Un amenazante Jacobo ya no tiene miedo de Carla en 'La Moderna': ¿quién ganará la guerra?

• Avance del capítulo 141 de La Moderna del martes, 16 de abril
• Doña Carla vuelve a la carga con un nuevo plan en La Moderna

​El inspector Medina se ve obligado a centrar sus investigaciones en Jacobo. Si no sigue las órdenes de doña Carla, puede ser el siguiente en acabar en una cuneta. Además, el episodio que se emite este martes en el Salón de té La Moderna explora nuevos disgustos y alegrías. Inés consigue una plaza en unas clases de canto, y la tristeza vuelve a inundar a Marta, que recibe una mala noticia.

En el capítulo anterior, doña Carla ha contratado los servicios de Medina para preparar un nuevo golpe contra Íñigo y Matilde. El inspector se ha reunido con la villana para hacerle saber que ya ha sembrado algunas sospechas más sobre Jacobo. Mientras, Laurita ha podido librarse de Galán gracias a César Morel. En la corrala, Antonia ha tendido una trampa a don Cecilio. La policía ha escuchado su confesión en casa de la dependienta e inmediatamente le ha detenido.

Doña Carla vuelve a verse las caras con Jacobo, esta vez en su propia casa. La mujer le recrimina que haya ido a ver a Íñigo. El joven quiere que le hable con respeto y deje de dar órdenes (se ha cansado de sus insolencias). La empresaria quiere saber qué le ha contado al prometido de Matilde. "No son mentiras", corrobora el falso hijo de don Jaime.

Matilde no se cree a Carla

La villana de La Moderna quiere que Jacobo se olvide de la herencia de su difunto marido. Un jefe certificó que era hijo de Jaime, pero ella tiene su firma en un traspaso de poderes. Sin embargo, para él solo es "papel mojado". El joven será capaz de cualquier cosa con tal de tener voz y voto en la Compañía Morcuende. Por su lado, el inspector Medina informa a Íñigo a Matilde de que Aguirre fue traficante de mujeres e invirtió en empresas ajenas para limpiar su pasado. El detective quiere poner el foco en Jacobo, algo que la mayor de los Garcés no comparte.

Cañete acude a La Moderna con un collarín por el tropiezo de anoche en el Madrid Cabaret. El plan del jefe de camareros no ha podido salir peor. En cuanto a la investigación de Aguirre, el siguiente paso es interrogar a todos sus socios. Matilde sugiere empezar por el final y hablar con doña Carla. Íñigo no sabe qué conclusión sacar de todas sus indagaciones. Su prometido prefiere dejar al margen a Jacobo.

Antonia prepara el desayuno a Marta, mientras con una sonrisa celebra su vuelta. La joven quiere llamar a su madre e informarle de todas las novedades. La dependienta le propone que vaya a verla a Toledo, pero ella prefiere dejar todo bien atado en la ciudad. Por su parte, Esperanza está muy disgustada después de que en el reportaje de Galán no haya salido ni una sola fotografía de los empleados.

La maldad de doña Lázara

Elías felicita a la Laurita por su gran trabajo, mientras que la joven no quiere ni escuchar el nombre de Galán. En el obrador, Pietro le cuenta a Antonia que quiere preparar una cena especial para Marta. En ese momento, aparece don Fermín para anunciarles que ha dejado en el mostrador varios ejemplares del reportaje donde se promociona su local. Además, aprovecha para celebrar que se ha hecho justicia y felicita a Antonia por la liberación de su antigua dependienta.

Doña Carla se presenta en el salón de té con ganas de hablar con Matilde. La dependienta no quiere tratar con ella más de lo necesario. La empresaria no entiende que tengan tanta prisa en casarse y asegura que quedaría muy feo no guardar el luto por Rosario. La mujer no puede tolerar que se vayan a creer a Jacobo. "En realidad se llama Félix, aunque te veo encantada de creerse su mentira", les espeta la viuda de don Jaime sobre el joven que no perdona su traición.

Teresa no deja de preocuparse por Cañete. La caída puede tener su lado bueno. Sin embargo, Miguel cree que lo mejor es que deje de conquistar a la encargada porque es evidente que ella sigue sintiendo algo por Mario. El camarero, aun así, no se rendirá tan fácilmente.

Doña Lázara prepara una nueva jugada. Por su parte, Fabio del Moral sigue empeñado en que doña Bárbara se vaya a vivir con él. Mientras, don Fermín le recrimina a Teresa que haya confundido dos pedidos, algo que ha sido obra de la nueva empleada que ha querido dejarle en evidencia. Lázara culpa a Cañete, mientras que la encargada asume su error.

Marta pasa un mal trago. La llamada a su madre no ha salido como esperaba. Su progenitora no quiere ni verla y parece que tampoco le van a dar trabajo en las escaleras de la corrala. Los periódicos ya le habían sentenciado mucho antes de tener una sola prueba. "En dos semanas nadie se acordará de ti", le tranquiliza Pietro. Mientras, Laurita no puede olvidar lo que sucedió con Galán en el Madrid Cabaret. La joven le pide a su tío que no vuelva a tener contacto con el periodista, por si se pudiera malinterpretar.

Inés llega especialmente feliz a su casa, ya que ha conseguido plaza en unas clases de canto. La joven quiere cuidarse la voz para dar buena impresión a su profesora, una conocida cantante de copla de Sevilla. Por su parte, Trini tiene la intuición de que Teresa y Cañete van a acabar juntos. Laurita no puede quitarse de la cabeza la actitud acosadora de Galán y cree que le debe una a César. La sobrina de don Fermín quiere ir al Madrid Cabaret para darle las gracias y pedirle perdón por haber provocado esa desagradable situación.

Íñigo le hace un regalo muy especial a Clarita: unos prismáticos que él usaba en África. El empresario le cuenta a Matilde que Aguirre visitaba frecuentemente a Jacobo y que ambos discutieron en el hall del hotel. La tensión se palpaba en el ambiente. Tras esta pista, el inspector Medina tiene más claro que el joven impostor el responsable de la desaparición de Aguirre. ¿Conseguirá doña Carla su objetivo?