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Cómo Rumanía adelantó a España como el país con el internet más rápido de Europa
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Mano a mano, manzana a manzana

Cómo Rumanía adelantó a España como el país con el internet más rápido de Europa

La curiosa historia de cómo los rumanos, a falta de cobre, desplegaron redes comunitarias por doquier que hoy son el germen de su internet ultrarrápido

Foto: Cables en una calle de Bucarest.
Cables en una calle de Bucarest.

Como la mayoría de los inventos, esta historia nace de la necesidad. Eran los años 2000, hacía apenas una década que Rumanía había salido del hermético periodo del dictador Nicolae Ceaușescu, ejecutado en 1989 tras una aparatosa huida en helicóptero, y los rumanos, como el resto de europeos, empezaban a familiarizarse con Internet.

Gabriel, un periodista rumano que entonces trabajaba para una televisión explica que empezó a utilizar Internet en 2001 o 2002, para descargarse música. Iulia, del condado de Dâmbovița se estrenó en 2004, con 12 o 13 años, bajándose una peli porno. Y Sebastian, entonces de 14 años, en 2007, en Iasi, se descargó "Loc lipsa" (Lugar Perdido), una canción de rock de la banda rumana Luna Amară, "para ponerla como melodía del móvil".

De lo que la mayoría de estos rumanos no eran conscientes es que, para ellos, la música y las películas se acabarían descargando más rápido que para otros europeos. Rumanía es uno de los países del mundo con el Internet más veloz, y el más veloz de la UE. Hoy, el 96% de los hogares rumanos tienen acceso a cobertura FTTP (fibra), muy por encima del 56% de media de la UE, según datos del Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) de la Comisión Europea. Siguen en el ranking España (91%) y Portugal (90,8%). Los últimos de la lista de acceso a fibra son Grecia (27,85%), Alemania (19,32%) y Bélgica (17,16%).

"En Rumanía están mejor que en EEUU"

"En la actualidad, las personas que viven en Bucarest, Rumania, tienen un acceso a Internet mucho más rápido que la mayoría de los de EEUU. Eso es inaceptable y debe cambiar", publicó en Twitter el senador estadounidense Bernie Sanders en 2016. Rumanía (23,35%) se encuentra entre los tres primeros países europeos respecto a la banda ancha de al menos 1GB en los hogares, tras Francia (39,34%) y Hungría (29,81%). En el ranking de velocidad de Internet de netindex.com, la ciudad de Bucarest es la séptima, justo detrás de Nueva York.

¿Cómo lo hizo Rumanía? "Pues muy fácil, llegando los últimos", dispara por teléfono Jorge Pérez Martínez, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). El catedrático explica que, a comienzos de los años 2000, Rumanía contaba con unas infraestructuras de telefonía obsoletas que no podían soportar conexiones a Internet de alta velocidad; "no había cobre, solo en las ciudades y en muy malas condiciones".

Lo que sucedió entonces fue, "que empezaron a buscarse la vida", continúa el catedrático, y, en lugar de hacer como en otros países del Este, "donde montaron un operador partiendo del operador estatal que había", en Rumanía, "la gente empezó a desplegar redes", agrega Pérez Martínez. "Cuando digo la gente, es la gente", puntualiza el catedrático, "manzana por manzana".

A falta de cobre, los rumanos se las ingeniaron para instalar redes vecinales.

Por los tejados de las casas de pueblos y ciudades rumanas empezaron a tejerse redes de barrio: telarañas de cables que se enroscaban en los postes y farolas. Y, como empezaban desde cero, no iban a desplegar cobre, "así que desplegaron cable coaxial –el de televisión— o, sobre todo, fibra", aclara Pérez Martínez. Aquellas redes vecinales fueron el germen de un internet veloz que empezó a extenderse por los rincones de Rumanía.

placeholder Cables en Bucarest.
Cables en Bucarest.

Mientras que la infraestructura subterránea era costosa y requería aprobación, construcción y mantenimiento, las redes de barrio aéreas solo necesitaban a un 'manitas'. Así que, "debido a un beneficioso abandono", aquellas redes proliferaron por toda Rumanía, escribe William Rinehart, investigador principal en el Centro para el Crecimiento y la Oportunidad en Utah. Y, cuando el Internet comercial empezó a afianzarse, se aprovecharon aquellos proveedores locales. A su vez, a falta de un mercado telefónico sólido, en vez de utilizar los servicios telefónicos para una conexión ADSL, "los rumanos saltaron directamente a la fibra a través de estas redes vecinales", coincide Rinehart.

Foto: Ilustración: M. G. Ortega.
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"No existían regulaciones ni leyes sobre la construcción u operación de estas redes, por lo que pudieron crecer rápidamente", agrega Andrei Ioniță, director de tecnología de la organización no gubernamental Code for Romania / Commit Global. Y aquellas redes de barrio empezaron siendo pequeñas y crecieron gracias al boca a boca. "En algunos casos, múltiples redes terminarían interconectándose, creando algunas de las primeras redes semimetropolitanas del país", explica Ioniță.

El modelo rumano llegó a la España rural pero no funcionó

Pérez Martínez dice que es algo parecido a lo que ocurrió en España, "aunque no tan exagerado", "con un sistema de competencia muy duro", puntualiza, e incluso hubo algún innovador que desplegó sus redes, pero, "aunque se parece mucho, en España, no funcionó porque había una alternativa", agrega, por un precio apenas mayor podías contratar a un gran operador.

Aquella accesibilidad a un internet veloz ayudó no solo a los ciudadanos comunes sino también a los pequeños emprendedores rumanos. El emprendedor David Burcovschi, consultor en arquitectura de software, recuerda que él mismo en 2012 y 2013, instaló una red en su municipio, con 15 o 16 clientes. "No daba mucho dinero, pero permitía que funcionara la red y cubrir mi suscripción a Internet". Burcovschi explica que muchas empresas de productos digitales se han desarrollado en Rumanía desde entonces. También una de las razones por las que empresas occidentales subcontratan en Rumanía es porque “los precios eran muy competitivos,” agrega.

Pero, y, ¿cómo consiguieron tantos usuarios? Porque era muy barato, coincide Pérez Martínez. Y, eso se puede hacer —dice— en un sistema de competencia brutal y sin 'legacy' [historia], donde pudieron crear una infraestructura nueva sin ningún condicionante para desplegarla hasta en las fachadas y postes; "un desastre, eso sí, desde el punto de vista medioambiental", añade Pérez Martínez.

En los últimos años ha crecido el interés por las redes comunitarias como un modelo alternativo para cerrar la brecha de conectividad frente a las limitaciones de las telecomunicaciones comerciales convencionales. Se espera que los operadores nacionales conecten a entre el 60% y el 70% de la población mundial para 2025, lejos de la conectividad universal para 2030, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

La Agencia de refugiados de Naciones Unidas defiende el potencial de este modelo con población desplazada. Una investigación de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) de 2018 sobre 16 iniciativas en el Sur global encontró que además de asequibilidad y acceso, este tipo de redes impulsaron el desarrollo económico local y empoderamiento de las comunidades.

Alemania no sabe qué hacer con las líneas de cobre

Paradójicamente, aquellos países con mejor infraestructura de líneas de teléfono clásicas de cobre, ahora cargan con su legado. Es el caso de Alemania, que hoy no sabe qué hacer con ellas, explica Burcovschi.

Pese a la fuerte implantación de la fibra, los avances hacia el final de las redes de cobre han sido lentos en Europa, explica el estudio 'El apagado del cobre. La experiencia europea y consideraciones prácticas' de la consultora alemana WIK. En diciembre de 2019, Orange Francia anunció que reemplazaría toda su red de cobre para 2030. En España, el apagado del cobre tendrá lugar este 19 de abril. Alemania aún no tiene fecha para su apagado.

Retos: fibra altísima, los penúltimos en 5G

Sin embargo, pese a que Rumanía tiene una conectividad de fibra altísima, en cuanto a infraestructura, aún tiene retos por delante. Es el caso de demanda de teléfono móvil, donde con un 82,41% Rumanía está algo por debajo de la media de la EU (86,53%), de una lista encabezada por Irlanda (98,39%), Dinamarca (97%) y Finlandia (96,25%). Rumanía también se queda a la cola en cuanto a comercio electrónico en la UE (7,6%) justo por delante de Grecia (7,3%).

El caso griego: lento y caro

Grecia es uno de los países de Europa con el Internet más lento y más caro. El motivo en el caso griego es el opuesto: no había competencia. "El país está rezagado por detrás de la media de la UE en cobertura de redes fijas de muy alta capacidad (28 % frente a 73 %)", según el DESI.

Solo el 19,8% de los hogares griegos tiene acceso a Internet rápido y servicios fiables, según la Autoridad Estadística Helénica (ELSTAT) y casi ningún hogar griego (0,2%) tiene acceso a una velocidad de 500Mbps/1 Gbps. Esto es porque la penetración de la fibra óptica, a la que llegaron más tarde, es prácticamente inexistente (menos del 1%). "Evidentemente llegamos más tarde​, pero estamos acelerando", dice un portavoz de la Comisión Nacional de Correos y Telecomunicaciones griega.

Para Harris Georgiou, secretario general de la Asociación griega de informática, sin embargo, "no solo importa la velocidad de la conexión sino la calidad de la conexión".

"Solo anuncian más velocidad, pero eso no tiene sentido si tengo 60 desconexiones por hora, lo cual es muy común". Georgiu considera que la fibra por sí sola no resuelve el problema, porque “la mayor parte [de los griegos] todavía tiene equipos obsoletos". La buena noticia es que Grecia obtuvo resultados mucho mejores en conectividad móvil y 5G (86 %), por encima del 81% de la UE.

Como la mayoría de los inventos, esta historia nace de la necesidad. Eran los años 2000, hacía apenas una década que Rumanía había salido del hermético periodo del dictador Nicolae Ceaușescu, ejecutado en 1989 tras una aparatosa huida en helicóptero, y los rumanos, como el resto de europeos, empezaban a familiarizarse con Internet.

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