Doña Carla vuelve a la carga con un nuevo plan en 'La Moderna'

• Avance del capítulo 140 de La Moderna de este lunes, 15 de abril
• Avance semanal de La Moderna: el oscuro pasado de Íñigo, una cita a ciegas y un admirador secreto

Doña Carla tiene miedo de que Jacobo haya traspasado todo tipo de límites y haya desvelado toda la verdad a Íñigo en un nuevo episodio del Salón de té La Moderna. Además, Laurita se enfrenta a los incómodos comentarios de Galán.

En el capítulo anterior, Teresa ha compartido con Trini sus dudas amorosas. La encargada no termina de decidirse entre Cañete y Mario. Por su lado, Antonia ha encontrado una prueba que demuestra que don Cecilio estuvo en Madrid el día del asesinato de Higinio, y no parará hasta que se haga justicia. Mientras, César le ha propuesto a Inés que se encargue de las relaciones públicas del Madrid Cabaret. Su complicidad es creciente tras cada nuevo capítulo.

Doña Carla no puede quitarse de la cabeza las amenazas de Jacobo. Su vuelta le ha puesto en la cuerda floja. Doña Bárbara intuye que a su hija le pasa algo. La empresaria no puede negarse a enseñarle los artículos que estaba leyendo sobre el asesinato de Jaime. La viuda de Morcuende teme que Jacobo piense que ella fue la que acabó con la vida de su difunto esposo, ya que cree que Aguirre le ha podido informar de sus crueles golpes.

Don Cecilio es detenido

"¿Lo hiciste?", le pregunta doña Bárbara. Con un tajante "no lo hice", doña Carla intenta sortear las inquisiciones de su madre. Por su lado, Laurita ha conseguido esquivar la invitación de Galán. El periodista se ha presentado en La Moderna para pedirle explicaciones por haber devuelto el vestido. La joven no ha tenido más remedio que aceptar una cena con él. Sin embargo, su hermana le pide que ponga las cartas sobre la mesa, ya que es evidente que va tras ella.

Inés comparte con su hermana una feliz noticia: César le ha ascendido para que se encargue de las relaciones públicas del Madrid Cabaret, lo que le permitirá apuntarse en las clases de canto. Sin embargo, la joven está algo apenada porque siente que el gerente del local le está evitando. Por su parte, doña Carla se presenta en el piso de Íñigo para hablar con él y asegurarse de que conservan su amistad.

Doña Carla quiere saber hasta qué punto ha llegado Jacobo. El empresario no va a mencionar la última conversación que mantuvo con el impostor. Mientras, Pietro se encara con Trini tras enterarse de que ha criticado sus pastas. La empleada de La Moderna defiende que tan solo era una opinión y no una crítica.

Fabio del Moral descubre en un cajón de casa de Carla un artículo sobre el asesinato de don Jaime. Bárbara asegura que su hija aún no ha superado la muerte de su marido. En el salón de té, Teresa intenta mediar entre la mujer del librero y Pietro, ya que no quiere un mal ambiente entre sus empleados. El italiano le cuenta que han hablado de su trabajo a sus espaldas. Finalmente, Trini se disculpa ante el repostero.

Cañete no aguanta que Mario se esté ganando la confianza de toda la plantilla, por lo que quiere planear una encerrona en el Madrid Cabaret para que él parezca más ingenioso que la expareja de Teresa. "Simpático, pero no un payaso", apostilla el jefe de camareros. Por su parte, Carla e Íñigo se reúnen, aunque a ninguno de los dos le salen las palabras. En ese momento, Matilde se da cuenta de que su prometido tiene visita.

De nuevo, Carla se marcha disgustada, no sin antes encararse con Matilde. Íñigo sabe que su amiga ha ido a tantearle. A pesar de su disimulo, el empresario percibe su inquietud. Por su lado, Esperanza está decepcionada porque la única fotografía que aparece en el reportaje de Galán es la fachada de La Moderna.

Antonia quiere tender una trampa a don Cecilio para que confiese. Pietro quiere acompañarle, pero su amiga necesita estar a solas. Mientras, César asegura que su pasado le persigue, y no quiere que le pase nada malo a Inés, por lo que prefiere poner distancia. Por su parte, Carla le cuenta a su madre que Íñigo no ha sonado muy convincente, al asegurar que no se había creído a Jacobo.

Medina y Carla, unidos para un nuevo plan

Don Cecilio se encuentra de frente con los indicios que demuestran sus mentiras. Antonia le enseña el periódico donde se prueba que el día de la muerte de Higinio él estaba en Madrid. "Marta está cargando con una culpa que no es suya", dice la dependienta. El comercial finalmente confiesa que él fue quien mató al tío de la joven.

La vecina de la corrala intenta defenderse mientras don Cecilio se abalanza sobre ella. En ese momento, aparece la policía en casa de Antonia para detenerle. Por otro lado, Laurita y Galán se han citado en el Madrid Cabaret. El periodista intenta acercarse a la joven, mientras ella está cada vez más incómoda. "Usted me parece preciosa", expresa el joven, que da a entender que hay una atracción mutua.

Laurita no puede soportar los inapropiados comentarios de Galán, que se toma unas confianzas que ella nunca le ha dado. César expulsa del local al periodista y sortea su golpe, mientras le presiona para que prometa a Laurita que ese reportaje va a salir adelante. Cañete saluda a Mario y Teresa a su llegada al Madrid Cabaret. La cita romántica de la pareja se ha convertido en una quedada destinada a que la encargada se vea cautivada por las bondades de su compañero.

Marta ha salido de la cárcel y vuelve a la corrala, para felicidad de Antonia y Pietro. Por su parte, el detective Medina asegura que Jacobo tiene un pasado delictivo, lo que hace que sus sospechas se dirijan hacia él, algo que también hace Íñigo. Mientras, Cañete se tropieza cuando estaba a punto de sacar a Teresa a bailar. Por otro lado, Medina se reúne con doña Carla. El inspector sigue sus órdenes y le informa de que ya ha sembrado dudas en Íñigo y Matilde. Su única meta es responsabilizar a Jacobo de todas sus maldades. La villana de La Moderna contraataca con un plan que vuelve a tener a Matilde como principal objetivo.