Telefónica y KFund se la juegan con la IA en su fondo millonario: estas son sus 5 apuestas

El fondo español KFund, de la mano de Telefónica como inversor principal, acaba de lograr algo que anunció por primera vez hace ahora justo dos años: reunir hasta 250 millones de euros para invertir en startups de fuerte base tecnológica. Se trata de uno de los mayores fondos de este tipo creados en nuestro país. Sin embargo, el panorama macroeconómico de hace dos años poco tiene que ver con el actual, con la inflación y los tipos de interés disparados. Y el tecnológico, con el boom de la IA generativa, menos aún. Estos dos frentes han condicionado el cierre del fondo, que se ha quedado en 238 millones y ahora anuncia sus primeras inversiones.

Telefónica y KFund han confirmado hoy sus cinco primeras participadas y hay alguna sorpresa. Por ejemplo, el fuerte peso de la IA, tres de ellas se dedican a este terreno. También su procedencia, dos de ellas tienen sede en Valencia. Las cinco llevan varios años operando y se encuentran en esa fase denominada scaleup, es decir, intentan dar su próximo gran salto. Se trata de Voicemod (sede en Valencia), nFlux (Madrid), Quibim (Valencia), Factorial (Barcelona) y Digibee (São Paulo, Brasil). Entre las cinco, se han embolsado unos 25 millones de euros de financiación extra de Leadwind, el nombre del fondo de la operadora y KFund, en el que también participan el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o el BBVA y al que ahora se han unido nombres poco habituales del sector tecnológico como Estrella Galicia o Catalana Occidente.

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Las tres primeras startups tienen algo clave en común: la inteligencia artificial. Voicemod es una de las firmas españolas de IA generativa que más interés está arrastrando. Con el foco global puesto en la generación de imágenes, textos y vídeos, la apuesta de esta empresa valenciana son los sonidos. Su software permite cosas como hacer una videollamada con amigos o jugar una partida al League of Legends online y ponerte la voz que desees. ¿Batman? ¿El Pato Donald? Hecho. "Le damos a los usuarios la capacidad de ser escuchados con la voz que ellos quieran", resumía recientemente a este diario su cofundador y CEO, Jaime Bosch. En total, suma ya 22,5 millones de dólares de financiación, 156 empleados y casi 13 millones de euros en facturación anual.

Voicemod ha cerrado acuerdos con gigantes como el chino Tencent, dueño, entre otras empresas, de WeChat, el WhatsApp chino. También con Warner, para incorporar el sonido de los personajes de sus películas y series. La idea es que, igual que usamos GIF, emoticonos, filtros y todo tipo de efectos para comunicarnos, podamos usar también voces generadas en tiempo real. "Aspiramos a invertir en tecnologías que se conviertan en una especie de capa intermedia sobre la que se pueda construir nuevos negocios. Ya sea voz para gaming o una plataforma en la nube para gestionar nóminas", explica a El Confidencial Miguel Arias, socio en KFund y uno de los responsables de Leadwind.

Quibim, también con sede en Valencia, es otra de las elegidas y opera en un sector al que se están lanzando todas las grandes tecnológicas: IA aplicada al mundo sanitario. A través de software de procesamiento de imágenes médicas (resonancias, rayos X, TAC...) y el desarrollo de más de una veintena de algoritmos, la compañía asegura poder detectar de forma más rápida y precisa tumores cancerígenos sin necesidad de biopsias físicas. Ha cerrado acuerdos con hospitales con los que ha tenido el consentimiento para acceder a más de 200 millones de imágenes con las que entrenar su tecnología.

La otra seleccionada en IA es nFlux, con sede en Los Ángeles y oficina en Madrid, y con clientes como la NASA o las Fuerzas Armadas de EEUU. Cofundada por el estadounidense de origen iraní Seyed Sajjadi, su propuesta es una revisión de una idea que lleva tiempo intentando colarse en el sector industrial: aplicar visión computarizada a las tareas de ensamblaje en fábricas para ayudar a los operarios a reducir fallos en las piezas y, de paso, aumentar la producción. Nuevos dispositivos como el Apple Vision Pro empujarán a que este sector despegue de forma definitiva, pero es una incógnita hasta qué punto crecerá.

Tal vez por eso, Arias evita ahora hablar de deep tech, término con el que se lanzó inicialmente el fondo Leadwind a finales de 2021. El objetivo, decían, era invertir en startups con una tecnología "muy disruptiva y transformadora" y, por tanto, con un gran riesgo asociado. Esta etiqueta ha desaparecido hoy de la estrategia de Telefónica y KFund. Si hace dos años la inteligencia artificial sonaba a ciencia ficción y a 'tecnología profunda', ahora forma parte de casi todo lo que tocamos. Además, en un entorno económico más complejo, muchos inversores, especialmente en España, más que tecnología futurista buscan llenar el bolsillo.

"Es verdad que el mercado ha cambiado, pero nuestra estrategia no es más conservadora por ello", explica Arias, que, en lugar de deep tech, ahora prefiere hablar de tecnologías habilitadoras. Leadwind promete a sus socios multiplicar por entre 2,5 y 3 su inversión inicial. Y establece un plazo máximo de 10 años para que la empresa se venda por completo, salga a bolsa o se coloque a otro fondo aún mayor. Para conseguirlo, no se puede ser muy futurista, hay que asegurar. Una prueba es otra de las invertidas, Factorial, firma de software de gestión de RRHH convertida ya en unicornio (valoración de más de 1.000 millones de dólares), con 900 empleados y con su primera ronda de despidos ya ejecutada por "crecer sin alinearse con el ADN de la empresa", según sus fundadores.

Cierra la lista de apuestas Digibee, una plataforma de software con sede en São Paulo para empujar a empresas a saltar a internet y digitalizarse. Telefónica y KFund quieren invertir en un total de 20 startups. De momento, ya llevan cinco y en torno al 10% invertido del total de 238 millones de euros. La 'tecnología profunda' se ha caído por el camino, pero siempre quedará la IA.