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Saltan chispas entre Teresa y Cañete en las clases de baile: inesperado giro en su relación en 'La Moderna'
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CAPÍTULO 104

Saltan chispas entre Teresa y Cañete en las clases de baile: inesperado giro en su relación en 'La Moderna'

En el capítulo de este miércoles, Íñigo y Matilde acercan posturas y el amor empieza a llamar a la puerta de Teresa y Cañete. Además, Conchita descubre la mala fe de Josefa

Foto: Cañete y Teresa bailan juntos en el capítulo 104 de 'La Moderna' (RTVE)
Cañete y Teresa bailan juntos en el capítulo 104 de 'La Moderna' (RTVE)

​Íñigo se arrepiente de haber sido tan despreciativo y rencoroso con su padre, y tras descubrir que sufre una enfermedad terminal, decide recuperar el tiempo perdido con un hombre al que daba por muerto y que nunca pensó que volvería a ver. En el episodio anterior, Pascual se ha visto obligado a confesarle su delicado estado de salud a doña Carla. La empresaria no ha tardado en darle la noticia a su amigo como forma de apuntarse otro tanto y tener a Peñalver de su lado.

Marta se ha visto obligada a soportar a un don Cecilio que no conoce límites y ha abrazado a la joven de manera forzada. Además, Laurita ha compartido su propuesta sobre cuñas radiofónicas para atraer más clientes al salón, una idea que ha encantado a su tío. En la corrala, Luisa se ha dado cuenta de que Josefa le ha robado el figurín y con él, ha ganado un concurso de diseños. Por su parte, Matilde se ha presentado en el apartamento de Íñigo para saber cómo se encuentra su expareja tras el varapalo de su padre.

Matilde siente la necesidad de hablar con Íñigo y tenderle la mano. El empresario se desahoga con su último amor y le cuenta que su padre está muy enfermo. Tal es la gravedad que su progenitor se muere. La dependienta lamenta el difícil trance de su expareja mientras el dueño del Madrid Cabaret confirma que se quedarán en la capital hasta que tenga lugar el fatal desenlace. "Me gustaría marcharme", confiesa el joven, no sin antes acompañar a Pascual durante sus últimos momentos de vida.

Desenmascarando a una ladrona

Inés intenta recuperarse de su desengaño amoroso con Emilio y no termina de asumir que el camarero se haya decantado por Luisa. Laurita intenta animar a su hermana. La joven seguirá llamando a la puerta de algunos locales para conseguir un trabajo como cantante. Sus penas creen que pueden desahogarse en el Madrid Cabaret. Mientras, Luisa está enfurecida al darse cuenta de que Josefa robó su figurín.

Conchita lamenta haber sido tan incrédula ante las sospechas de su sobrina y asegura que no se quedará de brazos cruzados. "Alguien tiene que decirle lo mala persona que es", espeta tajante la costurera carcomida por la rabia. Por otro lado, Íñigo necesita que su padre tenga la mejor atención médica posible, mientras que doña Carla se ofrece para no abandonar a su amigo en su doloroso trance.

Doña Carla ejerce de alma caritativa y llama al médico para que le haga un seguimiento a Pascual y así ser la primera en ganarse el aprecio de Íñigo. En el salón, Matilde se interesa por la relación de Aguirre y don Fermín y finalmente Elías le cuenta que los empresarios están jugando al póker en el reservado.

Conchita no ha podido encontrar a Josefa y Luisa cree que la mujer también ha mentido sobre su identidad. La ilustradora necesita que se reconozca su trabajo. Su tía sugiere que se presenten en la revista para denunciar el robo. Sin embargo, su figurín no estaba firmado, por lo que no habría forma de demostrar su autoría. Por su lado, Aguirre se da cuenta de que Matilde le vigila.

Marta le cuenta a Conchita que don Cecilio le mantiene informada sobre la situación de su tío y que volvió por el taller. La cuñada de Rosario está indignada al ver que el hombre ha hecho oídos sordos a sus exigencias. Por su parte, las compañeras de La Moderna se reúnen en casa de Antonia para retomar sus reuniones. Matilde propone debatir sobre el sufragio universal, un tema muy reivindicado por Clara Campoamor. Las dependientas consideran que es importante que las mujeres tengan derecho a decidir y opinar, como cualquier otro ciudadano.

Elías sigue dando clases de baile a Cañete durante los descansos de la jornada laboral. Trini confiesa que nunca se había planteado ir a votar porque era un tema reservado exclusivamente para hombres, mientras el resto esperan que haya avances en el futuro. "Nos abres los ojos", confiesa Esperanza. Por otro lado, Marta no se atreve a subir a saludar a las chicas de La Moderna porque teme que tengan una mala opinión de ella.

La joven le cuenta a Antonia las intenciones de don Cecilio y la dependienta le pide que cuente con ella para todo lo que necesite. Al fin y al cabo, para eso está la familia. Por otra parte, Trini vuelve a las clases de baile donde se encuentra con Teresa. Uno que tampoco falta es Cañete, que esta vez se ha quedado sin pareja. La encargada se niega a bailar con él. Sin embargo, la esposa de Miguel finge un dolor de tobillo para que sus compañeros formen dúo.

Íñigo se abre con su padre y le cuenta que Carla y él fueron novios. Parece que Pascual sospecha de la villana y no se equivoca. En las clases de baile, las miradas de Teresa y Cañete no pueden despegarse. Son como dos imanes. "He sentido como si estuviera en una nube", confiesa la encargada. Mientras, Conchita cree que don Cecilio puede tener amenazada a Marta, por lo que deberán estar vigilantes.

Cañete le está cogiendo el gusto al baile. El camarero admite que se ha sentido muy bien y compara el vals con bailar sobre las nubes, tal como lo define su compañero Elías. "A veces una se deja llevar y siente que flota", asegura Teresa que, en esta ocasión, comparte esa misma sensación.

La encargada se muestra nerviosa. Quizás su relación esté fluyendo hacia un camino lejos de lo puramente profesional, impulsado por Trini y Miguel. Por su parte, Aguirre asegura que don Fermín está a punto de caer en sus garras. El empresario saborea el triunfo antes de hacerle caer en el abismo. Además, sospecha que doña carla oculta algo sobre el paradero de Jacobo.

​Íñigo se arrepiente de haber sido tan despreciativo y rencoroso con su padre, y tras descubrir que sufre una enfermedad terminal, decide recuperar el tiempo perdido con un hombre al que daba por muerto y que nunca pensó que volvería a ver. En el episodio anterior, Pascual se ha visto obligado a confesarle su delicado estado de salud a doña Carla. La empresaria no ha tardado en darle la noticia a su amigo como forma de apuntarse otro tanto y tener a Peñalver de su lado.

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