La apuesta silenciosa de Putin: submarinos nucleares en cada "zona estratégica del mundo"

"Con tales marineros, con tales barcos y con tales armas Rusia se sentirá segura", escribió el presidente, Vladímir Putin, en el cuaderno de abordo de la nueva fragata de la flota Kasanotov. Este lunes, junto a los astilleros Sevmash (la naviera estatal de la Armada rusa) en Severodvinsk, el Jefe del Estado ruso participó en la solemne ceremonia de izado de bandera de los nuevos submarinos nucleares Emperador Alejandro III y Krasnoyarsk. Dos buques que se unen a la flota de 74 submarinos, según el recuento del Ministerio de Defensa, que componen la fuerza naval del Kremlin.

Durante su discurso, que normalmente suele hacer por videoconferencia en vez de desplazarse hasta el lugar del evento, Putin recalcó el papel fundamental de la Armada y su apuesta para "aumentar el poder naval de Rusia". Durante su discurso, también afirmó que "estamos constantemente equipando a la Armada con los equipos y armas más modernos y estamos aumentando la producción en serie".

"Implementaremos todos nuestros planes para la construcción de submarinos y buques de superficie. Fortaleceremos cuantitativamente la preparación combativa de la Armada rusa, nuestro poder naval en el Ártico, el Lejano Oriente, el mar Negro, el mar Báltico y el mar Caspio", sentenció. "Las zonas estratégicas más importantes de los océanos del mundo".

¿Son los submarinos nucleares la apuesta silenciosa de Moscú? El gasto militar ruso ha aumentado exponencialmente desde que el 24 de febrero de 2022 las tropas del Kremlin penetraron la línea imaginaria que separa Rusia de Ucrania. Todas las Fuerzas Armadas han recibido un empujón significativo y se prevé que el gasto combinado en defensa y seguridad alcance alrededor del 40% (35,1 billones de rublos) de todo el gasto presupuestario el próximo año. Una cifra mucho más elevada que el horizonte del 7% marcado por los países miembros de la OTAN.

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De este presupuesto, en las especificaciones aprobadas por los legisladores de ambas cámaras del parlamento —la Duma estatal y el Consejo de la Federación—, no se ha entrado en detalle sobre el reparto económico entre los diferentes grupos de las Fuerzas Armadas, pero, como especificó Putin en Severodvinsk, en el programa de armamento estatal se incluyen tres portadores de misiles estratégicos de clase Borei-A y cinco submarinos de la clase Yasen-M. Los mismos modelos que se han lanzado a las frías aguas del mar Blanco.

"La marina rusa está saliendo lentamente de un largo periodo de abandono. Su flota de superficie y su aviación naval han sufrido mucho. Es una incógnita si su único portaaviones [el Almirante Kuznetsov] volverá a navegar alguna vez, y Rusia no ha producido ningún buque de superficie mayor que sus fragatas de la clase Almirante Gorshkov desde el final de la Guerra Fría", explica a El Confidencial Frederik Mertens, investigador del Centro de Estudios Estratégicos de La Haya. "Aunque se trata de buques capaces, resultan insignificantes en comparación con los portaaviones y cruceros construidos por las armadas estadounidense y china. Solo su fuerza de submarinos sigue siendo de primera categoría".

El poder de la Armada rusa

Entre todos los destacamentos de las Fuerzas Armadas, como explica Mertens, la marina ha sido una de las divisiones más abandonadas. Antes de que comenzase la invasión a gran escala se tenía al Ejército ruso como uno de los más poderosos del mundo, sin embargo, a medida que la ofensiva fracasaba, esta consideración se puso en duda. De hecho, algunas de las derrotas más significativas en Ucrania las han protagonizado las fuerzas navales del Kremlin, como el hundimiento en el mar Negro del Crucero ruso Moskvá, uno de sus buques insignia.

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"El mar Negro no tiene salida al mar, y es un escenario tanto aéreo como naval que no puede reforzarse sin el permiso de Turquía. La presencia de misiles antibuque terrestres ucranianos, como el Neptune y el Harpoon proporcionado más tarde, hicieron demasiado daño en la primera fase. Al mismo tiempo, la potencia aérea ha hecho de Sebastopol un lugar demasiado peligroso para que la flota rusa mantenga unidades importantes, lo que hace retroceder aún más el control marítimo ruso. Esto repercute incluso en el uso de barcos rusos para lanzar misiles Kalibr, ya que las instalaciones para cargar estas armas en Novorossiysk son insuficientes", menciona el analista como principales razones del fracaso ruso naval en Ucrania.

Pero no solo la posición estratégica y los misiles Harpoon fueron las razones del fracaso de la Armada. Muchos de los submarinos y buques que aparecen en el listado datan del siglo pasado. El más antiguo, el buque de asalto anfibio Orsk, que fue destruido en Ucrania, fue creado en 1968. Por lo que asegurar la viabilidad de su funcionamiento es una tarea complicada. "Es difícil determinar cuáles de los submarinos más antiguos todavía están operativos y cuáles no. Creo que es justo suponer que algunos de estos barcos no están en las mejores condiciones e incluso podrían no funcionar, pero no puedo decirlo con seguridad", matiza Mertens.

Pese a que se están destinando muchos recursos monetarios y logísticos a la Armada rusa, todavía esta no podría hacer frente a la United States Navy. Aunque Rusia cuente con más submarinos nucleares que EEUU —76 rusos a 64 estadounidenses, sobre cifras totales— hay que tener en cuenta las condiciones de los buques y si están en activo. "Los números son solo una cosa y aun así, la United States Navy tiene más submarinos activos que la marina rusa. Pero eso no es todo: todos los submarinos estadounidenses son de propulsión nuclear [lo que marca una enorme diferencia], todos están en buenas condiciones operativas, todos tienen tripulaciones de primer nivel y los submarinos estadounidenses son mucho más silenciosos y sigilosos que los barcos rusos", resume a este diario el investigador.

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Aunque no todo iban a ser ventajas para la marina estadounidense, ya que, como explica el experto, "las clases Yasen y Borei parecen estar cada vez más cerca de los submarinos de EEUU". "Los submarinos rusos son la parte más capaz de la flota rusa y los estadounidenses ahora deben centrarse en la amenaza china, por lo que los submarinos estadounidenses tienen una gran demanda en el Pacífico. Por ello, sería prudente no subestimarlos. Las armadas tardan mucho en crecer y en Europa hemos dado por sentado el mando de alta mar. Pero es posible que tengamos que defender nuestras propias aguas sin mucho apoyo estadounidense, por lo que realmente deberíamos empezar a reforzar nuestras propias flotas nuevamente", sentencia Mertens.

Una amenaza global

Una de las facetas más peligrosas de los submarinos es su capacidad para lanzar misiles balísticos intercontinentales desde cualquier punto del mundo y tanto el Emperador Alejandro III como el Krasnoyarsk tienen capacidad para hacerlo. Estos dos buques, al igual que los que saldrán a flote próximamente, forman parte de la clase Borei-A y Yasen-M, totalmente capaces de disparar misiles Bulava con capacidad para ojivas nucleares. Toda una amenaza.

Sus riesgos no acaban aquí. "Están equipados con misiles de largo alcance y alta precisión y pueden atacar tanto objetivos de superficie como costeros y, además, el complejo agroindustrial está equipado con modernos complejos de armas de misiles y torpedos, navegación, ingeniería de radio y armas hidroacústicas", cita en un comunicado la naviera Sevmash.

Sin embargo, para que una arma disuasoria sea temida estratégicamente: tiene que probarse en un escenario real. Por esta razón, durante la madrugada del pasado 5 de noviembre, el submarino nuclear estratégico de Rusia, el Emperador Alejandro III —el mismo buque que fue entregado hoy a la Armada rusa—, probó con éxito un misil balístico intercontinental Bulava, según comunicó del Ministerio de Defensa ruso.

El misil, que según la Federación de Científicos Estadounidenses está diseñado para transportar hasta seis ojivas nucleares, fue lanzado desde una posición submarina en el mar Blanco, frente a la costa norte de Rusia. Alcanzó un objetivo a miles de kilómetros de distancia, en la península de Kamchatka, en el otro extremo ruso. Si aplicamos esta demostración a las regiones que señaló Putin como "las zonas estratégicas más importantes de los océanos del mundo" en el discurso de izado de bandera, el resultado será una amenaza en cada rincón del océano.

"Estos mares son importantes para Rusia porque siempre han sido y serán sus ventanas al mundo, vitales para el comercio y la proyección de poder del Kremblin. Además, los bastiones navales rusos en el mar Polar y de Noruega y en el mar de Okhotsk sirven como escondites para sus SSBN estratégicos submarinos como la clase Borei —armados con misiles estratégicos con punta nuclear— que forman la vital capacidad de "segundo ataque" de Rusia. Proteger estos SSBN es la primera y principal tarea de las flotas rusas del Norte y del Pacífico y de sus submarinos en particular", concluye Frederik Mertens.

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"El Emperador Alejandro III y el Krasnoyarsk protegerán de manera confiable la seguridad de Rusia durante muchos años, llevando a cabo tareas para garantizar la disuasión estratégica", cerró Putin su discurso bajo la nieve de Severodvinsk. "¡Buena suerte sirviendo a Rusia!", les dijo a las tropas que se sumergirán para partir "muy pronto a defender las fronteras de la Patria en el Lejano Oriente".