alimentos que tomamos son los encargados de aportar los nutrientes necesarios para empezar la jornada con vitalidad. Las prisas y las rutinas equivocadas nos estresan. Lo que no tenemos tan en cuenta es que también nos engordan.

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Por eso, no deberías omitir la primera comida del día si lo que quieres es adelgazar. El metabolismo se ralentiza mientras van pasando las horas, por lo que comer demasiado tarde provocará que las calorías no se quemen cuando deberían.