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Lo que piensan los corresponsales de Sánchez: "Su entorno debería pararle los pies"
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Lo que piensan los corresponsales de Sánchez: "Su entorno debería pararle los pies"

Los periodistas extranjeros en España no entienden bien qué ha tratado de hacer el presidente del Gobierno con su amago de dimisión. La crisis nacional vista desde fuera

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), a su llegada a una entrevista en Televisión Española. (EFE/RTVE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), a su llegada a una entrevista en Televisión Española. (EFE/RTVE)
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Ahora que hemos llegado al punto en el que Pedro Sánchez solo puede ser último bastión de la democracia o tirano caribeño descontrolado, parece buen momento para preguntar sobre su amago de dimisión a los corresponsales extranjeros en España, a los que uno supone más templados y menos implicados emocionalmente con la histriónica realidad política nacional.

En general, entre los corresponsales hay cierta perplejidad con lo que ha tratado de hacer el presidente del Gobierno, como un puzle al que le faltaran piezas para ver la imagen con claridad. O el Sánchez de los cinco días de abril como jeroglífico que nunca se descifrará bien del todo, pero refleja una imagen desconcertante del líder.

Hablamos con cuatro corresponsales extranjeros sobre la lógica política de la espantada y resurrección de Sánchez, el papel de los medios de comunicación y lo que viene tras el pateo del tablero del presidente del Gobierno.

¿Qué ha pasado?

Mathieu de Taillac ( corresponsal francés de Le Figaro y Radio France): "El país ha estado cinco días esperando la respuesta de Sánchez a una pregunta que nadie le había hecho/se había hecho él a sí mismo. Ni yo, ni creo que casi nadie, hemos entendido bien lo que ha hecho el presidente. Ni siquiera estoy seguro de que Sánchez entienda lo que ha hecho Sánchez.".

"Ni siquiera estoy seguro de que Sánchez entienda lo que ha hecho Sánchez"

Martín Dahms (corresponsal alemán del Frankfurter Rundschau): "El desenlace no me ha sorprendido, aunque fuentes del PSOE aseguraban que había algo detrás y podría dimitir, finalmente ha sido todo un teatro digno de un pequeño Trump, para afianzar su poder, un prietas las filas que no salió del todo bien: aunque Sánchez las diera por buenas, las movilizaciones fueron decepcionantes".

Graham Keeley (corresponsal británico de The Independent): “Cuando Sánchez pidió hacer una pausa para pensar sobre su futuro, pensé: si lo que quiere es defender a su mujer de las acusaciones porque cree que son falsas, ¿para qué dimitir? Francamente, no he entendido bien lo que ha tratado de hacer Sánchez. Ha sido un episodio un tanto extraño”.

Henry de Laguerie (corresponsal francés de RTBF y TV5): “Yo vivo en Barcelona, no es Madrid. Lo digo porque quizá eso explique en parte por qué no considero tan grave y trascendental lo que ha pasado. Me refiero a que los grandes desafíos del país siguen siendo los mismos -vivienda, turismo, cambio climático, etc.- y a la gente común le preocupan más sus problemas cotidianos que la política institucional. No creo que el país haya estado en vilo por la decisión de Sánchez. La política interna española importa más bien poco en el extranjero. En mi tele no me pidieron una segunda crónica el lunes porque, si al ciudadano español ya le cuesta entender lo que ha pasado, imagínate al extranjero”.

placeholder El presidente del Gobierno en su entrevista en RTVE. (EFE)
El presidente del Gobierno en su entrevista en RTVE. (EFE)

Mathieu de Taillac: "A grandes rasgos, cuando publicó su carta amagando con dimitir, la izquierda pensó que tenía motivos para ponerse así por las informaciones sobre su mujer, y la derecha que solo era un truco. Parece que los segundos tenían más razón que los primeros... pero no del todo: si había una estrategia detrás, ¿cuál era exactamente? Sánchez lo ha intentado explicar, con vagas alusiones a los medios y al fango, pero no ha quedado nada claro. También dijo que las movilizaciones le hicieron replantearse la dimisión, pero dado que no fueron para tanto, podía pensarse en un guion escrito de antemano".

Martin Dahms: "Igual que un periodista que escarba en la vida sentimental de los políticos es un mal periodista, un político que airea o instrumentaliza su vida sentimental es un mal político. Yo no quiero que un político me cuente si le ha puesto los cuernos a su mujer o si está profundamente enamorado de ella. Es puro postureo exhibicionista".

Los medios

Graham Keely: “Cuando he escuchado a Sánchez en la SER hablando de la máquina del fango me he inquietado un poco porque: ¿quién decidirá cuáles son los medios buenos y cuáles los malos?”.

"Hay un exceso de teatralización"

Henry de Laguerie: “España es un país que funciona razonablemente bien; nadie lo diría viendo su inflamación política y mediática. Hay un exceso de teatralización. ¿Es Pedro Sánchez un dictador? Por favor, seamos serios”.

Mathieu de Taillac: "En España es difícil abstraerse de la polarización que rodea a Sánchez, pero ni su Gobierno es ilegítimo ni todo lo que se publica sobre él es falso".

Henry de Laguerie: "Está mal que yo lo diga, porque como corresponsal debería estar pendiente de todo, pero esos medios digitales de los que habla Sánchez, yo ni los conocía. Pero, por algún motivo, el presidente ha decidido poner el foco ahí”.

Mathieu de Taillac: "Meter a todos los medios en la galaxia de fake news ultraderechistas no es razonable. No es lo mismo atribuir en falso a Begoña Gómez una subvención recibida por una mujer que se llama igual que ella que, por ejemplo, las noticias que ha sacado El Confidencial sobre la vida empresarial de la mujer del presidente. ¿Tienen recorrido penal? Hay quien sostiene que no, pero es un debate que hay que abrir. ¿Es buena idea que Begoña Gómez ayude a recaudar fondos a empresas relacionadas con la Administración? No lo parece. Por supuesto que tiene todo el derecho del mundo a trabajar, pero ¿precisamente de eso?".

El futuro

Martin Dahms: "El espectáculo del Comité Federal fue muy soviético: el primero que dejara de aplaudir, corría serio peligro. Todos obligados a hacer la ola a Sánchez. Como un niño enfadado que se encierra en su habitación y no respira hasta que todos se postran a sus pies. O el mundo girando alrededor de Pedro. Sé que un político de ese nivel tiene que tener una autoestima alta para llegar hasta ahí, pero ese no es el mayor problema, sino que el entorno del presidente esté compuesto exclusivamente por aduladores y nadie le diga a la cara cuando se pasa de la raya. Alguien de dentro debería pararle los pies".

"Sánchez ha perdido un poco de credibilidad internacional con este episodio"

Henry de Laguerie: “Los de derechas que ya odiaban a Sánchez le van a seguir odiando incluso más. Quizá el episodio haya podido influir más entre la izquierda que apoya a Sánchez, donde algo de sorpresa sí hay con la gestión que ha hecho Sánchez estos días. Pero finalmente creo que las cosas van a seguir parecidas a como estaban antes”.

Mathieu de Taillac: "En el mejor de los casos para sus intereses, Sánchez ha logrado ponerse otra vez en el centro de un relato melodramático. Toda la política española gira de nuevo a su alrededor. Maestro del suspense. Ahora bien: ¿eso es bueno o malo para él? ¿Sale tocado o reforzado de la crisis? Aún es pronto para saberlo".

Graham Keely: “Probablemente, Sánchez haya perdido un poco de credibilidad internacional con este episodio. Su reputación en Europa era buena; ahora quizá un poco menos. Que en la era de las noticias 24 horas, un presidente se tome una pausa de cinco días y no informe siquiera a sus ministros, es un experimento singular… que igual no ha hecho ningún favor a la imagen de Sánchez”.

Ahora que hemos llegado al punto en el que Pedro Sánchez solo puede ser último bastión de la democracia o tirano caribeño descontrolado, parece buen momento para preguntar sobre su amago de dimisión a los corresponsales extranjeros en España, a los que uno supone más templados y menos implicados emocionalmente con la histriónica realidad política nacional.

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