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Lo que oculta "el operador de fibra más rápido de España": en qué fijarte de verdad
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Más allá de premios y estudios

Lo que oculta "el operador de fibra más rápido de España": en qué fijarte de verdad

Al buscar una tarifa de fibra se nos van los ojos a la velocidad, y los operadores lo saben y los que pueden presumen de tener la "fibra más rápida" y mostrar premios y estudios. Pero no es oro todo lo que reluce

Foto: La letra pequeña de los estudios de red más rápida es muy grande
La letra pequeña de los estudios de red más rápida es muy grande

No hace tanto que la velocidad de fibra más habitual en España era de 100 Mbps y ahora ya estamos hablando de conexiones que prometen hasta 10 Gbps, aunque muchos hogares sigan teniendo un triste ADSL. Y es que la velocidad es el principal factor en el que nos fijamos, además del precio, a la hora de elegir la oferta de uno u otro. Para un operador ser considerado el más rápido por un estudio independiente puede suponer una gran ventaja. O al menos un buen arma de marketing.

Durante meses el Grupo MásMóvil y sus distintas marcas, entre ellas Yoigo, MásMóvil, Pepephone, han estado presumiendo (y siguen haciéndolo) de ser la "operadora de fibra más rápida de España". La afirmación en cuestión parte del estudio de nPerf que le dio la victoria por delante de Vodafone, Movistar y Orange, por un margen estrecho. El trono y el relevo en eso de presumir de velocidad lo ha cogido ahora Digi, basándose en un estudio de Ookla (los creadores del famoso Speedtest) que le dan una gran ventaja frente a sus rivales: 250,76 puntos frente a los 145,98 del segundo operador, Movistar.

Foto: La fibra a 10 Gbps ya está aquí. (Cedida)

Los resultados de ambos estudios chocan entre sí contundentemente. nPerf publicó su primer estudio sobre las conexiones en España en 2019, pero lo actualizó hace poco, en el primer semestre de 2021 y los resultados no han cambiado. Esta segunda edición coincide en fechas con el estudio de Ookla del que presume ahora Digi. Entonces, ¿de cuál nos podemos fiar? De ninguno de los dos. Estos estudios, que utilizan para crear su ránking la velocidad pero tambié la latencia, pueden servir para tener una idea de la evolución de la red de cada operador, pero en ningún no pueden tomarse como una verdad absoluta.

¿De dónde salen los datos?

Tanto nPerf como Ookla se basan en datos obtenidos mediante sus respectivos de test de velocidad, que cualquier usuario puede llevar a cabo en sus respectivas webs (aquí el test de nPerf y aquí el test de Ookla). Cabe mencionar aquí el caso de Digi, al por usar en su mayoría la red de Movistar, nPerf no lo tiene en consideración.

Ambos hablan en su metodología de que requieren de un número mínimo de tests realizados para tener en cuenta a un operador. Es decir, sus resultados son simples test hechos por los usuarios, realizados en un momento puntual, por cable, por WiFi... Teniendo en cuenta que muchos tests serán realizados por problemas en la conexión, las conclusiones obtenidos pueden alterar gravemente las medias.

La vía para obtener los datos no está el único problema. Esas pruebas pueden detectar a qué operador pertenece la conexión que está haciendo la prueba, pero no pueden detectar, ni preguntan al usuario, por la velocidad contratada. Este aspecto sería interesante, porque puede ofrecer dar el porcentaje de velocidad recibida frente a la contratada, aunque seguiría estando influenciado por las circunstancias que rodean a cada test.

Las circunstancias puntuales que rodean al usuario pueden afectar a las mediciones

Pero más allá de tener en cuenta la velocidad contratada por cada usuario, hay otro punto importante que no tienen en cuenta estos estudios: la oferta de los operadores. Digi contaba en el momento en el que se hicieron los tests del estudio de Ookla dos tarifas: 300 Mbps por 25 euros y 1 Gbps por 30 euros. Incluso era posible contratar (desde marzo) 1 Gbps por 20 euros, sólo en su cobertura propia. No sabemos cuantos de los más de 300.000 clientes de fibra de Digi tienen una u otra tarifa, pero su oferta favorece que tenga más clientes con 1 Gbps que otros operadores, que además de tres tarifas tienen un mayor salto de precio entre las distintas velocidades. Por no hablar de los operadores que todavía tienen clientes de ADSL, perjudicados por su baja velocidad: Movistar tiene 834.000, de un total de millón y medio de líneas en España.

Lo justo quizás sería comparar conexiones que prometen la misma velocidad en distintos operadores, para ver cuál de ellos cumple mejor con su promesa. De cualquier otra manera, lo normal es que el operador con las tarifas con fibra más rápida y barata resulte el ganador de estos estudios, como es el caso actualmente de Digi. Y por el lado contrario, los operadores con más clientes de ADSL salen perjudicados, aunque todo depende también de qué usuarios hacen los tests de velocidad.

¿Cómo se hacen los estudios profesionales?

Al contrario que con los estudios de calidad de redes móviles, más numerosos que los de redes fijas, no hay estudios de redes fijas profesionales públicos. Los operadores cuenta con ellos, evidentemente, pero se los guardan para sí. Una de las empresas que se encargan de esos estudios profesionales es Medux, una startup multinacional que cuenta con más de 15.000 dispositivos en más de 15 países, desde los que mide con cajas específicas la calidad de las conexiones. "Estos robots, llamados Medux HOME,que respetan 100% la privacidad,realizan mediciones de calidad de la red y de los servicios consumidos habitualmente por los usuarios, desde la navegación web, hasta servicios de gaming, streaming, redes sociales, servicios de videoconferencia o almacenamiento en la nube", asegura Rafael González, CMO de Medux.

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Foto: Reuters

Los operadores, obligados por una Ley de 2014 publican en sus webs (aquí los de Movistar, Orange, Vodafone, Yoigo, Digi y Euskaltel) un informe de calidad de servicio que además de recogen número de quejas presentadas y otros parámetros sobre la calidad de sus servicios en general, también detallan la velocidad media conseguida en sus distintas conexiones. Ahora, en las redes de fibra hasta el hogar (FTTH) de cualquier operador la velocidad es muy cercana a la contratada, incluso a veces está por encima. Pero la velocidad es el único parámetro que recogen estos documentos, mientras que las pruebas de Medux van más allá.

"Un tema que creemos fundamental al hacer este tipo de comparativas, y dicho coloquialmente, sería comparar peras con peras", señala González. "Lo segundo, sería disponer de métricas sobre la calidad real y la experiencia de los servicios que consume el usuario. Entre otros parámetros relevantes, podríamos mencionar el porcentaje de cumplimiento de las velocidades contratadas, la velocidad de respuesta y tiempo de carga de una web a la que se quiere acceder, el tiempo de carga de un video en Youtube, y el número de interrupciones o cambios de calidad en su reproducción, o la estabilidad y tiempos de respuesta de los servicios de Gaming o de cualquier otro servicio en tiempo real como video conferencias."

¿Qué diferencia a una fibra de calidad?

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Foto: Reuters

Visto que los estudios públicos no son perfectos y los profesionales no son públicos, ¿en qué nos podemos fijar para determinar qué fibra elegir en función de su calidad? Lo primero de todo es que hay que desterrar la idea de que la calidad pasa por la velocidad. De hecho, la fibra está llegando a unas velocidades que a día de hoy pocos usuarios les sacan partido, ya que el mismo Netflix asegura que 25 Mbps son suficientes para ver sus contenidos a máxima calidad. En un mismo hogar se pueden dar varios usos simultáneos, pero no parece que serían necesarios más de 300 Mbps para cubrir las necesidades de un hogar medio.

Uno de los principales factores que afectan a nuestra experiencia en internet, y que también miden los tests de velocidad, es la latencia o ping. Se trata del tiempo que tarda un dato en viajar desde su origen (en este caso nuestra casa) hasta su destino (la red), por lo que afecta de lleno a todo lo que requiera de una respuesta instantánea: videollamadas, control o acceso remoto, juegos online... La fibra de por si ya tiene una latencia bastante baja, de entre 10 y 20 milisegundos habitualmente, pero el estándar XGS-PON que ya usa Digi en lugares privilegiados y que el resto de operadores ofrecerán en próximas semanas puede rebajar la latencia a un solo milisegundo.

Los acuerdos entre operadores y plataformas de streaming o juegos online son claves

Más allá de la velocidad y la latencia, datos que miden los distintos test de velocidad, un punto que puede pasar más por alto son los acuerdos de peering. Estos acuerdos, firmados entre operadores y proveedores de contenido, acercan los servidores de estos últimos a los usuarios instalándonos directamente en las instalaciones de los operadores, logrando un acceso más rápido. El peering es especialmente útil, y se aplica, en los servicios más habituales, que a su vez son los que más tráfico de datos generan en las redes de los operadores, como pueden ser Netflix, YouTube y otras plataformas de streaming o juegos online.

El peering fue motivo de titulares cuando Netflix llegó a España, ya que Movistar quiso que la plataforma le pagara por instalar sus servidores, mientras el resto de operadores ya los tenían. Eso provocó que el acceso a Netflix fuese peor en Movistar que en otros operadores, aunque pronto ambas empresas firmaron la paz e incluso llegaron a acuerdos para integrar las suscripciones a Netflix en la oferta de Movistar Fusión. A día de hoy la calidad del acceso a Netflix es prácticamente idéntica en todos los operadores españoles, como se muestra en los tests que publica todos los meses la propia Netflix.

¿Hay datos objetivos y accesibles?

Ya sabemos que los estudios que otorgan premios tienen una forma de medir que no es la perfecta y los puntos en los que nos podemos fijar a la hora de contratar una conexión en función de su calidad. La pregunta es, ¿hay datos totalmente objetivos y accesibles para los usuarios? Únicamente los ya mencionados documentos de calidad de servicio que están obligados a publicar cada operador, pero que tampoco reflejan del todo la realidad, al no medirse las velocidades (el único parámetro que miden) en las casas de los usuarios, sino en un punto intermedio entre los hogares y las instalaciones de los operadores.

Igualmente, no todas las conexiones utilizan exactamente la misma tecnología, y de eso sí tenemos información y libertad de elección. La mejor tecnología es la fibra hasta el hogar con el estándar XGS-PON, que permite acercarse (sin llegar) hasta los 10 Gbps de subida y bajada y latencias de un milisegundo. El problema es que solo Digi comercializa este tipo de conexiones y en muy pocas zonas, pero en los próximos meses llegará a otros operadores, como Movistar, Orange o el grupo MásMóvil. Mientras tanto, la fibra más habitual es la fibra hasta el hogar con el estándar GPON, que puede ofrece 1 Gbps simétricos y latencias más que aceptables, por lo que este tipo de conexiones son perfectas para prácticamente cualquier uso.

Las diferencias más notorias se dan en la velocidad de subida entre redes FTTH y HFC

La red que se está quedando atrás poco a poco, por la evolución de los estándares de la fibra hasta el hogar, es la HFC, también llamado cable. Es un híbrido en el que se utiliza fibra hasta cierto punto y cable hasta el hogar, lo que provoca que la velocidad de subida sea bastante inferior a la de bajada, perjudicando el envío o subida de archivos a la red. No quiere que sea una red inutil a día de hoy, puede ser más que suficiente pero es más lenta en la subida, pero con los años las diferencias con el FTTH se notarán más. Esta tecnología la usa en parte Vodafone (en la red que heredó de ONO) y las distintas marcas que hacen uso de su red (Lowi, Finetwork), aunque parte de su red es de fibra hasta el hogar. El HFC también tiene fuerte implantación en Euskadi, Asturias y Galicia, ya que eran las redes históricas de Euskaltel, telecable y R, aunque esa red se está migrando actualmente a fibra hasta el hogar con el estándar XGS-PON.

Dicho todo esto, las conexiones de fibra de la misma velocidad en distintos operadores tienen calidades similares. Solo los usuarios más intensivos, que teletrabajen o con necesidades muy específicas de altas velocidades o latencias muy bajas tienen que ir a la letra más pequeña, buscando idealmente conexiones con acuerdos de peering con los servicios que usen más habitualmente o los tipos de fibra que menor latencia o mayor velocidad de subida ofrezcan. Esos detalles pueden ser los que marquen la diferencia, lejos de las conclusiones de los estudios de velocidad.

No hace tanto que la velocidad de fibra más habitual en España era de 100 Mbps y ahora ya estamos hablando de conexiones que prometen hasta 10 Gbps, aunque muchos hogares sigan teniendo un triste ADSL. Y es que la velocidad es el principal factor en el que nos fijamos, además del precio, a la hora de elegir la oferta de uno u otro. Para un operador ser considerado el más rápido por un estudio independiente puede suponer una gran ventaja. O al menos un buen arma de marketing.

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