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La crueldad de doña Carla deja roto a Íñigo en 'La Moderna': así ha sido su último golpe
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CAPÍTULO 111

La crueldad de doña Carla deja roto a Íñigo en 'La Moderna': así ha sido su último golpe

En el capítulo de este viernes del melodrama romántico encabezado por Helena Ezquerro y Almagro San Miguel, Íñigo descubre a su padre muerto y doña Carla disimula su maldad. Además, don Cecilio salda la deuda de Antonia

Foto: Imagen del capítulo 111 de 'La Moderna' (RTVE)
Imagen del capítulo 111 de 'La Moderna' (RTVE)

​La maldad de doña Carla no deja de sorprender al público en el Salón de té La Moderna. La villana de la serie de sobremesa de la Corporación Pública ha dejado morir a Pascual en el último capítulo de la ficción de época, mientras Íñigo y Matilde han querido retomar sus planes de boda. Por su parte, Antonia ha asistido al desalojo de su casa y se ha preparado para mudarse con la familia Garcés. Marta, en cambio, ha manifestado su deseo de alejarse de una situación de la que se siente culpable.

En el nuevo episodio de La Moderna, Íñigo descubre a su padre muerto en su apartamento mientras la vida de Antonia sonríe, al descubrir que alguien ha saldado su deuda. Marta se reúne con don Cecilio para imponer sus condiciones a cambio de ser su mantenida. Mientras, Emilio intenta convencer a su hermano de que deje de colaborar para Bernabé.

Doña Carla no hace ni siquiera un amago para acercar las pastillas que necesita Pascual para recuperarse de sus ataques. La empresaria le ha dejado morir con crueldad. En ese momento, Íñigo aparece por su apartamento y descubre a su padre sin vida. Enseguida, el empresario pide auxilio para que un médico acuda a su casa con la mayor rapidez.

Pascual ha muerto

En la corrala, Pietro y Antonia desalojan su casa, mientras el italiano no soporta que no hayan podido hacer nada para evitar tal injusticia. Empieza una etapa dura para la dependienta. Aunque los primeros días los pasará en casa de la familia Garcés, no puede tardar en buscar otra opción. Pero, poco ha durado el sufrimiento. Alguien ha saldado la deuda y no se quedará en la calle. "La casa es suya de pleno derecho", les anuncian.

Íñigo llora desconsolado por la pérdida de su padre. En ese momento, la manipuladora de doña Carla aparece en el apartamento y es la primera en dar el pésame a su gran obsesión. El empresario le agradece que haya podido organizar un reencuentro con Pascual, un gesto que no olvidará nunca. Por su parte, Luisa no termina de recuperarse de la vista. El médico que puede dar con su diagnóstico se encuentra en Barcelona. Sin embargo, la joven asegura que no se pueden permitir gastar ese dinero.

Antonia aparece en casa de la familia Garcés para contarles que ha sucedido un milagro y ha logrado recuperar su casa. Mientras, Matilde aparece en el apartamento de Íñigo para acompañarle en un trance tan doloroso. La villana sigue escurriendo el bulto y lo último que le apetece es tener cerca a una mujer que para ella siempre es un estorbo. La empresaria ha contratado el mejor servicio funerario para darle una despedida como se merece. Su único objetivo es ganarse el aprecio de Íñigo.

La fortuna sonríe a Aguirre, mientras don Fermín ha perdido una gran cantidad de dinero a las cartas. Teresa está dolida después de enterarse de que Cañete estuvo enamorado de Trini y que su compañera lo sabía. La encargada no entiende que haya ejercido de consejera amorosa. Por su parte, Antonia no se cree que su sufrimiento haya acabado. Conchita sospecha que Pietro o don Fermín pueden ser los responsables del milagro, pero tiene demasiadas preguntas sobre ese salvador anónimo.

Marta ha aceptado el trato con don Cecilio, que le colma de bienes. La joven nunca más tendrá que preocuparse por el dinero. El hombre es el responsable de saldar la deuda de Antonia. Ahora, la costurera vive en una casa distinguida del centro de la ciudad. Su único temor es que el empresario se sobrepase con ella.

Se ha obrado el milagro para Antonia

Luisa le confiesa a Emilio sus sensaciones sobre el último susto que tuvo con la vista, que le dejó tirada en el suelo y en la más absoluta oscuridad. El camarero quiere ayudar a su novia para pagar el tratamiento. Ambos irán juntos a recoger el dinero que le pertenece por su figurín premiado.

La policía acude a la corrala para buscar a Raimundo, que se ha fugado de la cárcel. El joven miente incluso a su novia sobre el paradero de su hermano. Esperanza no ha tenido ningún reparo en informarle a don Fermín sobre el reciente fallecimiento de Pascual. El jefe de La Moderna irá a visitar a Íñigo, ya que le tiene mucho aprecio y quiere darle su apoyo.

Luisa teme que el temerario de Raimundo de nuevo vaya a arruinarle la vida a su pareja. "Si vuelves a jugármela, yo nunca más podré perdonarte", asegura la joven, que ha pasado ya por demasiados obstáculos. Por su parte, Trini intenta hablar con Teresa. La encargada del salón asegura que ya no va a confiar en ella y se olvidará completamente de Cañete. Mientras, Aguirre deberá buscar a Jacobo a Teruel.

Trini le cuenta a Cañete el nuevo descubrimiento de Teresa. Ahora, el camarero entiende la actitud de Teresa que dio marcha atrás en su conversación. El bocazas de Elías es el responsable. Por su parte, doña Carla agradece que el trabajo de Aguirre le haya beneficiado para ganarse a Íñigo. Su socio insiste en saber si la última compañía de la empresaria podría ser un impedimento para él.

Laurita no se siente inspirada para seguir haciendo cuñas radiofónicas. La dependienta no puede poner buena cara a Bernabé. Esperanza quiere ganar un concurso escondido en una caja de quesitos. El premio es un viaje a Mahón y ella es capaz de atiborrarse para hacerse con la victoria. Por su parte, Emilio reprende a su hermano por haberse fugado y jugar al gato y al ratón con la policía. "No pienso volver a ese infierno", expresa el delincuente mientras el camarero le pide que se entregue.

Emilio culpa a Bernabé y Raimundo se niega a entregarse a la policía. En el salón, Cañete se acerca a Teresa y le cuenta que lo que escuchó fue un error de Elías y lo de Trini forma parte del pasado. Sin embargo, la encargada es demasiado terca. Por otro lado, don Fermín y Emilio acompañan a Íñigo en el velatorio de su padre. Tampoco faltan Matilde y doña Carla.

Las últimas despedidas a las que ha asistido el jefe de La Moderna son obra de la viuda de don Jaime de Morcuende. Mientras, Matilde le propone a Íñigo posponer la boda y doña Carla se entera de la noticia en medio del velatorio.

​La maldad de doña Carla no deja de sorprender al público en el Salón de té La Moderna. La villana de la serie de sobremesa de la Corporación Pública ha dejado morir a Pascual en el último capítulo de la ficción de época, mientras Íñigo y Matilde han querido retomar sus planes de boda. Por su parte, Antonia ha asistido al desalojo de su casa y se ha preparado para mudarse con la familia Garcés. Marta, en cambio, ha manifestado su deseo de alejarse de una situación de la que se siente culpable.

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