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Doña Carla restriega su victoria en 'La Moderna' frente a una Matilde destruida por la ruptura con Íñigo
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CAPÍTULO 147

Doña Carla restriega su victoria en 'La Moderna' frente a una Matilde destruida por la ruptura con Íñigo

En el capítulo de este miércoles del melodrama romántico de la cadena pública, doña Carla se burla de Matilde tras su distanciamiento con Íñigo, mientras que Pietro se aleja de Antonia

Foto: Matilde no quiere saber nada de Íñigo en el capítulo 147 de 'La Moderna' (RTVE)
Matilde no quiere saber nada de Íñigo en el capítulo 147 de 'La Moderna' (RTVE)

Íñigo poco a poco va abriendo los ojos gracias a Jacobo en el Salón de té La Moderna. Ante la imposibilidad de que Matilde quiera hablar con él, el empresario se mostrará menos escéptico con el hijo ilegítimo de don Jaime. El joven intenta convencerle de que el culpable de todo lo que está pasando no es Aguirre, sino la villana del melodrama romántico de La 1 de TVE. Además, Pietro se siente derrotado con Antonia, mientras que Matilde intenta lidiar con la humillación de doña Carla.

En el capítulo anterior, Íñigo ha intentado explicarse y ha afirmado que él nunca leyó el informe que el inspector Medina facilitó a Matilde. La dependienta ha decidido romper todo contacto con su prometido, mientras que Marta ha intentado que Antonia no deje escapar a Pietro. Sin embargo, la vecina de la corrala continúa muy arraigada al amor de su difunto marido Ramón.

Íñigo sigue sin creerse a Jacobo. El nuevo socio de Carla insiste en que la única mentira es la que le confesó sobre su falsa identidad. Su único objetivo es hundir a Carla. El joven le hace ver que Aguirre no debe ser el centro de sus sospechas, sino su amiga que les manipula a su antojo. El empresario empieza a abrir los ojos y se da cuenta de que ambos son víctimas de sus amenazas.

Una nueva alianza

"¿Usted cree que Aguirre está muerto?", le pregunta Íñigo y este lo confirma de inmediato. El joven está convencido de que doña Carla acabó con la vida del personaje interpretado por Óscar Rabadán. En ese momento, Carla aparece en el Madrid Cabaret, y Jacobo se marcha sin ser visto por la villana. Doña Carla apoya al empresario y asegura que si ella estuviera en la posición de Matilde, le perdonaría sin dudarlo.

Elías se ofrece voluntario como hombre-bocadillo (anuncio), algo con lo que don Fermín parece estar de acuerdo. El jefe ha cambiado de opinión: cree que el camarero podría servir de ensayo para la nueva propuesta de Laurita. La publicitaria lamenta que su compañero haya tenido mayor poder de convicción que ella.

Antonia le propone a Pietro que vayan al teatro con Martita, como tenían pensado. Sin embargo, su vecino de la corrala ya no se muestra tan convencido con la propuesta. La veterana dependienta intenta hacerle cambiar de opinión, mientras que el italiano se excusa con una mentira, ya que cree que lo mejor es aparcar las falsas ilusiones. Teresa nota una particular tristeza en el rostro del repostero e intuye que podría estar relacionado con alguna historia sentimental. "No hay que negarse a amar", reflexiona la encargada en voz alta.

Esperanza, gran amante de los cotilleos, sigue sin creerse que detrás del admirador secreto de Antonia estuvieran sus vecinas. "Si le ha rechazado, debería habérselo pensado mejor", le recomienda su compañera, mientras ella se marcha disgustada ante la presión. Mientras, Elías se estrena como hombre-anuncio por las galerías.

Mario le regala un nuevo disco a Teresa, mientras ambos bailan en la tienda de gramófonos bajo la atenta mirada de Elías. Por su lado, doña Bárbara se siente orgullosa de que su hija haya cumplido su objetivo: separar a Íñigo y Matilde. Ahora debe conseguir que el empresario se decante por su amor. "Que nadie pueda relacionarte con Medina", le alerta su madre, que sabe que si deja algún cabo suelto perderá a Íñigo para siempre.

Pietro se aleja de Antonia

"Siento mucho tu ruptura con Íñigo". Doña Carla esparce su veneno y se vanagloria de la situación de Matilde, que ya no se calla ante las insolencias de su archienemiga. Doña Bárbara le aconseja a su hija que tenga controlado a Jacobo. Por otro lado, el inspector Medina le comunica a Carla que Íñigo le está buscando desesperadamente. La villana le entrega una cuantiosa cantidad económica por haber cumplido su misión y le exige que desvalije la oficina donde ha estado trabajando.

El detective desaparecerá durante una larga temporada, bajo las órdenes de doña Carla. Mientras, Teresa recibe una llamada de uno de los clientes más distinguidos del salón. El hombre le reclama un pedido que no ha llegado a tiempo y del que la encargada no tenía constancia. La nueva jugada de doña Lázara le puede generar muchos problemas en su futuro en el salón. Don Fermín reprueba el error de su mano derecha.

Doña Lázara rompe una lanza a favor de Teresa, que cree que está desbordada con tantas responsabilidades. Mientras, Laurita vuelve a reunirse con Celia para celebrar que don Fermín ha aceptado su propuesta sobre los hombres-anuncio, mientras ella le confiesa las complicaciones que tiene por exponer en una galería. Inés se muestra arisca ante su presencia y reprende a su hermana por no preocuparse por ella.

Íñigo se presenta en casa de Matilde. La joven no quiere abrir la puerta en un primer momento, pero finalmente accede. El despacho del inspector Medina está vacío, algo que es cuanto menos extraño. Íñigo cree que es mucha casualidad que haya tenido tanta prisa en desaparecer después de darle la información sobre el accidente de su padre. La joven sigue escéptica, mientras que el empresario no termina de aceptar la decisión de Matilde de alejarle de su vida. Mientras, Inés manifiesta su deseo de actuar como telonera en el Madrid Cabaret.

César quiere encajar los horarios de las actuaciones del Madrid Cabaret y consultará con Íñigo la posibilidad de que Inés se suba al escenario. El gerente recibe una llamada. Parece que sus contactos de Marsella siguen queriendo asustarle. Por otro lado, Miguel prepara una cena romántica para Trini. La joven no tiene palabras para la sorpresa de su marido y admite que no se aburre en su matrimonio. Sin embargo, el hecho de ocultar su amor hace que sienta que su relación se enfría.

La buena intención de Miguel se trunca, ya que se equivoca con el recuerdo de su primera cita. Mientras tanto, Marta quiere que Pietro vaya con ellas al teatro, pero ahora que sabe que su amor no es correspondido, el italiano siente que no puede ver a Antonia como una amiga. La sobrina de Higinio cree que puede ser una forma de demostrar sus sentimientos, pero el italiano sabe que eso no es así, ya que fue un plan que ya habían previsto para celebrar su libertad.

Pietro tiene que aceptar que Antonia quiere estar sola. La dependienta estaba detrás de la puerta y ha escuchado toda la conversación entre Pietro y Marta. "Tenemos que decirnos las verdades", sugiere su vecina, mientras el italiano se marcha corriendo porque admite que enfrentarse a la verdad sería demasiado doloroso. El pastelero cree que lo mejor para ambos es distanciarse. Finalmente, Íñigo está tan desesperado que empieza a confiar en Jacobo para desenmascarar a Carla.

Íñigo poco a poco va abriendo los ojos gracias a Jacobo en el Salón de té La Moderna. Ante la imposibilidad de que Matilde quiera hablar con él, el empresario se mostrará menos escéptico con el hijo ilegítimo de don Jaime. El joven intenta convencerle de que el culpable de todo lo que está pasando no es Aguirre, sino la villana del melodrama romántico de La 1 de TVE. Además, Pietro se siente derrotado con Antonia, mientras que Matilde intenta lidiar con la humillación de doña Carla.

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