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El ídolo de Putin tiene mucho que decir sobre el futuro de Rusia y le apodaban 'el pacificador'
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De vuelta al imperialismo

El ídolo de Putin tiene mucho que decir sobre el futuro de Rusia y le apodaban 'el pacificador'

En numerosas ocasiones, el presidente de Rusia hace referencia a las frases del Zar Alejandro III. En los últimos cinco años ha inaugurado dos monumentos en su nombre. ¿A qué se debe esta admiración?

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a la ceremonia de inauguración de un monumento al emperador Alejandro III de Rusia. (EFE/Mikhail Metzel)
El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a la ceremonia de inauguración de un monumento al emperador Alejandro III de Rusia. (EFE/Mikhail Metzel)
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Junto a los pies de una estatua de cuatro metros de altura esculpida en bronce, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se dispone a dar un discurso en honor a la figura que descansaba apoltronada frente a él. Comienza: "Amaba a Rusia. Vivió según ello, trató de hacer todo lo posible por su progreso y un desarrollo seguro, para proteger los intereses y fortalecer el Estado ruso en Europa y en el mundo". Estas palabras fueron pronunciadas en la ceremonia de inauguración del monumento al emperador Alejandro III, el zar pacificador. Un hombre cuyo pasado parece estar unido al futuro de Putin o, más bien, el actual líder del Kremlin encuentra en este emperador su propio reflejo.

Numerosos analistas han extraído pedazos extremadamente valiosos sobre lo que, a primera vista, parece un acto protocolario más en la agenda del presidente. No el único, ya que en los últimos cinco años Putin ha inaugurado, en su nombre, dos monumentos y un submarino nuclear; en persona, algo que no suele hacer. Más allá, repite sin cesar algunas de sus frases más célebres. "Rusia tiene solo dos aliados: el ejército y la marina", palabras pronunciadas por el zar Alejandro III, las cuales se han convertido, en estos compases de la guerra, en una de las citas favoritas, y más repetidas por Putin.

"Los contemporáneos tenían diferentes actitudes hacia él y sus actividades. Así fue y así será siempre, porque evaluar la escala de tal trabajo en el tiempo real es muy difícil, a veces imposible. Pero hoy definitivamente podemos decir que la era de Alejandro III nos da un ejemplo de naturalidad, armonía, combinaciones de transformaciones tecnológicas, industriales y gubernamentales a gran escala y lealtad a las tradiciones y cultura nacionales, a sus orígenes", dijo el presidente de Rusia en la ceremonia de inauguración de la estatua, erigida en la plaza Arsenal del Gran Palacio Gátchina (Leningrado).

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a su rueda de prensa anual retransmitida en directo con los federales rusos. (EFE/Vladímir Gerdo)

Si este fragmento del discurso, como muchas otras partes del total del escrito, no las pronunciase Putin y, en cambio, fuese un devoto admirador del gabinete presidencial el que las dijese, perfectamente podrían referirse a la figura de Putin, en sus reflejos, sus propósitos, su legado, la idea de otra Rusia… Sin embargo, esta vez es el admirador y no el admirado. ¿Por qué el líder del Kremlin venera tanto a Alejandro III, el zar pacificador?

"Putin bebe mucho de la ideología nacionalista de Alejandro III, de su populismo autocrático y del imperialismo. La Rusia contemporánea también emula las prácticas de vigilancia policial y represión de los opositores. El conservadurismo y el antioccidentalismo de Putin, unidos al capitalismo autocrático, se parecen mucho a la política de industrialización dirigida por el Estado de Alejandro III", explica a El Confidencial la historiadora rusa e investigadora en Princeton University, Ekaterina Pravilova. "La comparación es indudablemente correcta".

"Vladímir Putin bebe mucho de la ideología nacionalista de Alejandro III, de su populismo autocrático y del imperialismo"

"Me gustaría enfatizar que hoy, en el turbulento y dinámico siglo XXI, cuando los cambios afectan todas las esferas de la vida, es importante para nosotros preservar el patrimonio histórico, cultural y espiritual de Rusia", sentenció Putin su discurso al zar. "Los valores que unen a nuestro pueblo".

El reflejo de un zar

Los medios rusos se han acostumbrado a llamar a Alejandro III el emperador favorito de Putin, una comparación repetida por muchos diarios que se reafirman en los numerosos elogios de Putin hacia su figura. Durante las ceremonias de inauguración del monumento en Yalta en 2017, Putin llamó al emperador una "figura destacada" y un "patriota". En la inauguración del monumento en la región de Leningrado en 2021, el presidente calificó la era de Alejandro III como "un ejemplo".

Foto: La Armada rusa se alinea a bordo del submarino nuclear Emperador Alejandro III durante la ceremonia de izado de la bandera en los astilleros Sevmash. (EFE/Kirill Iodas)

"En su búsqueda de legitimación histórica, Putin se ha centrado en el periodo imperial tardío. Fue cuando el imperio estaba gobernado por un monarca asertivo que logró modernizar un vasto reino, al tiempo que suprimía la disidencia interna y mantenía a raya a los rivales occidentales. A partir de ese periodo, Putin parece haber encontrado su modelo histórico: el zar Alejandro III", escribe Igor Torbakov, investigador principal de Utrikesmagasinet, una revista especializada del Swedish Institute of International Affairs.

El estilo de liderazgo cuasimonárquico en el que se ha convertido la democracia rusa desde que Putin entró al poder necesita una figura en la que apoyarse. Un respaldo que ha pasado por alto la era revolucionaria y republicana de Rusia. Sin embargo, muchos de los cortesanos del Kremlin han encontrado en el ocaso de los Romanov (la dinastía que gobernó por casi tres siglos) un modelo a seguir.

¿Por qué? La época en la que gobernó el zar Alejandro III guarda muchas relaciones con el contexto actual en el que se encuentra enzarzado Rusia. Principalmente por la misión de mantener a los gobiernos occidentales a raya, al tiempo que suprime la disidencia interna. Un reflejo que sufrió el propio Putin durante el motín de Wagner el 23 de junio, cuando la columna de mercenarios se quedó a tan solo 150 kilómetros de Moscú. Y, en cuanto a las similitudes contra las disputas de los países occidentales, solo hay que echar un vistazo a la situación entre los dos bloques.

Foto: Vladímir Putin, en una foto con motivo del Año Nuevo, en 2022. (Reuters/Mikhail Klimentyev)

"Su propio mandato"

Putin podría haber elegido otro periodo u otra figura. Pero, como pasó en 2021, poco después de que el Kremlin prácticamente ignorara el centenario de la Revolución Rusa de 1917, Putin realizó un viaje a la península anexionada ilegalmente de Crimea para inaugurar un pequeño monumento ecuestre de Alejandro III. Una elección que guarda más simbología de la que parece.

"El creador del monumento de Crimea, Andrei Kovalchuk, dijo que se inspiró en gran medida en una biografía reciente de Alejandro III escrita por el historiador Aleksandr Myasnikov. Es digno de mención que el prólogo del volumen fue escrito por el obispo Tikhon [Shevkunov], un líder de la iglesia rusa que se rumorea que está en el oído de Putin y que supuestamente ejerce una influencia considerable en los debates internos de alto nivel sobre cómo definir la política simbólica oficial de Rusia", rescata del pasado en su análisis Torbakov. Sobre el discurso inaugural de esta misma estatua, el experto profundiza: "Parecía como si estuviera hablando de su propio mandato".

"Parecía como si [Vladímir Putin] estuviera hablando de su propio mandato"

Una de las cosas que puede chocar entre los dos reflejos es el apodo que se labró Alejandro III, el zar pacificador. Se ganó este renombre porque, durante su mandato, Rusia no libró ninguna guerra, aunque anduvo cerca en varias ocasiones. En cambio, Putin se encuentra en un conflicto a gran escala desde hace casi dos años. Pero, en la filosofía de Putin, proclamada en varios encuentros filosóficos y de debate como el Valdai Club, la invasión de Ucrania no se percibe como una guerra, sino como una respuesta ante Occidente y la radicalización de Kiev.

Foto: La torre del Kremlin, Moscú. (EFE/Maxim Shipenkov)

"Si bien el zar hizo mucho para evitar la guerra, también hizo grandes inversiones en el Ejército imperial, ya que creía firmemente que solo una Rusia militarmente poderosa puede permanecer pacífica, sin ser perturbada por desafíos externos e internos", analiza la historiadora Ágnes Komáromi para la revista Hugarian Conservative. La cita que reza el monumento del zar en Crimea, "Rusia tiene solo dos aliados: el ejército y la marina", es reflejo de esta filosofía que perseguía Alejandro III y que, ahora, defiende a capa y espada Putin.

"Para comprender las inspiraciones de Putin, es crucial observar quién fue Alejandro III"

Las inversiones en materia bélica que realizó el zar pacificador fueron posibles gracias al Ferrocarril Transiberiano, uno de los grandes hitos económicos de la época que permitió a Rusia reafianzar su posición como potencia global. Una fuerza que utilizaría, según sus líneas ideológicas, para defender a Rusia de cualquier enemigo.

Por último, esto también aparece entre las páginas del borrador para los presupuestos generales rusos del siguiente trienio. Un plan de mercado basado en tanques y fusiles, que, según se aprecia en las arcas públicas, Rusia se está preparando para un conflicto largo, que no se detendrá ni este año venidero ni el siguiente.

"Se sabe que Alejandro III de Rusia es el zar favorito de Putin. Durante su reinado, abogó por la rusificación, por los intereses de Rusia en los asuntos globales y por la inviolabilidad de la autocracia", añade la experta. "Por lo tanto, para comprender las inspiraciones de Putin, es crucial observar más de cerca quién fue Alejandro III", cierra Ágnes Komáromi.

Junto a los pies de una estatua de cuatro metros de altura esculpida en bronce, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se dispone a dar un discurso en honor a la figura que descansaba apoltronada frente a él. Comienza: "Amaba a Rusia. Vivió según ello, trató de hacer todo lo posible por su progreso y un desarrollo seguro, para proteger los intereses y fortalecer el Estado ruso en Europa y en el mundo". Estas palabras fueron pronunciadas en la ceremonia de inauguración del monumento al emperador Alejandro III, el zar pacificador. Un hombre cuyo pasado parece estar unido al futuro de Putin o, más bien, el actual líder del Kremlin encuentra en este emperador su propio reflejo.

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