¿Qué cenará Putin en Nochevieja? Las cosas que quisiste saber de Vladímir, respondidas por él

En muy pocas ocasiones se puede escuchar al presidente de Rusia hablar largo y tendido sobre las cuestiones que preocupan a sus ciudadanos. Una de ellas es la reunión interanual del Valdai Club. En este espacio, los analistas de uno de los think tank más relevantes del país debaten sobre los cruciales asuntos de Estado, así como la filosofía detrás de los actos del presidente. Otra de ellas, acontecida este jueves —y de un carácter mucho más distendido—, siendo uno de los eventos más seguidos en el país, es la Gran Rueda de Prensa Anual. Más de cuatro horas de preguntas lanzadas por periodistas, ciudadanos y funcionarios rusos. Todas ellas respondidas por el hombre que controla el país más extenso del mundo: Vladímir Putin.

El año pasado, el Kremlin se negó a celebrar la Gran Rueda de Prensa, tras la debacle sufrida por la contraofensiva ucraniana. Sin embargo, en el contexto actual, con el frente estancado a pesar de la infinitud de intentos de romper la línea, Vladímir Putin se ha prestado a responder, por primera vez desde el inicio de la ofensiva a gran escala, las 2,3 millones de preguntas que ha recibido durante el evento televisado en el Canal Uno de la televisión rusa. Aunque muchas de ellos se han quedado en el tintero; otras, no han tenido desperdicio.

"¿Qué ensalada prefieres para cenar en Nochevieja: olivier o arenque bajo un abrigo de piel —dos platos típicos de la gastronomía local—?", preguntaron los moderadores de la rueda de prensa. "Depende de lo que bebas... Sin duda, uno de los regalos más memorables de FatherFrost (el Papá Noel ruso) y creo que gran parte de la audiencia estará de acuerdo", respondió Putin. Pero no todas las preguntas iban a ser tan dóciles.

"¿Es cierto que tienes muchos dobles?"

Una de las preguntas lanzadas por los ciudadanos fue formulada por uno de sus dobles. En pantalla aparece, según se expresa, un estudiante de la Universidad Estatal de San Petersburgo, idéntico a Putin. Al escuchar su voz, extremadamente similar a la del mandatario, este alza la vista y arquea una ceja al observar su rostro. Le pregunta el gemelo: "¿Es cierto que tienes muchos dobles?". Putin contesta: "Veo que te pareces a mí y hablas con mi voz. Pero lo pensé y decidí que solo una persona debería hablar con mi voz. Y esa persona seré yo", formuló para después destacar que se trataba de su primer doble en pantalla.

"Si tuvieras una oportunidad de hablar con el Vladímir Putin de hace 23 años, ¿qué le dirías?", espetó un periodista de un medio local. "Le diría: está en el camino correcto, camarada". Tras la breve respuesta, el redactor reformuló: "¿De qué le advertirías?". "De la ingenuidad y excesiva credulidad de nuestros supuestos socios. Y sobre consejos y palabras de despedida. Debemos creer en el gran pueblo ruso. Esta fe es la clave del éxito de la reactivación, la formación y el desarrollo de Rusia", asestó Putin.

Las preguntas no paraban de llegar y hasta Arina Simonova, de ocho años, natural de Volgogrado, le preguntó a Putin si debería tener miedo de los robots. "Puedo responderte seguro de ello: nadie podrá remplazar a tu abuela, es imposible cambiarla por otra", dijo en tono jocoso. "De lo que sí que tendríamos que tener miedo o, por lo menos, prevenir, es de la inteligencia artificial".

Algunos de los asistentes y telespectadores de la conferencia notaron que el presidente tosía con frecuencia. Un dardo envenenado a los innumerables rumores que ha habido sobre su estado de salud, en los cuales se ha notificado varias veces su supuesta defunción. Pero para el líder ruso había una explicación sencilla para esto. "Lo siento, los aparatos de aire acondicionado hacen mucho ruido".

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En relación con las nuevas tecnologías, en una de las pantallas rotatorias que iban introduciendo algunas de los millones de preguntas aparecía: "¿Cuándo se abrirá TikTok?", actualmente prohibida en todo el territorio ruso. Pero, como muchas otras de las que iban apareciendo en los paneles, no fue respondida. Aunque algunas tan disparatadas como "¿Hay programas gubernamentales de investigación ovni?, ¿estamos en contacto con ellos?", tuvieron una aparición estelar en la televisión nacional.

Todo se redujo a los huevos. Desde hace varias semanas, mucha gente se queja de que el precio de las docenas se ha disparado. Irina Akopova, residente de Krasnodar, una de las regiones más afectadas por la inflación, pidió al presidente que "tenga piedad de los jubilados". "No recibimos pensiones millonarias, así que pongamos las cosas en orden, no hay nadie a quien recurrir", dijo la mujer. A lo que Putin contestó que "antes podía comer una docena de huevos". Pero qué pasó: "La demanda aumentó, pero el volumen de producción no. Las importaciones no se abrieron a tiempo en el volumen requerido", añadió. "Sin duda, la situación mejorará. Eso espero. Lo lamento y me disculpo en este sentido. Un fracaso en el trabajo del Gobierno".

Las más de cuatro horas de preguntas no fueron todas en esta línea distendida y amable. En un programa de tal relevancia para la audiencia rusa, todo, hasta lo más inesperado, está medido al milímetro con precisión cirujana. Ninguna pregunta, pese a lo que parece un formato espontáneo, escapa de la censura del Kremlin antes de llegar a ser respondida por Putin.

Ninguna pregunta, pese a lo que parece un formato espontáneo, escapa de la censura del Kremlin antes de llegar a ser respondida

Se le preguntó por la detención sin juicio del periodista de The Wall Street Journal, Evan Gershkovich. Pero la respuesta se podía intuir antes de ser pronunciada por el presidente: "Queremos llegar a un acuerdo, y estos acuerdos deben ser mutuamente aceptables y convenientes para ambas partes. Tenemos contactos con nuestros socios estadounidenses sobre este asunto y el diálogo sobre este tema está en curso. No es sencillo, no entraré en detalles ahora... Espero que encontremos una solución. Pero, repito, la parte estadounidense debe escucharnos y tomar una decisión apropiada, que convenga a la parte rusa".

No se realizó ninguna pregunta sobre el paradero de Alekséi Navalni, el opositor político del presidente quien, incluso antes de su auge y su envenenamiento con el agente nervioso Novichok, Putin evitaba pronunciar su nombre cuando se le preguntaba por él. Este pasado lunes 11 de diciembre, Navalni debía comparecer en una videoconferencia desde la cárcel con un tribunal de la ciudad de Kovrov, pero faltó a su cita sin ninguna explicación. Desde entonces, su abogada no se ha podido poner en contacto con él.

Sobre el estado de la economía, la respuesta era fácil: todo va estupendamente. Aunque Putin añadió un chascarrillo, "el Ministerio de Hacienda nunca tiene dinero". Respecto a la ofensiva, respondió a unos soldados en el frente mientras silbaban las balas, los militares estaban interesados ​​en cómo se asentaría a las personas que lucharon cuando finalice el conflicto en el Distrito Militar del Norte, pero no pronunciaron ni un solo comentario negativo sobre sus condiciones o las numerosas bajas en el frente. Ni un solo apunte sobre el estado de la guerra, a pesar de que en los más de 600 días de contienda, han aparecido infinitud de vídeos de militares —difundidos en el Telegram de las diferentes Brigadas— denunciando la situación en Ucrania, desde casi todos los rincones de las trincheras.

Los moderadores recibieron también una avalancha de preguntas sobre la "operación militar especial" y le preguntaron al presidente cuándo habría paz. "Habrá paz cuando logremos nuestros objetivos", concluyó para repetir por enésima vez desde que empezó la guerra el discurso "sobre la desnazificación de Ucrania, sobre la desmilitarización y sobre su estatus neutral".