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Albares impulsa un acuerdo sobre Gibraltar y en el Peñón responden: "Es ciencia ficción"
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Solamente quedan "flecos"

Albares impulsa un acuerdo sobre Gibraltar y en el Peñón responden: "Es ciencia ficción"

Los ministros de Exteriores de España y el Reino Unido se reúnen en la sede de la OTAN mientras los equipos técnicos tratan de cerrar los últimos "flecos", según Albares

Foto: Captura de video en la que aparece el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (EFE / Efe Tv)
Captura de video en la que aparece el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (EFE / Efe Tv)

Solamente quedan "flecos" por cerrar para poder alcanzar un acuerdo entre Reino Unido y España sobre el encaje de Gibraltar, según explicó este martes José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español, que se reunió en los márgenes del encuentro ministerial de la OTAN en Bruselas con su nuevo homólogo británico, el exprimer ministro David Cameron. "Lo que necesita el acuerdo es la voluntad política", explicó Albares a los medios de comunicación, antes del encuentro. Tras la reunión, el ministro ha insistido en que el pacto está muy cerca, aunque ha sido menos contundente sobre los plazos.

"La pelota estaba y sigue estando en el tejado de Reino Unido", ha insistido Albares, que este martes por la mañana en una entrevista con la cadena Telecinco aseguraba que el acuerdo se podía cerrar inmediatamente después de una conversación telefónica con Cameron este lunes. "Son ellos los que tienen que decidir si quieren un acuerdo o prefieren que se aplique la legislación europea, lo que desde mi punto de vista sería descabellado", ha explicado el ministro de Asuntos Exteriores, que ha insistido en que el modelo que ha propuesto el Gobierno español consiste en una fórmula de prosperidad compartida entre la roca y el Campo de Gibraltar.

La posición negociadora española pasa por plantear al Reino Unidos dos opciones: o acepta el acuerdo que hay sobre la mesa, o habrá una frontera. Está intentando parecer lo más rígida posible, intentando mostrarse inflexible sobre el fondo del acuerdo. Albares ha sido preguntado precisamente sobre si el Gobierno está intentando expresar que esta es su última oferta y que no va a hacer ninguna cesión ni movimiento. El ministro ha asegurado que "no se trata de no moverse", sino de que España "ha puesto un acuerdo equilibrado y generoso" sobre la mesa "que responde a todas las necesidades que tienen que estar en ese acuerdo para una zona de prosperidad compartida".

"Hace muchos meses puse sobre la mesa un acuerdo global porque el acuerdo tiene que ser global, hay que tocar todos los aspectos para crear esa zona de prosperidad compartida entre Gibraltar y el campo de Gibraltar", ha añadido el ministro poco antes de verse con su homólogo británico, que durante su etapa como primer ministro convocó el referéndum de junio de 2016 que acabaría desencadenando una de las mayores crisis de la historia de la UE.

"Sobre un horizonte temporal no soy capaz de darlo en estos momentos"

Al término de la reunión entre los dos titulares de Exteriores Albares ha insistido en que solamente quedan algunos elementos técnicos pendientes. "Estamos tan cerca que ya lo que quedan son aspectos específicos, puntuales, la mayor parte del acuerdo está ya acordado. Aunque nada está acordado hasta que todo está acordado. De lo que se trata ahora es de encontrar fórmulas eficaces para lograr ese objetivo que todos queremos. Estamos cada vez más cerca, pero tenemos que estar definitivamente cerca en todo", ha dicho Albares. "Sobre un horizonte temporal no soy capaz de darlo en estos momentos". Es decir, pese al acercamiento de posturas y la reactivación de las conversaciones, el acuerdo todavía no está definitivamente cerrado. Uno de los elementos en lo que habrá que seguir trabajando es la reclamación española del uso compartido del aeropuerto, a pesar de que otros elementos importantes, como quién se encargaría del control fronterizo entre el Peñón y La Línea de la Concepción están ya resueltas.

Cuando la Unión Europea y Reino Unido llegaron al acuerdo del 'Brexit', la salida de Londres del club comunitario, se separó a Gibraltar de ese arreglo. Había de fondo motivos políticos, económicos e históricos. España quería tener la sartén por el mango y quería, de alguna manera, buscar un encaje especial para el Peñón del que también se beneficiara la comarca. Se trata de una especie de 'venganza' por parte de España, que tuvo que sudar sangre cuando quiso ingresar en la Comunidad Económica Europea por las exigencias que planteó el Gobierno británico durante las negociaciones de adhesión. Se trataba, de alguna manera, de reequilibrar una balanza que se había descompensado con el ingreso de España en 1986.

Foto: El líder de los socialistas gibraltareños, Fabián Picardo, vota en las elecciones que se celebran este jueves en Gibraltar. (EFE/A. Carrasco Ragel)

Las palabras de Albares se ven desde un prisma muy diferente desde el Peñón. Fuentes gibraltareñas consultadas por este diario recalcan que el ministro de Exteriores español lleva un año diciendo que él ha presentado una propuesta que solo estaría lista para firmar, pero lo cierto es que es "ciencia ficción", ya que "nadie ha visto ningún acuerdo".

En la Roca hay "optimismo" para llegar a una solución lo antes posible. Aseguran que las negociaciones están muy avanzadas. Sin embargo, consideran que es España la que está obstaculizando la fumata blanca, puesto que en un principio se comprometió a dejar el tema de la soberanía al margen, pero "ahora lo ha puesto sobre la mesa". "Si el Gobierno mostrara la misma flexibilidad con Gibraltar que ha mostrado con el tema de Cataluña, el acuerdo se podría firmar en una mañana", matizan.

Si se quiere flexibilidad en la verja, se debe externalizar la frontera Schengen al puerto y aeropuerto del Peñón. Pero eso obliga a tener la presencia de agentes de España (miembro Schengen). Y ahí está otro de los 'quids' de la cuestión, aunque en el Gobierno lo ven también como un punto resuelto, aunque no deja de ser uno de los elementos más sensibles, sobre todo teniendo en cuenta que el suelo donde está construido el aeropuerto no estaba contemplado en el Tratado de Utrecht (1713-1715). Los británicos se hicieron con ello en el siglo XIX, cuando unas epidemias obligaron a desplazar la población al istmo, y por eso ahora España solicita la gestión conjunta del mismo, que sí sigue pendiente de acordar.

Lo que planteó el Gobierno en su momento es que Frontex, la Agencia de Guardia de Fronteras y Costas de la Unión Europea realice los chequeos durante un período de transición de cuatro años, tras el cual los funcionarios españoles asumirán el control.

Foto: El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, habla durante el turno de preguntas al Primer Ministro, en la Cámara de los Comunes en Londres. (Reuters)

Pero para los gibraltareños, la idea de "botas españolas sobre el terreno" es una profunda línea roja, ya que rememora los tiempos del régimen de Franco cuando se cerró la frontera en 1969, dejando a muchas familias divididas.

En las negociaciones se habla de "una zona de prosperidad compartida", un eufemismo para evitar hablar de la soberanía sobre la colonia británica. Pero es la soberanía, al fin y al cabo, lo que ha marcado el contexto de los últimos 300 años. Y la cuestión que, en definitiva, dificulta ahora la ansiada fumata blanca.

Nadie quiere cerrar una verja que sacuda tanto a la economía del Peñón como de las regiones españolas aledañas. Pero, al mismo tiempo, nadie quiere firmar cualquier término, cualquier punto, cualquier coma que pueda afectar al tema de la soberanía en un tratado internacional.

En este contexto, más allá de la cuestión Frontex, lo que estaría dificultado el avance es el marco regulatorio sobre la cuestión del aeropuerto. Ese es el gran fleco que queda por cerrar. Cosas tan simples como, por ejemplo, aplicar normativa comunitaria o británica a las sillas de ruedas que se pongan a disposición de los pasajeros con problemas de movilidad se podrían considerar como una cesión de soberanía por una y otra parte.

Foto: Bandera británica y de la UE con el Big Ben de fondo. (EFE/Andy Rain)

El pasado verano, el gobernador de la Roca, David Steel, acusó a España de ser el responsable del estancamiento al haber pedido "un marco regulatorio sobre la gestión del aeropuerto que implica su jurisdicción española", algo que considera "intolerable". "En el Acuerdo Marco de Nochevieja de 2020 se dejó de lado el tema de la soberanía. Ahora España lo ha reintroducido", denunció el representante de la Corona británica en Gibraltar a The Times.

Por otra parte, otro de los puntos que estaría impidiendo el avance sería el convenio en materia de seguridad y defensa que España quiere cerrar con Reino Unido, con el que la cooperación militar se limita ahora al marco de la Alianza Atlántica, a la que ambos países pertenecen. No es que esté ligado oficialmente al acuerdo Brexit, pero, de alguna manera, Madrid sí lo habría querido tratar de forma paralela por el interés que tiene sobre el Estrecho.

El Brexit obliga a Madrid y el Peñón a encontrar una solución pragmática de convivencia. Alrededor de 30.000 personas cruzan a diario la verja. Entre ellos, 15.000 trabajadores, de los cuales 10.000 son españoles de una zona como la del Campo de Gibraltar, donde pocas veces se baja de una tasa de paro del 30%.

En la Nochevieja de 2020, a pocas horas de que terminara el periodo de transición, Brexit, Londres y Madrid consiguieron cerrar 'in extremis' un principio de acuerdo para evitar los estrictos controles en la frontera. El texto contenía las directrices para cerrar un tratado entre la Comisión Europea y Reino Unido sobre el Peñón. Pero se trata tan solo de una solución temporal que puede rescindirse en cualquier momento.

Solamente quedan "flecos" por cerrar para poder alcanzar un acuerdo entre Reino Unido y España sobre el encaje de Gibraltar, según explicó este martes José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español, que se reunió en los márgenes del encuentro ministerial de la OTAN en Bruselas con su nuevo homólogo británico, el exprimer ministro David Cameron. "Lo que necesita el acuerdo es la voluntad política", explicó Albares a los medios de comunicación, antes del encuentro. Tras la reunión, el ministro ha insistido en que el pacto está muy cerca, aunque ha sido menos contundente sobre los plazos.

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