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Cómo acabar con los crímenes: la fórmula que ha triunfado en Sao Paulo
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Cómo acabar con los crímenes: la fórmula que ha triunfado en Sao Paulo

La tasa de homicidios de la bulliciosa metrópoli de más de 12 millones de habitantes ha experimentado un notable descenso tras realizar algunas reformas

Foto: Imagen de la Policía en Sao Paulo, en 2015. (iStock)
Imagen de la Policía en Sao Paulo, en 2015. (iStock)

Acabar con la criminalidad de una ciudad es casi una utopía. Un país necesita años de reformas sociales y políticas para conseguir tal fin, pero Sao Paulo, la ciudad más grande de América Latina, lo ha conseguido. La tasa de homicidios de la bulliciosa metrópoli de más de 12 millones de habitantes ha experimentado un notable descenso: ha pasado de un máximo de 52,5 por 100.000 en 1999 a "sólo" 6,1 por 100.000 en la actualidad. La tasa actual es casi cinco veces menor que el promedio nacional. Además, también ha disminuido la delincuencia en todas sus formas, aunque de forma más modesta, durante el mismo período.

¿Cuál es el secreto, pues, de Sao Paulo? ¿Cómo lo ha conseguido? Algunos sociólogos apuntan a que han sido las mejoras sociales, pues la caída del homicidio coincide sospechosamente con una disminución del número de hombres jóvenes y con la caída del desempleo. Otros dicen que tiene más que ver con controles más estrictos sobre el acceso al alcohol y las armas de fuego. Sea como fuere, la gran caída de la delincuencia no ha recibido mucha atención internacional, detalla el Fondo Económico Mundial.

La tasa actual de criminalidad de Sao Paulo es casi cinco veces menor que el promedio nacional. Además, también ha disminuido la delincuencia

Los análisis más convincentes atribuyen el descenso de los homicidios en Sao Paulo a los cambios en las prácticas de aplicación de la ley junto con controles estrictos sobre armas de fuego. El desencadenante de la reforma policial se produjo a partir de la crisis de 1997, cuando se reveló que la policía estatal extorsionaba y torturaba (e incluso asesinaba) a los residentes en la favela Naval en el municipio de Diadema, a una hora y media de Sao Paulo. Las imágenes se hicieron públicas en un informativo de la noche de la cadena Red Globo, y causaron un gran revuelo. Se produjo entonces una instantánea reacción de escándalo debido a la alevosía con que actuaban los uniformados y a la constatación de la represión que imperaba en la región.

placeholder Sao Paulo, Brasil. (iStock)
Sao Paulo, Brasil. (iStock)

Ante la creciente presión pública y las protestas que se produjeron, las autoridades estatales lanzaron una ola de reformas a finales de la década de 1990, comenzando con el reemplazo del comandante de la policía militar. Las innovaciones incluyeron el despliegue de unidades policiales comunitarias que trabajan en áreas "activas", nuevas directrices sobre el uso adecuado de la fuerza, herramientas de mapeo de datos (llamado Infocrim), recompensas por el buen desempeño, derechos humanos y capacitación técnica, mejoras en las investigaciones y una mejor coordinación entre las fuerzas policiales militares y civiles.

Importantes reformas

Ojo, no es oro todo lo que reluce. La policía de Sao Paulo sigue involucrada en el asesinato de miles de civiles. En 2015, fueron responsables de uno de cada cuatro de los homicidios que se produjeron en el Estado. La participación del Cuerpo en las llamadas muertes por "intervención policial" tiene un efecto corrosivo en la seguridad pública. Esto explica el énfasis de las autoridades públicas de Sao Paulo no solo en la supervisión y capacitación de los miembros policiales, sino en cambiar la cultura de lo que significa ser un oficial de policía.

El descenso de la criminalidad coincide con una disminución del número de hombres jóvenes y con la caída del desempleo

La reforma de la policía es una estrategia necesaria, pero probablemente insuficiente para mejorar la seguridad urbana. También ha sido pionera una medida lanzada en Diadema, que ha tenido resultados positivos. Después vincular las regiones con tasas más altas de criminalidad con las áreas donde había más bares, las autoridades locales introdujeron la "Ley de cierre de barra" en 2002. Esta medida se basaba en controles estrictos sobre la venta de alcohol después de las 11 de la noche, e instalaron sistemas de monitoreo para rastrear quién vendía alcohol . También invirtieron en alumbrado público y en cámaras de seguridad, e hicieron cambios en la rutina de los guardias municipales de la ciudad.

Los resultados de los proyectos piloto en Diadema fueron sorprendentes. En 1997, el municipio registró una tasa de homicidios de 140 por 100.000 en 1997, una de las más altas en Brasil. Pero en el año 2008, se redujo a 21,1 por cada 100.000 y hoy se mantiene en 22,8 por cada 100.000. Si bien las tasas de criminalidad siguen siendo intolerablemente altas, están muy lejos de las que había en los 90. La clave para el éxito inicial del programa fue el liderazgo político, el alcance público, la fuerte aceptación de la comunidad, el compromiso sostenido con los minoristas de bebidas alcohólicas, la aplicación diligente de las normas y las sanciones por incumplimiento.

placeholder Santa Ifigenia, en Sao Paulo, Brasil. (iStock)
Santa Ifigenia, en Sao Paulo, Brasil. (iStock)

Sao Paulo, un ejemplo a seguir

La situación de seguridad en São Paulo dista mucho de ser perfecta, pero una combinación de vigilancia e innovación social ha marcado una diferencia notable. Las ciudades de América Latina harían bien en tomar nota. Recordemos que de las 50 ciudades más violentas del mundo de 2017, 42 están en esta región americana, según el último informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal (CCSPJP), una organización civil mexicana que cada año elabora el listado.

Según el ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo de 2017, 42 están en América Latina

De las 50 ciudades del ranking 17 están en Brasil, 12 en México, 5 en Venezuela, 3 en Colombia y 2 en Honduras. También hay una ciudad de El Salvador, otra de Guatemala y una de Puerto Rico. Cabe destacar que el CCSPJP excluye de la lista a las ciudades en las que hay un conflicto bélico abierto, como ocurre, por ejemplo, en lugares de Siria, Irak o Sudán del Sur.

México es la que se lleva la peor parte. Los Cabos ingresa en la lista y va directamente al primer puesto. La ciudad del noroccidental estado de Baja California Sur, una de las zonas más turísticas de México, ha tenido un incremento de la violencia en un 500% en algo más de un año, al pasar de 61 homicidios en 2016 a 365 en 2017, señala el documento. Su tasa de homicidios supera los 111,33 por cada 100.000 habitantes.

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El CCSPJP da una explicación para explicar estos datos: el país no ha llevado a cabo acciones para erradicar las milicias privadas de los grupos criminales y se ha permitido que la impunidad llegue a los peores niveles jamás registrados.

El segundo puesto del ranking lo ocupa Caracas, que ha dejado el primer lugar, con un total de ​3.387 homicidios, una tasa de 111,19 por cada 100.000 habitantes.

A continuación recogemos el listado con las 50 ciudades con la mayor tasa de criminalidad del mundo, unas regiones que quizá deberían mirar a Sao Paulo para tomar ejemplo.

Acabar con la criminalidad de una ciudad es casi una utopía. Un país necesita años de reformas sociales y políticas para conseguir tal fin, pero Sao Paulo, la ciudad más grande de América Latina, lo ha conseguido. La tasa de homicidios de la bulliciosa metrópoli de más de 12 millones de habitantes ha experimentado un notable descenso: ha pasado de un máximo de 52,5 por 100.000 en 1999 a "sólo" 6,1 por 100.000 en la actualidad. La tasa actual es casi cinco veces menor que el promedio nacional. Además, también ha disminuido la delincuencia en todas sus formas, aunque de forma más modesta, durante el mismo período.

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