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Íñigo, entre la vida y la muerte en 'La Moderna': así ha sido el gesto de Carla que podría cambiarlo todo
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CAPÍTULO 123

Íñigo, entre la vida y la muerte en 'La Moderna': así ha sido el gesto de Carla que podría cambiarlo todo

En el capítulo de este martes de la ficción de época, Carla dona sangre a Íñigo y acerca posturas con Matilde, mientras que Antonia avanza en sus averiguaciones sobre don Cecilio

Foto: Matilde y doña Carla, unidas para salvar a Íñigo en el capítulo 123 de 'La Moderna' (RTVE)
Matilde y doña Carla, unidas para salvar a Íñigo en el capítulo 123 de 'La Moderna' (RTVE)

Doña Carla se postula como la salvadora de Íñigo en un nuevo episodio del Salón de té La Moderna. Finalmente, Matilde accede a que la villana del melodrama romántico se haga cargo de los gastos de la operación. Además, Laurita le comunica a don Fermín que se marcha a trabajar en Sevilla, lo que supone un varapalo para Inés que necesita a su hermana cerca ante la intimidación que sufre a causa de Bernabé.

En el capítulo anterior, Marta se ha resistido a decir la verdad a la policía y le ha comunicado a Antonia que se marcha de su casa, por temor a hacerle cómplice del asesinato de su tío Higinio. Además, Luisa, Clarita y Matilde han dado el último adiós a su madre en una ceremonia íntima, donde no ha faltado don Fermín. La mayor de las Garcés le ha pedido un favor a doña Carla: que sea ella quien pague al doctor de Bilbao y pueda salvar a su prometido.

Doña Carla ha actuado antes de que Matilde se lo pidiera. La villana ya ha llamado al doctor Aramburu. La dependienta no quiere discutir en un momento tan crítico para su prometido e intenta acercar posturas con la persona que quería acabar con su vida. La operación es a vida o muerte y de gran complejidad. La policía se presenta en el hospital para hablar con la mayor de la familia Garcés.

Carla y Matilde, unidas por Íñigo

Antonia ha descubierto que Marta quería irse de su casa sin despedirse, en plena noche. "No quería complicarle más la vida", se lamenta la joven, que no quiere hacer cómplice a la dependienta de la muerte de su tío. Solo tenía fuerzas para dejarle una nota. Sin embargo, sabe que el refugio de Antonia es lo único que le hace mantener la esperanza. La empleada de La Moderna intenta animarle en una situación tan complicada, mientras le sugiere que evite salir para que nadie le vea. Ambas se funden en un caluroso abrazo.

Matilde vuelve a la habitación del hospital, pero Íñigo sigue sin despertarse. La dependienta anuncia que han encontrado muerto al asesino de su madre, una noticia de la que ya tenía constancia doña Carla, a través de Aguirre. Según la policía, el responsable del ataque era un terrorista, anarquista y anticlerical que quería atentar contra un acto religioso y, por azar, eligió su iglesia. Sin embargo, la realidad es otra.

Matilde tiene dudas sobre la teoría que manejan los agentes. La joven no tiene reparo en exponer lo que piensa. La dependienta cree que doña Carla fue la verdadera cabeza pensante y responsable, ya que sabe que alguien iba a por ella, e Íñigo se encontró fortuitamente con esa bala, al defender a su prometida. Por otro lado, don Fermín se disculpa ante Laurita por la actitud que ha tenido durante los últimos días. El jefe de La Moderna le anima a que retomen su proyecto. Pero, quizás, tenga que esperar, ya que, como acaba de comunicarle a su tío, tiene en el horizonte una oferta laboral.

Aguirre sigue sin entender la obsesión de Carla por Íñigo. El trato que ambos tenían de mantener un encuentro íntimo (muy deseado por el empresario) no sigue en pie, porque su socio no consiguió matar a Matilde. Mientras, Laurita pone al día a su tío sobre la oferta de trabajo que le ha llegado desde Sevilla. Don Fermín felicita a la joven y apoya la decisión tomada por su sobrina.

Elías intenta emparejar a Trini y Cañete, pero no sabe que el camarero solo bebe los vientos por Teresa. Por otro lado, Matilde le comunica a Luisa que el asesino de su madre se ha suicidado. "Esta boda estaba maldita desde el principio", lamenta la dependienta, que se siente culpable de haber acelerado su compromiso con Íñigo, una boda que, desgraciadamente, ha terminado en tragedia.

Íñigo corre peligro

Cañete se presenta en el vestuario para arreglar una avería y se encuentra con Trini. En ese momento, aparece Teresa, que se extraña de ver a sus compañeros en esa situación. "Ahora sí que le he perdido para siempre", se lamenta el jefe de camareros. Por otro lado, Luisa se citará con Maruja Mallo, pero no sabe cuál es el motivo. Sin embargo, la ilustradora fantasea con la idea de ser su ayudante. Matilde sabe que está a punto de llegarle su gran oportunidad, mientras ella siente no poder alegrarse más. Pero, es lo que le permite una pérdida tan dolorosa, que aún es muy reciente.

Luisa se ha dado cuenta de que Emilio le estaba mandando señales durante sus últimos encuentros. La joven es consciente de que su novio tuvo que elegir entre su hermano Raimundo y ella. Mientras, Laurita nota preocupada a su hermana. Inés le explica que Bernabé le quiere obligar a retomar su relación mientras Emilio no haga acto de presencia. La dependienta sugiere que vayan a la policía, pero Inés cree que no es buena idea porque podría alterarse más. "Encontraré la forma de librarme de él", expresa.

En el hospital, Matilde y doña Carla esperan noticias de los médicos mientras Íñigo sigue en quirófano. El doctor anuncia que está estable, pero ha sido una intervención más complicada de lo que esperaban. El empresario necesita una transfusión urgente. Doña Carla es donante universal, por lo que será la que pueda salvar a Íñigo. Mientras, Trini se disculpa por su torpeza ante Teresa, que confía en la palabra de su amiga. Según ella, Mario le está quitando el derecho a ser feliz.

Carla recuerda la relación que mantuvo con Íñigo en el pasado. La mujer nunca podrá olvidar al hombre que más feliz le ha hecho, por el que incluso ha sido capaz de matar. En la corrala, Antonia ha hablado con la testigo que vio a Marta con las manos manchadas de sangre. Nunca reconocerían a la joven. Además, la vecina ni siquiera recordaba el nombre de don Cecilio. "Alquiló el piso con un nombre falso", presiente la dependienta, lo que le permitía tener una doble vida.

Inés recibe una nota de Bernabé. El hombre le amenaza con hacer lo que él quiere. De no hacerlo, la joven puede tener graves consecuencias. El médico anuncia que si se produce una coagulación en la sangre de Íñigo, el empresario podría perder la vida. ¿Habrá servido de algo la transfusión de Carla?

Doña Carla se postula como la salvadora de Íñigo en un nuevo episodio del Salón de té La Moderna. Finalmente, Matilde accede a que la villana del melodrama romántico se haga cargo de los gastos de la operación. Además, Laurita le comunica a don Fermín que se marcha a trabajar en Sevilla, lo que supone un varapalo para Inés que necesita a su hermana cerca ante la intimidación que sufre a causa de Bernabé.

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