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Anuncios en farolas y recompensas: las VTC de Uber y Cabify se quedan sin conductores
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"Hay mucho tarambana al volante"

Anuncios en farolas y recompensas: las VTC de Uber y Cabify se quedan sin conductores

250 euros por traer a un amigo como chófer o un salario mayor los tres primeros meses como cebo. Son los nuevos ganchos de las VTC, a las que cada vez les cuesta más encontrar mano de obra. "No cogen a cualquiera, pero casi"

Foto: Foto: cedida.
Foto: cedida.

Anuncios en la calle, en portales y farolas, publicidad en Instagram y premios y recompensas en Facebook si recomiendas a un amigo que al final resulte contratado. Estas son las técnicas para fichar conductores a las que están recurriendo durante los últimos meses algunas de las grandes flotas de coches VTC que trabajan con Uber, Cabify o Bolt. Cada vez hay menos candidatos que quieran ponerse al volante de uno de estos vehículos y la situación comienza a ser desesperada para empresas como Auro, Moove Cars, Vecttor o Gescab. La competencia entre ellas es feroz y las condiciones laborales se resienten. El resultado es un combo que está poniendo contra las cuerdas a todo un sector.

Basta darse un paseo por el centro de Madrid para comprobarlo. "Te ofrecemos un puesto de trabajo como conductor", se puede leer en un folio impreso en blanco y negro colocado a la salida de una vivienda en la capital. Cuando se escanea el QR con el móvil, se abre un cuestionario de Google Forms (una herramienta gratuita) con apenas cinco preguntas. Eso es suficiente para postularse a una vacante en Moove Cars, una de las principales flotas del sector.

Foto: El invento que han encontrado para cumplir con el decreto catalán. (Bolt)

Otras han recurrido a tácticas más propias de las operadoras para cazar clientes de fibra y móvil. Auro, uno de los peces gordos que ahora se están rifando Uber y Cabify (cuenta con más de 2.500 vehículos), anunciaba en su Facebook la posibilidad de ganar 250 euros a los trabajadores por cada amigo o conocido que traigan a la compañía y que sea contratado. La empresa Vecttor ofrecía en Instagram "un trabajo sobre ruedas" con 1.426 euros de salario bruto más incentivos. Eso sí, con letra pequeña. Ese sueldo es para los tres primeros meses. Cuando se cumple ese periodo, se reduce a 1.226 euros.

"Esto está afectando a casi todos, pero especialmente a las compañías que tienen más coches y autorizaciones VTC", confirman desde Resistencia VTC, una agrupación que trabaja para denunciar los problemas del sector. "Para conducir, basta con presentarte un día, entregar los cuatro documentos que te piden y al siguiente te dan la llave y el alta en la app".

Varias de las fuentes consultadas por este periódico ponen el acento en las condiciones de estos empleos, que definen como "enormemente precarizados". "Si alguien ficha a día de hoy por una flota de estas, se va a encontrar con un coche compartido con otro compañero", cuenta un conductor de VTC, que pide preservar el anonimato. Lo más habitual es una división salomónica: de 6:00 a 18:00, un turno, y otras 12 horas en el otro. Ese es el tiempo que tienen para conseguir los objetivos marcados. Si lo logran antes de cerrar el mes, ahí es cuando pueden sacar un sobresueldo, que varía mucho dependiendo de para quién trabajes. "Por la mañana, pillas algún aeropuerto, algunas cosas a Atocha o Chamartín. Pero, a partir de las nueve, te tiras de atasco en atasco. Te comes todo el tráfico", puntualiza. "Si te toca la noche, vas más rápido, pero tienes menos faena. Cuando la hay, tienes que aguantar a los borrachos y demás. Es muy complicado, te toque lo que te toque".

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Foto: EFE.

Los que más años llevan tienen el privilegio de tener el coche para ellos y no solo trabajan para Uber, Cabify o Bolt, sino que también cubren otros servicios como los ofrecidos a empresas privadas. "Yo lo negocié al fichar por mi empresa. Tener un vehículo para mí supone poder escoger las mejores horas de un turno y de otro. Que echo horas, sí, pero no voy tan agobiado como otros", explica. "A mí nunca me verás comer en el coche en cinco minutos, como ocurre con los que van con el agua al cuello, que curran hasta el último minuto del fin de semana".

Este conductor cree que es innegable que "falta gente" y que eso ha derivado en procesos de selección "menos duros". "Cuando empecé, hace más de siete años, me hicieron una prueba de conocimiento de Madrid, en la que tenía que saber hasta los hoteles. Ahora, eso ha desaparecido. Con la prueba de conducción, que era bastante exigente, tres cuartas partes de lo mismo".

La visión de las flotas

Los responsables de las grandes flotas no niegan la mayor y reconocen que "cada vez les cuesta más conseguir conductores", un problema que les lleva presionando desde el final de la pandemia, pero que en los últimos meses se ha vuelto casi insostenible. Desde Auro, señalan dos posibles motivos de este fenómen. "Los flujos de inmigración y la conciliación laboral", explica Jaime Banús, consejero delegado de Auro, empresa que está tirando también de anuncios en redes sociales para captar chóferes.

"Hemos visto a muchos extranjeros que antes trabajaban en el sector pero que se han vuelto a su país, especialmente después del verano. Y luego es un trabajo en el que si quieres cumplir tus objetivos tienes que trabajar los fines de semana, viernes, sábado y domingo. Es así", señala a El Confidencial. Banús no considera, sin embargo, que ninguna de las otras cuestiones relativas a la precariedad del sector esté dificultando la contratación. "Hace un año, cerramos un convenio y la gran mayoría de los conductores estaba muy contenta con ello. No creo que en un año ahora se les haya quedado corto. En Auro, el contrato base es de 40 horas semanales por unos 1.260 euros brutos. Luego, si superas los 4.000 euros de facturación, te llevas un 40%. Claro que para eso vas a tener que trabajar los fines de semana", insiste Banús. Este directivo asegura que Auro nunca ha subido el mínimo de 4.000 euros para comenzar a ingresar extras.

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Foto: Reuters.

Tampoco ha eliminado ninguno de los requisitos para fichar conductores. "Les hacemos a todos un examen de conducir que tienen que superar y los formamos en cómo usar el GPS, atender a los clientes, etc. Eso supone que tenemos las cifras de siniestralidad más bajas que nunca, del 80%. Es decir, lo que le cuesta a nuestro seguro cubrir nuestros accidentes es un 20% inferior a lo que ingresa. Son nuestras cifras más bajas desde 2017".

Entre las pequeñas flotas (de menos de 50 vehículos) y los autónomos dueños de una licencia, las condiciones mejoran. Es su forma de hacer la competencia a las grandes plataformas. "Nosotros no nos podemos permitir perder conductores. Yo tengo uno, a partir de 3.500 euros, el 40% de lo que factura es para él. Puede trabajar cuando quiera y como quiera, no le marco días. Todos sabemos cuáles son los mejores momentos, pero entre los autónomos suele haber más libertad. Y dos días de descanso", recalca Pedro Salazar, autónomo y dueño de una licencia que conduce un coche VTC a doble turno con su socio.

"En cuanto pueden, huyen"

Antonio Alcalá, socio del despacho Alcalá & Solas, representa a cerca de 400 conductores VTC en toda España que han demandado a empresas de flotas VTC por condiciones laborales abusivas o incumplimiento de contrato. Cree que la precariedad es el principal factor que está expulsando a los conductores del sector y poniendo en un serio aprieto a las flotas. "Todos los que pueden huir, se van. Prueban un tiempo y ven que tienen que trabajar 12 o 14 horas, descansan un día a la semana, la empresa les controla de forma brutal su jornada y tienen unos sueldos que difícilmente superan los 1.100 euros. Lo dejan, se van al paro unos meses y en cuanto consiguen otro trabajo, no vuelven", explica en conversación telefónica.

Desde Resistencia VTC, se expresan en términos similares: "Es un trabajo que ya era precario, pero es que ahora, sobre todo en lugares como Madrid, la competencia ha crecido más que la demanda y, por tanto, es más complicado llegar al mínimo que te marcan".

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Foto: EFE.

Añaden que ya no es cuestión únicamente de salarios u horarios, sino de otras cosas como la "vigilancia " que hacen desde las flotas, que es "muy intensa". "No es solo el control de la app de Uber y Cabify, es también la app de la propia flota. A la mínima, se encuentran con una sanción por no estar dentro de la M-30 o no estar disponibles. Luego está el tema de los descuentos en nómina de las franquicias en caso de que tengan un golpe. Son cosas que van recortando un salario que ya es de por sí bastante corto".

Esto impacta directamente en la calidad del servicio, con más cancelaciones y tiempos de espera mayores. "Tienes que pensar que de un trayecto de cinco euros comen por lo menos cuatro. El Uber, Bolt o Cabify de turno, el dueño de la autorización VTC, el gestor de la flota y, por último, el conductor. Por eso, muchos acaban esquivando ese tipo de viajes, porque creen que no les salen a cuenta".

Reconocen que al final "es de cajón" que relajen las condiciones de contratación y que eso se traduzca en conductores que no dominan el idioma, no conocen la ciudad o con menos experiencia, que "incurren en mayores fallos". "Esto no es del todo nuevo. En 2017, una sentencia anuló la obligatoriedad de presentar los antecedentes penales y eso ya hizo que entrase gente que antes quedaba automáticamente descartada". Creen que la solución pasa por reforzar la vigilancia del cumplimiento de las normas de prevención laboral, algo que ya han detectado.

Foto: Imagen: EFE/Christian Monterrosa.

Sobre si esta situación se está traduciendo en una mayor siniestralidad de las VTC frente a la que registran los taxis (un 20% superior, según datos de la Policía Municipal), desde la plataforma hacen algunas matizaciones. Defienden que esto, más que por los perfiles que ahora se contratan, viene derivado del "estrés" al que someten a los conductores, "con jornadas que por norma exceden las ocho horas para llegar a objetivos", y que en muchos casos "no han recibido formación suficiente".

"Este es un trabajo jodido. No todo el mundo vale, así de claro te lo digo", afirma Javier, nombre ficticio para ocultar la identidad de este conductor que trabaja para una de las empresas que dan soporte a Uber, Cabify o Bolt. "No te voy a decir que cogen a cualquiera, pero casi. Y, claro, te encuentras con gente que apenas sabe español o que no sabe moverse por Madrid, por mucho GPS que lleve". Pedro Salazar, el autónomo dueño de una licencia VTC, reconoce que el gran problema está ahora en el tejado de las grandes flotas. "Los buenos conductores ya están cogidos y Moove, Auro y otras necesitan cada vez más. Los que están libres son gente problemática que va dando tumbos de un lado a otro. Hay mucho tarambana al frente de un volante".

Anuncios en la calle, en portales y farolas, publicidad en Instagram y premios y recompensas en Facebook si recomiendas a un amigo que al final resulte contratado. Estas son las técnicas para fichar conductores a las que están recurriendo durante los últimos meses algunas de las grandes flotas de coches VTC que trabajan con Uber, Cabify o Bolt. Cada vez hay menos candidatos que quieran ponerse al volante de uno de estos vehículos y la situación comienza a ser desesperada para empresas como Auro, Moove Cars, Vecttor o Gescab. La competencia entre ellas es feroz y las condiciones laborales se resienten. El resultado es un combo que está poniendo contra las cuerdas a todo un sector.

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