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El transiberiano: el tren de la seda que recorre Rusia hasta el Lejano Oriente
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El transiberiano: el tren de la seda que recorre Rusia hasta el Lejano Oriente

Surgió en 1891 y constituye el mayor sistema único de transporte terrestre del mundo. Puedes pasar desde las estepas siberianas a Pekín o Corea en tan solo siete días

Foto: Fuente: iStock.
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Mientras que el Orient Express simboliza el lujo y la extravagancia propia de la Belle Époque (aunque se extendió en el tiempo e incluso ahora podemos viajar en sus vagones, si estamos dispuestos a pagarlo), el Transiberiano parece la otra cara de la moneda: lo lejano y exótico, representado por un tren (aunque en realidad es una ruta) que sigue su recorrido por la estepa rusa hasta llegar a los desconocidos países orientales. Se compone de 72 paradas.

El ferrocarril Transiberiano constituye el mayor sistema único de transporte terrestre del mundo. Conecta la Rusia europea con Mongolia, China y Corea del Norte, formando parte de la llamada Nueva Ruta de la Seda. La ruta original de la Seda (comenzada en el siglo I a.C) se extendía por todo el continente asiático conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África. Aunque el recorrido del transiberiano parezca muy extenso (son 9.288 kilómetros), en realidad no dura más de una semana.

La construcción fue una auténtica pesadilla para los ingenieros cualificados y se necesitó mano de obra de más de 90.000 hombres: presos y soldados

Su construcción empezó a finales del siglo XIX, cuando gobernaba el zar Alejandro III. La falta de comunicaciones por toda la región, Moscú y las provincias lejanas de Siberia, se traducía en un verdadero problema tanto económico como político. Al fin y al cabo, Rusia es el país más grande del mundo y supone una décima parte de toda la extensión continental de nuestro planeta. ALejandro III impulsaría el proyecto en 1891, por iniciativa del conde Sergei Yurevich Witte (del ministerio de Hacienda y defensor del desarrollo industrial) y este sería continuado por Nicolás II. En aquella época, y antes del Transiberiano, se usaban dos tipos de transportes para poder pasar por aquella inexpugnable zona: cuando los ríos estaban en funcionamiento, se aprovechaban y usaban para viajar. En la mitad fría del año, cuando se helaban dichos ríos, el medio de locomoción era entonces el trineo tirado por caballos.

placeholder Mapa del Transiberiano.
Mapa del Transiberiano.

La ruta principal fue inaugurada un 21 de julio de 1904, después de trece años de trabajo, y unía Rusia con Vladivostok (en el Extremo Oriente ruso, cerca del mar de Japón), atravesando la que en otro momento fue la Asia Zarista, que compone ocho zonas horarias (un tercio del mundo). La construcción resultó ser una auténtica pesadilla para los ingenieros cualificados que participaron en el proyecto y se necesitó el trabajo de más de 90.000 hombres, presos y soldados que tuvieron que afrontar el extremo clima, según informa 'Telegraph', además, en su totalidad duró 26 años (en 2016 cumplió 100). No obstante, es importante saber esto: la ruta está compuesta por otras dos ramas, el Transmachuriano y el Transmongoliano.

Desde las estepas mongolas a las zonas más recónditas de Siberia, pasando por el lago Baikal o la Ciudad Prohibida de Pekín, al principio los viajes duraban 30 días. Ahora, una semana

El primero atraviesa Asia: se adentra en China bordeando Mongolia hasta llegar y finalizar también en Pekín. El segundo, que nace en una de las paradas del Transiberiano, se desvía para ir por Mongolia (de ahí su nombre), pasando por Ulán Bator, capital de la misma, y atraviesa el país entero hasta llegar también a Pekín. Aunque en un primer momento hemos dicho que solo se tardan siete días en completar el recorrido, por supuesto esto ha cambiado mucho con el tiempo. En sus primeros momentos podían ser hasta 30 días de viaje. Desde las estepas mongolas a las zonas más recónditas de Siberia, pasando por el lago Baikal o la Ciudad Prohibida de Pekín, las vistas eran (y son) muchas y muy diversas.

placeholder En la frontera entre Rusia y China hay cambio de Bogies porque el ancho de vía es diferente.
En la frontera entre Rusia y China hay cambio de Bogies porque el ancho de vía es diferente.

¿Y si tú en concreto quieres recorrer las estepas rusas y las pequeñas aldeas recónditas que pueblan el mundo hacia el lejano Oriente? Puedes hacerlo. Eso sí, recuerda que antes necesitas obtener un visado, ya sea para viajar a Rusia, Mongolia o China (para los dos primeros países también necesitas un seguro con cobertura sanitaria). Aunque puedes realizar el viaje en trenes privados de lujo (que de 4.000 euros no bajan), la gente por lo general elige los trenes dormitorio regulares.

Hay dos clases de asientos (blandos tapizados y duros de plástico) que se convierten en camas por la noche

Como en muchos otros trenes, hay clases: la primera, (con camarotes o dormitorios personales), la segunda, (con compartimentos para cuatro personas, aunque si viajáis tres podéis comprar el cuarto billete) y por último la tercera clase, donde compartirás vagón con cientos de personas. Hay dos clases de asientos (blandos tapizados y duros de plástico) que se convierten en camas por la noche y a lo largo del viaje se van cambiando las locomotoras. Como curiosidad, el menú del tren tiene 18 páginas y los vagones restaurantes se cambian en cada país, por lo que se pueden probar platos de los distintos países. Además, cuanto menor es el número de identificación del tren, significa que menos paradas hace (y por tanto más rápido será).

Mientras que el Orient Express simboliza el lujo y la extravagancia propia de la Belle Époque (aunque se extendió en el tiempo e incluso ahora podemos viajar en sus vagones, si estamos dispuestos a pagarlo), el Transiberiano parece la otra cara de la moneda: lo lejano y exótico, representado por un tren (aunque en realidad es una ruta) que sigue su recorrido por la estepa rusa hasta llegar a los desconocidos países orientales. Se compone de 72 paradas.

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