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Adiós a las restricciones: qué puede aprender España del extraño caso de Dinamarca
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Adiós a las restricciones: qué puede aprender España del extraño caso de Dinamarca

La decisión de Dinamarca de levantar todas las medidas contra la pandemia cuando bate récords de incidencia sorprende a muchos, pero los daneses creen tener controlado al virus

Foto: Foto: EFE/EPA/Liselotte Sabroe.
Foto: EFE/EPA/Liselotte Sabroe.

A lo largo de la pandemia, las evidencias científicas y las decisiones políticas han ido por caminos separados. Algunas veces, en direcciones opuestas incluso. El último episodio ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados, con la convalidación de un decreto-ley que prorroga el uso de las mascarillas al aire libre con el mismo texto que sirve para revalorizar las pensiones. Así llevamos camino de dos años usando la mascarilla por la calle y quitándola dentro de los bares. Por la misma regla de tres, no resulta menos sorprendente que en Dinamarca hayan decidido acabar con todas las restricciones justo cuando alcanzaban su récord de contagios. ¿Nos hemos vuelto todos locos o se ha acabado la pandemia y en España no nos hemos enterado?

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fue muy clara en su mensaje hace unos días: “Decimos adiós a las restricciones y damos la bienvenida a la vida como la conocíamos antes del coronavirus”, afirmó. “Esto marca la transición a una nueva era para todos nosotros porque Dinamarca volverá a ser una sociedad abierta”. Hasta este martes, estaban vigentes medidas mucho más duras que en España, con limitaciones de aforo y horarios. Por el contrario, ahora no es necesario utilizar mascarilla en ningún espacio público, ni siquiera en los interiores (salvo por decisión del establecimiento). Ni siquiera será obligatorio aislarse al dar positivo (aunque se seguirá recomendando hacerlo únicamente durante cuatro días).

Foto: Foto: EFE/EPA/Ciro Fusco.

La incidencia acumulada en Dinamarca no solo está en máximos, aunque parece estar llegando a un pico, sino que triplica a la española. Actuar así con la lógica del resto de la pandemia parece un suicidio, pero no muchas cosas han cambiado. De hecho, la situación del país nórdico es realmente interesante por varios motivos y puede marcar la pauta de lo que está por venir en el resto de Europa, aunque tiene características propias que conviene matizar. Además de los contagios, las hospitalizaciones siguen aumentando y el número de fallecidos también crece. Sin embargo, un dato marca la tendencia opuesta desde hace varios días: los ingresos en UCI caen de forma espectacular. ¿Qué está sucediendo?

La caída del número de pacientes en UCI “se debe al cambio de infecciones de delta a ómicron”, mientras que “el actual exceso de muertes sigue estando impulsado por la ola de delta”, explicaba en Twitter Michael Bang Petersen, asesor del Gobierno danés. Este país fue uno de los primeros que sufrieron el zarpazo de la nueva variante fuera del sur del continente africano, así que es probable que vaya algunas semanas por delante a la hora de ver sus efectos. Si esta versión del virus deriva en menos casos graves, parece lógico que las unidades de cuidados intensivos se vayan vaciando a medida que los contagios por delta van saliendo de ellas.

Incluso en España también están empezando a descender estos casos graves. “Las estancias en UCI son muy prolongadas, de un mes o de 40 días, así que muchos de los que ingresaron cuando predominaba delta siguen ocupando camas”, recuerda en declaraciones a Teknautas Salvador Peiró, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) de la Comunidad Valenciana. La tendencia ya está cambiando, así que “la idea que nos vamos haciendo todos es que ómicron, en efecto, es menos grave”.

placeholder Sin mascarillas ni otras medidas en interiores en Dinamarca. (EFE)
Sin mascarillas ni otras medidas en interiores en Dinamarca. (EFE)

La compleja interpretación de los datos

El hecho de que se disparen los contagios en Dinamarca podría estar relacionado con la presencia de la subvariante de ómicron BA.2, que parece aún más transmisible y ya predomina en ese país. De hecho, los casos comenzaron a bajar hace semanas, pero después sufrieron un repunte espectacular. En cambio, en España solo se ha detectado este sublinaje en tres personas, según el último informe de variantes del Ministerio de Sanidad. No obstante, los expertos advierten de que es difícil comparar las cifras de contagios: “Hacen 35 test diarios por cada 1.000 habitantes y nosotros hacemos cinco, siete veces menos”, apunta Peiró.

Un estudio preliminar en Dinamarca no ha encontrado diferencias en el riesgo de hospitalización entre BA.1 (el primer sublinaje de ómicron) y BA.2, así que el incremento de los ingresos podría deberse, simplemente, a que la incidencia está disparada. Si ómicron resulta menos grave, es probable que un menor porcentaje de esos pacientes que llegan al hospital acabe en la UCI. De hecho, en España “ya nos comentan que están utilizando menos la ventilación asistida”, asegura el experto de Fisabio.

A esto hay que añadir otro factor que, posiblemente, en Dinamarca se está midiendo mejor: ¿qué ingresos son 'por' covid y cuáles 'con' covid? “Hay muchos casos en los que la muerte no es atribuible al covid, pero que tienen covid cuando han fallecido. A veces la diferencia está clara y otras no, por ejemplo, si el enfermo tiene otros problemas respiratorios”, señala. En los hospitales daneses han pasado de un 10% a un 40% de casos incidentales desde el verano hasta ahora, es decir, ingresos cuya causa principal no se debe a la infección por coronavirus, pero que suman en las estadísticas de covid.

placeholder Paciente en UCI. (EFE)
Paciente en UCI. (EFE)

En líneas generales, según el epidemiólogo, cuando hay poca transmisión, hospitalizaciones y fallecimientos se pueden atribuir al covid con mayor seguridad; pero cuando hay mucha, es más probable que un buen porcentaje sean pacientes 'con' covid sumado a otras dolencias más importantes. Cuando la incidencia está disparada, entre los pacientes que llegan al hospital por cualquier cosa, hay muchos positivos. De todas formas, es difícil separar unos casos de otros y, además, hay que tener en cuenta que “el covid siempre complica la asistencia, porque hay que aislar a los positivos”.

¿Insensato o audaz?

Con todos estos datos, los epidemiólogos asisten con expectación al cambio de rumbo emprendido por Dinamarca. “No me parece insensato, es una decisión acorde a la situación que tienen y a lo que esperan”, afirma Peiró. Sin embargo, “esto no es el fin de la pandemia o, al menos, no sabemos si lo es porque podríamos tener nuevas variantes. Hasta ahora, el covid no ha dejado de sorprendernos”, advierte.

Otros expertos son aún más escépticos. “Es bueno plantearse situaciones de cambio y discutirlas, pero a mí me sorprende”, comenta Joan Carles March, experto de la Escuela Andaluza de Salud Pública. “A pesar de que las cifras de las UCI bajan, pasar de muchas restricciones a cero me parece un cambio excesivamente radical. El proceso tiene que ser más gradual”, opina. “De alguna manera, el Estado danés le está diciendo a sus ciudadanos que se encarguen de gestionar la situación. La gente está contenta de que les quiten las restricciones, pero les están pasando la responsabilidad y tiene sus riesgos”, apunta.

Foto: Foto: EFE/EPA Yonhap.

Michael Bang Petersen, el asesor gubernamental danés, reconoce que hay incertidumbres como el covid persistente, pero recuerda que ya hay estudios que han empezado a demostrar que las vacunas también reducen notablemente este peligro. Dinamarca es uno de los países con un mayor porcentaje de población con la pauta completa (más del 81%), una cifra similar a la de España. Además, en la administración de terceras dosis incluso va por delante, con un 61%, casi 15 puntos más.

Con todas las dudas, ¿Dinamarca debería haber esperado a tomar esta decisión tan radical? “Quizá, pero esperar no es gratis”, reflexionaba el asesor, “tiene costes en términos de economía, bienestar y derechos democráticos”. Por eso, también apela a la opinión de la población, muy favorable a dejar atrás las medidas. “Incluso la mayoría de las personas mayores se sienten seguras al levantar las restricciones”, apuntaba en su cuenta de Twitter en referencia a las encuestas realizadas entre la población danesa.

Apostar por la prudencia

La pregunta es si España debería seguir el ejemplo y lanzarse a levantar las restricciones. “Lo que pasa aquí no es exactamente igual y, probablemente, no lo sea a corto plazo”, apunta March, que apuesta por la prudencia. “Lo que ha hecho Dinamarca nos va a dar pistas”, reconoce, “es osado e interesante, pero me parece que en España no es el momento, porque seguimos teniendo una alta mortalidad y pasar a no tener restricciones crearía bastante incertidumbre”.

placeholder ¿Seguirá Europa el ejemplo de Dinamarca? (EFE)
¿Seguirá Europa el ejemplo de Dinamarca? (EFE)

Peiró también considera que es preferible ver la evolución de los datos antes de tomar decisiones drásticas. Ante todo, recomienda mantener el aislamiento de los positivos, porque “es la medida más importante que hemos mantenido en esta sexta ola y una de las que más contribuye a reducir los contagios”. No obstante, a medida que se vaya confirmando que los casos de ómicron realmente son más leves, podría retirarse, teniendo en cuenta, como los daneses, que esta obligación causa numerosos trastornos sociales y laborales.

Sería la 'gripalización' definitiva del covid: “Ni con la gripe ni con ninguna otra enfermedad respiratoria hacemos pruebas ni aislamos a los positivos, pero si las cosas se tuercen, muchos contagios van a significar muchos problemas”. En cualquier caso, si se llega a tomar esta decisión y la pandemia vuelve a complicarse, por ejemplo, por alguna nueva variante, “siempre podríamos dar algún paso atrás”.

A lo largo de la pandemia, las evidencias científicas y las decisiones políticas han ido por caminos separados. Algunas veces, en direcciones opuestas incluso. El último episodio ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados, con la convalidación de un decreto-ley que prorroga el uso de las mascarillas al aire libre con el mismo texto que sirve para revalorizar las pensiones. Así llevamos camino de dos años usando la mascarilla por la calle y quitándola dentro de los bares. Por la misma regla de tres, no resulta menos sorprendente que en Dinamarca hayan decidido acabar con todas las restricciones justo cuando alcanzaban su récord de contagios. ¿Nos hemos vuelto todos locos o se ha acabado la pandemia y en España no nos hemos enterado?

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