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Google quiere que Bard no sea una escopeta de feria: así pretende que creas más en él
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Google quiere que Bard no sea una escopeta de feria: así pretende que creas más en él

Todas las inteligencias artificiales generativas sufren de alucinaciones en mayor o menor grado. El buscador aplica ahora su chatbot en español un nuevo modelo de lenguaje y un sistema para tener pistas sobre si miente o es inexacto

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Medio mundo lleva meses intentando pronosticar el impacto que tendrá el big bang de la inteligencia artificial generativa sobre el empleo. Hay quien va más allá y ya anda inquieto porque la inteligencia artificial general, la siguiente gran metamorfosis de esta tecnología, se descontrole y acaba siendo un peligro para el destino de toda la humanidad, un temor que quedó patente después del todo culebrón de OpenAI y el despido bumerán de Sam Altman, fundador de la compañía.

Pero para dilucidar si estos miedos son exagerados queda todavía tiempo. Ahora una de las cosas que más inquietan es que sistemas como ChatGPT nos cuelen como cierta una respuesta que no lo es. No se trata de una mentira consciente, sino de errores accidentales, conocidos en los mentideros especializados como alucinaciones. Para no pillarse las manos, las compañías responsables incluyen avisos de que los resultados pueden ser inexactos.

Hay a quien se le ha echado más en cara que a otros. Bard ha tenido que cargar prácticamente desde el principio con ese sambenito de que era un poco escopeta de feria y que fallaba en ciertas cosas tanto o más que la versión gratuita de ChatGPT a pesar de tener conexión a internet.

Foto: El CEO de Google, Sundar Pichai. Foto: Rajat Gupta (Efe)

Bloomberg incluso se hizo eco de que el buscador era consciente de que el chatbot ofrecía “información de baja calidad” en el momento de su lanzamiento en mayo del pasado año, pero decidió seguir adelante con ello. “Es un mentiroso patológico”, así lo describió un empleado en declaraciones a la agencia estadounidense.

La compañía lo ha ido mejorando, pero ahora da un paso en firme para mejorar la fiabilidad de Bard. Para empezar hace unos días cambió el modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM) que lo hace funcionar, dando entrada a Gemini Pro, uno de sus últimos desarrollos.

Un LLM es un conjunto de datos y parámetros de tamaño colosal que permite dar forma, por así decirlo, a un sistema de aprendizaje profundo que sea capaz de sacar significados de una secuencia de texto y entender la relación entre palabras y frases que contiene. Esto es lo que luego permite que cualquier usuario le pregunte algo a ChatGPT o Bard y este sea capaz de entender lo que quiere y elaborar una respuesta.

Gemini Pro ahora en español

Hasta ahora Bard con Gemini Pro había sido lanzado a pequeña escala y solo estaba disponible en inglés. Pero Google ha anunciado que ya está disponible a más de 40 idiomas y 230 países. Se podrá utilizar en España y en español. Por ahora, no se puede utilizar ni con gallego, ni euskera, ni catalán.

Gemini es una familia de modelos de lenguaje que la compañía presentó por sorpresa el pasado 6 de diciembre. Gemini Pro es el segundo en términos de capacidades y potencia. Hay un modelo más pequeño, Gemini Nano, pensado para ejecutarse en dispositivos móviles. En lo más alto está Gemini Ultra, que llegó con el aval de haber superado a sus rivales en prácticamente todas las pruebas de referencia que se utilizan para medir las capacidades de estos sistemas. Se espera que en los próximos meses Google copie la estrategia de OpenAI y saque una versión de pago que funcione con este sistema, mientras que el gratuito utilizará la versión semidesnatada.

En el caso de Gemini Pro, los informes distribuidos por Google sitúan este LLM con unas capacidades parejas a GPT 3.5 (el segundo modelo más potente de OpenAI) como se puede observar en la siguiente tabla.

placeholder Detalle compartido por Google sobre los resultados de Gemini.
Detalle compartido por Google sobre los resultados de Gemini.

El cambio de motor de Bard no es el único cambio que ha anunciado la compañía. Google también habilitará en español y otros idiomas su función para chequear la fiabilidad de la respuesta. Se trata de un botón con forma de G que al pulsarlo lanza una búsqueda en internet y analiza la información para ver si las respuestas que ha ofrecido el chatbot son correctas o contienen alguna inexactitud. Si la comprobación da un resultado positivo, se resaltarán algunas de las frases y se podrá hacer clic en ellas para acceder a la información que las confirma o las contradice.

Y el polígrafo dice que...

La expansión de estas mejoras de Bard a nuevos idiomas y nuevos mercados se enmarca en un movimiento de la compañía por ir liberando cada vez más funciones de IA. Hace unos días anunció la función Rodea para buscar, una evolución de Google Lens que permite hacer un círculo sobre una parte de una imagen para identificar el producto, lugar o prenda que sale en la ropa.

En Estados Unidos, el usuario puede preguntar algo sobre esa imagen y que el sistema genera una respuesta. Por ejemplo, se podría sacar una foto a una planta que no conoce y preguntar sobre sus cuidados.

placeholder Foto: Google.
Foto: Google.

En vez de darle la especie vegetal de la que se trata y que el usuario tenga que buscar de forma tradicional como cuidarla y navegar en el listado de resultado, esta función de Rodea para buscar le da directamente esa información. Google ha sido muy precavido liberando estos desarrollos, especialmente aquellos que tengan que ver con las que puedan afectar a la piedra angular de su negocio: las búsquedas. Ahora empieza a aflojar la correa.

Medio mundo lleva meses intentando pronosticar el impacto que tendrá el big bang de la inteligencia artificial generativa sobre el empleo. Hay quien va más allá y ya anda inquieto porque la inteligencia artificial general, la siguiente gran metamorfosis de esta tecnología, se descontrole y acaba siendo un peligro para el destino de toda la humanidad, un temor que quedó patente después del todo culebrón de OpenAI y el despido bumerán de Sam Altman, fundador de la compañía.

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