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La última guerra del taxi en Barcelona: poner cámaras para vigilar a los pasajeros
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en otras ciudades lo permiten

La última guerra del taxi en Barcelona: poner cámaras para vigilar a los pasajeros

El gremio en la Ciudad Condal se rebela ante la prohibición de poder instalar estos dispositivos en el interior de los vehículos por seguridad. Se quejan de que en otras ciudades ya está permitido y la AEPD también ha dado su visto bueno

Foto: Concentración de taxistas en Barcelona. (EFE/Toni Albir)
Concentración de taxistas en Barcelona. (EFE/Toni Albir)
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"Entras a un supermercado y te están grabando. ¿En el banco o El Corte Inglés? También. Entras al metro y lo mismo. Pero pides poner una cámara en el coche, te dicen que no y te quedas con cara de tonto", cuenta Juan, un veterano del taxi en Barcelona, cuando se le pregunta por el último enfrentamiento, uno de los tantos que han mantenido en los últimos años, con las autoridades locales.

Una serie de incidentes recientes ha caldeado los ánimos en este gremio, que ha decidido rescatar una vieja reivindicación para conseguir que la AMB, encargada de regular y gestionar el transporte público en la capital catalana y su área metropolitana, levante el veto sobre la videovigilancia y permita instalar estos sistemas dentro de sus vehículos.

El suceso que ha encendido la mecha de esta última disputa ocurrió el pasado sábado. Una taxista acudía primero a la Guardia Urbana y luego a los Mossos porque acababa de vivir un desagradable episodio. En el momento en que estaba cobrando, se percató de que el pasajero estaba masturbándose en la parte trasera de su automóvil. La respuesta de los agentes fue la misma en ambos casos: no podían proceder a identificar al sujeto. Y no podían hacerlo a pesar de que les informó de que tenía una cámara instalada. Eso sí, por su cuenta y riesgo, ya que el reglamento no lo avala. "Esa prueba no es válida porque estaría vulnerando derechos fundamentales", recuerda el abogado Samuel Parra. Este especialista añade que, incluso, la taxista podría llegar a ser multada, "aunque habría que demostrar exactamente qué es lo que está incumpliendo".

placeholder Foto: Reuters/Horaci García.
Foto: Reuters/Horaci García.

Esta respuesta no tardó en provocar el enfado de los profesionales del taxi barcelonés, especialmente entre las muchas mujeres que trabajan como conductoras. “Hemos recibido en los últimos días muchísimos testimonios de compañeras que han sufrido acoso sexual al volante. Desde que se les estén insinuando hasta incluso que les hayan tocado una teta”, explica Alberto Tito Álvarez, líder de la asociación Élite Taxi.

El sindicalista explica a este periódico que tras este caso, unido a una paliza a un taxista y un intento de robo a otro compañero en los últimos días, el Instituto Metropolitano del Taxi “por fin” se ha dado cuenta de que tocaba convocar una mesa de seguridad para estudiar lo sucedido y nuevas medidas de protección para estos trabajadores. Una reunión que se celebró este jueves a última hora de la tarde y que no sirvió para acercar posturas. "Es una vergüenza", declaró Álvarez a la salida de la reunión, lamentando que la respuesta que les han dado en esta sesión de trabajo es que permitir la instalación de cámaras crearía "sensación de inseguridad".

“No estamos peor de lo que estábamos en 2019. Pero estas cosas siguen sucediendo y es una tarea pendiente que hay que resolver cuanto antes. No se puede salir a trabajar con esta preocupación y esta tensión”, añade Álvarez, que amenaza con volver a bloquear el centro de Barcelona si no se levanta esta prohibición y no se facilita que los taxis puedan llevar estos dispositivos en el interior del vehículo. “Es bastante ridículo todo, porque su uso ya está regulado por la Agencia Española de Protección de Datos y ya hay ciudades donde se han puesto en marcha medidas similares”, remata.

Desde hace casi dos décadas, los taxis de la Ciudad Condal cuentan con un pequeño aparato conectado, gracias a una tarjeta SIM, con el 112. Cuando pulsan el botón en caso de situación de riesgo, el dispositivo les comunica con un operador de este servicio de emergencias, que puede escuchar todo lo que ocurre en el interior del vehículo.

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Una opción similar a la que ofrecen aplicaciones como Uber, que entre sus herramientas de seguridad permite tanto a pasajeros como a conductores grabar el audio durante el trayecto por si tienen que enfrentar alguna situación desagradable.

“Es un sistema claramente obsoleto que se empezó a utilizar hace veintimuchos años”, sentencia Álvarez, que asegura que lleva varios días recibiendo llamadas constantes de compañías de seguridad con presupuestos y propuestas para llevarlo a cabo. Insisten en que su propuesta es establecer un sistema en el que el o la taxista de turno no tenga acceso a las imágenes, sino que sea un operador externo (por ejemplo, del 112) o una empresa especializada quien gestione el acceso a las imágenes en el caso de que haya un problema que requiera esas pruebas visuales.

“Se ha centrado el debate en la seguridad de los conductores, que es lo que ha desatado todo esto. Pero hay que pensar que esto también puede ser una garantía en caso de que el que cometa el delito sea el conductor. Se trata de crear un ambiente seguro y con todas las garantías”, remata el portavoz de Élite, que comprende también las particularidades que existen a la hora de regular la videovigilancia, porque se percibe como “un ambiente más íntimo y privado que en el transporte público”.

Los taxistas defienden que el dispositivo daría seguridad a conductores y pasajeros

"Si ellos no toman la decisión, seremos nosotros los que pondremos la seguridad por delante e instalaremos las cámaras", adelanta Álvarez, que asegura que "recurrirán todas las multas y sanciones" que se pongan por esta razón. "Estamos seguros de que la Justicia nos dará la razón en esto".

¿Qué dice la AEPD?

Lo llamativo de todo esto es que en otras localidades como Alcalá de Henares, por ejemplo, ya se permite que los taxistas que quieran puedan instalar una cámara en su vehículo. Incluso la Agencia de Protección de Datos ya se ha pronunciado sobre el uso de estos dispositivos. El abogado Jorge García Herrero explica a El Confidencial que las reglas no son muy distintas a las que tiene que cumplir un comercio tradicional.

“Los principios son siempre los mismos: solo captar lo imprescindible, informar al interesado de que la grabación se está produciendo y evitar grabar la vía pública”, puntualiza este letrado. “En el caso de un taxi, se debería evitar filmar personas y vehículos en el exterior”.

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Foto: EFE/Caroline Brehman.

García Herrero recuerda que la AEPD también se ha pronunciado incluso sobre las cámaras pensadas para grabar la carretera. En el informe que publicó esta agencia recogía que solo las personas autorizadas debían poder acceder a las imágenes con una cuenta dedicada. También se detallaba que tanto los rostros como las matrículas deben ser pixeladas si no estaban involucrados en el incidente en cuestión.

Lo más llamativo es que lo grabado no debe estar almacenado ad eternum”, añade el especialista. “Hay que hacer un loop de grabado y borrado cada cierto tiempo que solo se interrumpe ante un choque del taxista o una acción concreta”.

"Entras a un supermercado y te están grabando. ¿En el banco o El Corte Inglés? También. Entras al metro y lo mismo. Pero pides poner una cámara en el coche, te dicen que no y te quedas con cara de tonto", cuenta Juan, un veterano del taxi en Barcelona, cuando se le pregunta por el último enfrentamiento, uno de los tantos que han mantenido en los últimos años, con las autoridades locales.

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