División del Gabinete y trajes a medida: ¿qué se cuece en los pasillos del congreso 'tory'?

"Oferta limitada: el segundo par de pantalones gratis si pide aquí tu traje. Nuestros sastres pueden visitarle también en Westminster". ¿Qué sería del Congreso Anual del Partido Conservador sin el 'stand' de trajes a medida de la firma Alexander? También hay carteras de cuero de Berber y exquisitos zapatos Lanx. Los calcetines de colores, eso sí, solo para los 'tories' más atrevidos. En el Centro de Convenciones de Manchesterse vive un microcosmos.

Boris Johnson pasea por los pasillos cual estrella de rock. La gente hace corrillos para verle. Le aplauden cual 'groupies' entusiasmados. Ni las acusaciones de acoso sexual de la periodista Charlotte Edwardes, ni la investigación que lleva a cabo un órgano independiente de Scotland Yard sobre un posible trato de favor a una exmodelo y empresaria estadounidense cuando estaba al frente de la alcaldía de Londres han hecho mella en la popularidad del excéntrico político entre sus fieles.

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Celia Maza. Londres

A Boris se le perdona todo. Incluso que acepte un café en vaso de plástico pese a su "gran compromiso" con medio ambiente. El pequeño "drama" lo resolvió en cuestión de segundos su asesora Shelley Williams-Walker, que rápidamente estuvo al quite y dejó al premier sin café. Aunque no pudo evitar que la imprudencia se convirtiera en la imagen del día.

Desde sus años como estudiante en el elitista colegio de Eton, Johnson siempre había soñado con este momento. Saborea cada minuto de gloria. El baño de masas llegará este miércoles cuando clausure la conferencia 'tory' con un discurso donde una vez más recurrirá a sus polémicos símiles de estrategias militares para avivar el ánimo entre los afiliados de cara a las elecciones generales que todo el mundo espera para más temprano que tarde en el Reino Unido. Comicios, por cierto, que el que fuera alumno de Eton y Oxford quiere presentar ahora como una batalla entre "el pueblo contra el establishment".

Su mensaje está claro: ejecutemos el Brexit. Es incluso la clave de Wifi del centro de prensa. Con exclamación al final para darle más dramatismo. Pero la verdad es que nadie sabe a ciencia a cierta qué es lo que va a pasar el 31 de octubre.

"Por no saberlo no lo sabe ni Dominic Cummings", asegura un antiguo asesor del Gobierno en tiempos de David Cameron, refiriéndose al oscuro estratega, cerebro de la campaña por el Brexit de 2016 y que maneja ahora los hilos en Downing Street. "La gente se cree que los políticos saben qué es lo que va a ocurrir y tienen guardado un plan secreto. Pero no dejan de ser personas normales y corrientes que van improvisando con los acontecimientos. Y ahora nadie en el Número 10 sabe qué va a pasar con esta historia", explica.

Existe, eso sí, un rumor extendido sobre la posibilidad de que el primer ministro pueda conseguir ahora un Acuerdo de Retirada con Bruselas, antes de la cumbre clave del 17-18 de octubre. El hecho de que los 27, según Bloomberg, se estén planteando la posibilidad de poner una fecha límite a la polémica salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda -principal escollo en las negociaciones- es de lo más significativo.

Arlene Foster, líder de los unionistas norirlandeses del DUP -de cuyo apoyo depende el Gobierno-, ha dicho que estaría dispuesta a aceptar el llamado 'backstop' si solo fuera por un tiempo limitado.

Un Parlamento 'rebelde'

En cualquier caso, la clave de todo es que un eventual acuerdo tendría que ser ratificado en Westminster antes del 19 de octubre. Y con el clima de hostilidad que se respira desde la polémica derogación del Parlamento -calificada de “ilegal” por el Supremo- las cosas están arduamente complicadas. Que por cierto, otro de los consensos que se escucha en los pasillos es que Downing Street no esperaba un varapalo así de la máxima autoridad judicial en el Reino Unido.

"Yo creo que llegados a este punto, Johnson reúne el número necesario de laboristas para aprobar el pacto" en la Cámara Baja, señala un cronista británico bien posicionado. Sin embargo, su interlocutor, experto también en la materia, considera que es "realmente complicado". Harían falta alrededor de 20 laboristas rebeldes y sólo cinco apoyaron en su día el pacto de Theresa May.

En cualquier caso, más que las filas de Jeremy Corbyn o incluso las muy pro UE de la liberal demócrata Jo Swinson, la clave ahora en la Cámara de los Comunes la tendrían los 22 'tories' rebeldes que han sido expulsados de la formación por negarse a apoyar la opción de un Brexit por las bravas el 31 de octubre, como prometía Johnson aunque no se lograra acuerdo con la UE.

Algunos consideran que, si Johnson presenta un Acuerdo de Retirada, lo apoyarán porque prefieren divorcio con acuerdo ante el riesgo de una salida caótica. Sin embargo, otros señalan que en este grupo hay cada vez más apetito por un segundo referéndum.

Divisiones internas

Si finalmente el premier no logra ratificar un pacto para el 19 de octubre, una ley recién aprobada le obliga ahora a pedir una nueva extensión a Bruselas hasta el 31 de enero de 2020. Sin embargo, el Ejecutivo estaría estudiando diferentes triquiñuelas para sortear la normativa.

Y esto, según los mentideros, está creando división en el Gabinete. Los ministros se dividirían ahora en tres grupos: los que van a con Johnson y Cummings a muerte y están dispuestos incluso a violar la ley y acabar de nuevo en los tribunales con tal de garantizar Brexit para el 31 de octubre; los que consideran que una nueva extensión es irremediable; y los que creen que la popularidad del premier no sufrirá si hay una nueva prórroga.

En definitiva, habrá que esperar, como siempre, hasta el último minuto porque ni siquiera en este microcosmos se intuye cuál será el desenlace.