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La amenaza (que no está ni en Ucrania ni en Gaza) que tú no estás viendo, pero Francia sí
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Nagorno-Karabaj no es el final

La amenaza (que no está ni en Ucrania ni en Gaza) que tú no estás viendo, pero Francia sí

Francia anunció que enviará armas a Armenia ante los temores de que Azerbaiyán y Turquía quieran tomar el control del corredor de Zangezur por su importancia estratégica

Foto: El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. (EFE/Roman Ismayilov)
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. (EFE/Roman Ismayilov)

Azerbaiyán consiguió su objetivo en Nagorno-Karabaj, pero no ha terminado con Armenia. Las tropas de Bakú consiguieron acabar en dos días con un conflicto de 30 años con la "operación antiterrorista" que lanzaron sobre el enclave armenio, y que provocó el éxodo de cerca de 100.000 personas, que tuvieron que abandonar sus hogares. Sin embargo, desde el momento en el que último armenio dejó atrás su tierra, surgieron los rumores de que las ambiciones territoriales de Azerbaiyán no se limitan a la región montañosa.

Los analistas apuntaban a que la guerra en el enclave armenio podría ser solo el principio de un plan de Bakú para tomar el control de la región de Syunik y asegurar el corredor de Zangezur. "Ese es el nuevo objetivo de Azerbaiyán y Turquía. Lo declaran en público sin tapujos y se están preparando para ello", alertaba el canal de Telegram República de Artsaj, como los armenios llaman a Nagorno-Karabaj. El corredor es un lugar estratégico, porque proporcionaría a Bakú un acceso terrestre con Estambul a través de Ereván.

El temor a los próximos pasos de Azerbaiyán ha escalado a nivel internacional y Anthony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, afirmó que los ojos estaban puestos en Zangezur y que una acción militar por parte de Bakú podría escalar un conflicto en el Cáucaso meridional, una zona en la que Turquía, Rusia e Irán también persiguen intereses políticos.

Francia, el país con la diáspora armenia más grande Europa, anunció poco después que enviará equipo militar, como sistemas de defensa aérea, a Ereván. "Incluso si no somos parte de las mismas alianzas militares y políticas, asumimos esta relación de defensa, que se basa en el simple principio de que uno necesita poder defenderse a sí mismo y a su población civil", dijo Sébastien Lecornu, ministro de Defensa francés. Las primeras informaciones publicadas al respecto apuntan a que París proporcionará apoyo para la modernización del Ejército armenio, así como radares tácticos de defensa aérea Thales Ground Master 200 (GM200), los mismos que entregó a Ucrania.

Foto: Refugiados de Nagorno-Karabaj, ek 26 de septiembre. Irakli Gedenidze / REUTERS

El Gobierno galo ha sido el primero en involucrarse directamente en la escalada de tensiones y la ministra de Asuntos Exteriores francesa, Catherine Colonna, fue el primer cargo occidental en viajar a Armenia después de la operación militar de Azerbaiyán el pasado 20 de septiembre. "Me gustaría declarar públicamente que Francia ha acordado futuros contratos con Armenia que permitirán la entrega de equipo militar a Armenia para que pueda garantizar su defensa", anunció.

La implicación militar de Francia permitiría un avance militar para el Gobierno de Nikolas Pashinyán, en una situación de inferioridad con respecto a Bakú. Mientras que este último cuenta con el apoyo de Turquía, Armenia intenta distanciarse de Rusia, uno de sus grandes aliados antes de la operación militar de Nagorno-Karabaj. A pesar de que el país forma parte de la alianza Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (CSTO, por sus siglas en inglés), liderada por Moscú, el Gobierno de Vladímir Putin no proporcionó ayuda a Ereván ni involucró a las tropas de paz rusas que estaban en el territorio para evitar la escalada que acabó con el control total de Azerbaiyán. El primer ministro armenio dijo poco después de los ataques en el enclave que había llegado la hora de dejar de confiar en Rusia.

"La venta de armas por parte de Francia a Armenia podría proporcionar el equilibrio necesario y permitir que Armenia defienda su integridad territorial. Esto, a su vez, debilitaría la ventaja actual de Azerbaiyán y nivelaría el campo de juego", explica Levón Grigorián, abogado armenio. "El aspecto más crucial de este suministro de armas es su capacidad para disuadir una invasión terrestre de Armenia por parte de Turquía y Azerbaiyán", apunta a El Confidencial.

Armenia, la piedra en el zapato de la Gran Turquía

Sin embargo, el presidente Ilham Aliyev no ha dado señales de querer sacrificar sus intereses en el corredor de Zangezur. El abogado aclara que tanto Estambul como Bakú han expresado sus deseos de crear la Gran Turquía, un proyecto que busca la unión de los pueblos túrquicos (del norte y el centro de Eurasia) a través de una conexión terrestre que se extienda desde Europa hasta Asia. "Armenia se erige como el principal obstáculo", afirma Grigorián.

Hasta ahora, la narrativa de los dos países ha dejado entrever que están dispuestos a abrir el corredor que conecta sus territorios, incluso si eso implica invadir la región de Syunik, al sur de Armenia. A este rompecabezas geopolítico se uniría también Rusia, el otro actor que tiene también intereses en el corredor de Zangezur. "Le brindaría nuevas vías comerciales para contrarrestar su aislamiento internacional. Dada la situación creada por la anexión de Crimea y la agresión en Ucrania, Rusia busca desesperadamente una salida al Mar Negro y a la región del Cáucaso, y este corredor podría proporcionarle una opción adicional", sostiene el abogado armenio.

Los intereses de Rusia en esta zona se contraponen con los de Irán, que teme perder su conexión terrestre con Armenia y que la frontera esté controlada por Turquía, su competidor regional. En este sentido, "Ereván no quiere quedar aislada de ninguna manera de la comunicación directa con Irán, que representa un socio importante en el sector comercial y energético", explica Denis Cenusa, analista del Centro de Estudios de Europa del Este.

Foto: Una familia de armenios de Nagorno-Karabaj llega al centro humanitario establecido por la Cruz Roja (Foto:Armenia.Astrig Agopian/Getty Images)

No obstante, Cenusa aclara que es posible que Azerbaiyán no quiera aceptar los riesgos geopolíticos de tomar el territorio, y añade que podrían afectar negativamente su imagen y legitimidad internacional. "El régimen de Aliyev no quiere sanciones ni quiere alimentar la narrativa armenia en torno a las intenciones de guerra de Azerbaiyán, que podría llevar a discusiones sobre el genocidio del siglo pasado", afirma el analista a este periódico.

El objetivo regional de Bakú es especialmente todo lo contrario, y tiene la intención de posicionarse como un peso geopolítico en la región con Turquía como socio. En este contexto, la cooperación militar entre Francia y Armenia va en contra de los cálculos estratégicos del tándem político.

La preocupación de los analistas se basa en las consecuencias de estas ambiciones territoriales. Después de la "operación antiterrorista" de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, los ministros de Exteriores de Turquía, Rusia e Irán se reunieron con sus homólogos armenios y azerbaiyanos para buscar soluciones que eviten un nuevo conflicto. El objetivo final, según las autoridades de Teherán, era el de evitar "la interferencia de países occidentales y no regionales".

En este contexto, el presidente Ilham Aliyev acusó a París de aumentar las tensiones con el envío de armas a Ereván y de querer provocar un nuevo conflicto. Sébastien Lecornu rechazó las acusaciones y respondió al líder de Azerbaiyán: "Buena suerte explicando que las armas [que estamos vendiendo] tienen una versión agresiva. Se trata de sistemas de armas que, por su propia naturaleza, solo pueden desplegarse en caso de agresión en territorio armenio. Nadie puede culpar a un Estado soberano por proteger sus cielos y a la población que vive debajo", dijo.

A pesar de que el objetivo de la alianza militar entre París y Ereván persigue intereses defensivos, el abogado armenio Levón Grigorián opina que el aumento de la implicación de actores externos en el conflicto, a través de acuerdos militares o diplomáticos, puede provocar una escalada. "Sin embargo, también podría servir de ejemplo para otros países europeos y actuar como elemento disuasorio para una posible invasión de Armenia, atrayendo la atención mediática e internacional hacia la situación y evitando nuevas atrocidades contra la población civil".

Pero Azerbaiyán parece seguir teniendo la percepción de que tiene carta blanca para perseguir y cumplir sus ambiciones territoriales, aunque eso suponga poner en peligro la soberanía de Armenia. El caso de Nagorno-Karabaj fue muy representativo: según expertos como Jeff Hawn, investigador del Newlines Institute, el Gobierno de Aliyev se aprovechó del contexto geopolítico actual para acabar con un conflicto de décadas. La estrategia podría continuar, ya no solo con la guerra de Ucrania como telón de fondo, sino también con el enfrentamiento militar entre Israel y Hamás en Gaza. "Se está aprovechando de la distracción de Rusia en Ucrania, pero también de la de todo el mundo. El apoyo a Kiev ha indicado que es poco probable que Armenia reciba mucha atención a nivel mundial. Cada vez hay menos apetito por la intervención", sostuvo Hawn en una entrevista anterior con El Confidencial.

Azerbaiyán consiguió su objetivo en Nagorno-Karabaj, pero no ha terminado con Armenia. Las tropas de Bakú consiguieron acabar en dos días con un conflicto de 30 años con la "operación antiterrorista" que lanzaron sobre el enclave armenio, y que provocó el éxodo de cerca de 100.000 personas, que tuvieron que abandonar sus hogares. Sin embargo, desde el momento en el que último armenio dejó atrás su tierra, surgieron los rumores de que las ambiciones territoriales de Azerbaiyán no se limitan a la región montañosa.

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