'La Moderna' cierra una apasionante primera temporada: la boda de Íñigo y Matilde se tiñe de sangre

• Avance del capítulo 120 de La Moderna del jueves, 14 de marzo
• Matilde se despide de La Moderna y sus compañeras con lágrimas en los ojos: "Este sitio me ha cambiado la vida"

Las tramas del Salón de té La Moderna viven uno de sus puntos más álgidos con la esperada boda de Íñigo y Matilde. La ceremonia tiene lugar en el capítulo de este jueves de la Corporación Pública y adquiere un tono agridulce. En el episodio anterior, Conchita se ha ofrecido para cuidar a Pablo.

El joven ha tenido un accidente con la motocicleta y su tía se marcha a Jerez para estar con él. Mientras, Matilde se ha despedido de sus compañeras y ha dicho adiós a La Moderna. Además, Teresa ha tenido una agradable cita con Cañete en el Madrid Cabaret. La pareja ha estado a punto de besarse hasta que ha irrumpido, de forma inesperada, Mario, el antiguo amor de la encargada. Por su parte, Carla ha sido atacada por Félix en el cobertizo.

Carla se zafa de Félix y este vuelve a perder la partida. El joven se niega a firmar ninguno de sus documentos. El secuestrado se encuentra en una encrucijada, bajo las garras amenazantes de la villana de La Moderna. La viuda de Morcuende le amenaza con matarle si no colabora. El hijo falso de don Jaime no puede librarse de una paliza en medio de la oscuridad de aquel infernal cobertizo.

Marta encuentra muerto a Higinio

Higinio aparece en el salón de té y se encuentra con Martita. El hombre se quedó con ganas de llegar a las manos con don Cecilio. Su tío se va a ir a Argentina, pero todavía necesita más dinero. La joven se niega a que se siga aprovechando de su gratitud. "A mí me deja en paz", le espeta. La costurera le deja las cosas claras al maleante que no deja de acusarle de ser una mantenida. Las amenazas no cesan, mientras ella le advierte que es capaz de ir a la policía para denunciarle.

En el Madrid Cabaret, Teresa se reencuentra con Mario. La mujer no tiene palabras ante una visita tan inesperada. Su expareja ha vuelto a la capital a buscar empleo. Ella le comunica que ya no trabaja en la notaría, sino como encargada del distinguido local La Moderna. El hombre se interesa por su intimidad amorosa, algo que le provoca un gran rechazo a la conquista de Cañete. Por otro lado, Luisa y Matilde adornan la corrala para el gran día que tendrá marisco y el acompañamiento de una orquesta.

Besteiro es el encargado de cometer el asesinato de Matilde el día de su boda. El sicario asegura que consumará el golpe cuando la novia entre en la iglesia. El joven sugiere a Aguirre que lo haga él. Sin embargo, el socio de doña Carla no quiere que le reconozcan. Además, tiene que descubrir quién le está traicionando. Por otro lado, Luisa nota algo bajo de ánimos a Emilio, pero espera que sea algo pasajero.

Don Fermín y Aguirre sueñan con una partida decisiva. El jefe de La Moderna le comunica que tendrán el salón para ellos solos. Esta vez, espera que la suerte le sonría. Por otro lado, Antonia cita a don Cecilio en su casa para hablar de algo importante. "¿A usted le parece bien lo que está haciendo con esa muchacha?", le pregunta la dependienta sobre su vínculo con Marta.

El hombre asegura que Marta pronto le cogerá cariño. Don Cecilio admite que solo ha sido generoso, mientras la dependienta no perdona que se haya llevado a su niña. El empresario le acusa de haber descuidado sus asuntos económicos y le responsabiliza de la marcha de la joven. "Se le ha llevado de malas maneras", le recrimina Antonia.

Antonia se autoconvence de que Marta está presa por culpa de don Cecilio. "Si tanto le quiere, déjela libre", le pide la dependienta, pero su destino solo puede decidirlo ella. Por otro lado, Cañete está lleno de rabia ante la incómoda presencia de Mario en el Madrid Cabaret.

Íñigo y Rosario, heridos en plena boda

Mientras, Inés se hace pasar por su hermana para que tenga una oportunidad en la empresa de lácteos. "En muy poco tiempo has demostrado que eres buena en la publicidad". Laurita irá a una reunión que puede cambiar su futuro. En la corrala, Emilio le entrega a Clarita una carta para que se la pueda dar a Luisa en la boda. Emilio está compungido al despedirse de su novia, y la ilustradora sospecha que algo trama.

Teresa deja claro que no quiere saber nada de Mario, y Cañete apoya su decisión. Por otro lado, Marta descubre a Higinio muerto en casa de don Cecilio. Mientras, todos los invitados van llegando a la iglesia. Clarita echa de menos a su hermano Pablo y su tía Conchita.

Un misterioso fotógrafo aparece en la iglesia y levanta las sospechas de los asistentes, en especial de Íñigo. El empresario le comunica que no han contratado sus servicios, y este se muestra generoso ante el novio. Por otro lado, Emilio y Raimundo cometen el robo planeado por Bernabé. Sin embargo, los hermanos han traicionado a su jefe. El hurto del Madrid Cabaret se ha transformado en el saqueo de la caja fuerte del delincuente. "No vas a poder ver a Luisa más, tendrás que venir conmigo", confiesa el pequeño de los Peña. Ambos emprenden rumbo hacia la libertad.

Don Fermín y Aguirre apuestan en una partida de póker decisiva. Los empresarios enfrentan un gran duelo, pero el jefe del salón de té no tiene suficientes fondos. El socio de Carla le sugiere que aporte las escrituras de una propiedad (ahí va su trampa). "¿Sería usted capaz de jugarse La Moderna?, le pregunta Aguirre. El hombre se niega a vender su negocio más preciado. Mientras, Clarita le da a Luisa el recado de Emilio, un precioso dibujo acompañado de un mensaje que dice "perdóname".

Rosario es una de las últimas en llegar a la iglesia. Mientras, don Fermín le toma la palabra a Aguirre y se apuesta La Moderna. El jefe confía en su suerte por última vez. Matilde llega a la iglesia del brazo de Pietro, su padrino. La joven se emociona al ver allí a su familia, mientras Íñigo sonríe a lo lejos.

Elías tampoco puede reprimir las lágrimas durante los minutos previos a la boda. Matilde se dirige hacia el altar. En ese momento, el sicario contratado por Aguirre empuña el arma y dispara a sangre fría. Íñigo reacciona al instante y se pone delante de su prometida. El empresario se ha llevado la peor parte, y también Rosario, la madre de la novia. Ambos han resultado heridos. La ceremonia se ha teñido de sangre y la pareja todavía no ha podido darse el "sí quiero".