Azerbaiyán lanza una operación militar y bombardea el disputado Nagorno Karabaj
Azerbaiyán ha lanzado lo que ha denominado una operación antiterrorista — de tintes militares— en la disputada región de Nagorno-Karabaj
Azerbaiyán ha lanzado lo que ha denominado una "operación antiterrorista" —de tintes militares— en la disputada región de Nagorno-Karabaj. Las tensiones sobre la región, sobre la que Bakú reclama soberanía, llevan meses acrecentándose: Armenia, valedor de Nagorno-Karabaj, denunció el despliegue y la acumulación de tropas azeríes en la frontera desde hace semanas, advirtiendo de la posibilidad de un "nuevo estallido" en el enclave, que ya en el verano de 2020 sufrió una nueva guerra abierta y se saldó con un acuerdo favorable a los intereses de Azerbaiyán.
En un comunicado publicado este martes, el Ministerio de Defensa azerí afirma haber comenzado “actividades antiterroristas” a nivel local con múltiples objetivos: garantizar las disposiciones de la Declaración Trilateral (el alto al fuego firmado en 2020 con Armenia y Rusia como mediador); reprimir las “provocaciones a gran escala” y asegurar “la retirada de las formaciones de las Fuerzas Armadas de Armenia” de Nagorno-Karabaj, así como "neutralizar su infraestructura militar"; "garantizar la seguridad de la población civil y del personal militar" azerí y, en última instancia, “restaurar el orden constitucional de la República de Azerbaiyán”.
Tor SAM was reportedly destroyed in Khankedi/Stepanakert https://t.co/e2YVYVptuc pic.twitter.com/aIqN9ByLiU
— Liveuamap (@Liveuamap) September 19, 2023
En su comunicado, Azerbaiyán ha justificado la operación por "el bombardeo sistemático de las posiciones del Ejército" por parte de fuerzas armenias, así como la muerte de varios azeríes, fruto de la explosión por minas.
Bakú no ha proporcionado más detalles sobre la operación, pero fuentes locales consultadas por El Confidencial afirman que desde el inicio de la mañana varios suburbios de Stepanakert, 'capital' de Nagorno-Karabaj, están recibiendo fuego de artillería. Vídeos distribuidos en redes sociales confirman al menos varias explosiones en la zona. El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán ha sostenido que "población e infraestructura civil no serán objetivo", pero que posiciones militares armenias, tanto de primera línea como de retaguardia, estarían "siendo incapacitadas con armas de alta precisión".
Al menos dos civiles, entre ellos un niño, han muerto este martes en la "operación antiterrorista" iniciada este martes por Azerbaiyán, según ha denunciado el Defensor del Pueblo karabají, Guegam Stepanyan.
En noviembre de 2020, Azerbaiyán y Armenia acordaron bajo la mediación de Rusia poner fin a la segunda guerra en Nagorno Karabaj, que duró 40 días, después de que las tropas azeríes se hicieran con el control de Shushi —o Shushá para los azeríes—, la segunda ciudad más importante del territorio. Estos combates fueron los más violentos desde los años 90, cuando Nagorno Karabaj (autodenominada República de Artsaj) proclamó su independencia y fuerzas étnicamente armenias ocuparon una amplia zona tapón en el territorio azerí. El conflicto separatista (de 1988 a 1994) dejó más de 30.000 muertos y un millón de desplazados. Según los términos del acuerdo, Armenia debía retirar sus tropas de las zonas que rodean los territorios de Nagorno Karabaj y Rusia enviaría un contingente de "fuerzas de mantenimiento de paz". Desde entonces, las fuerzas azerbaiyanas tomaron el control de la única carretera de entrada o salida a la zona, bloqueando la ayuda humanitaria. Armenia ha denunciado "limpieza étnica".
Según Azerbaiyán, el contingente ruso de las fuerzas de mantenimiento de la paz habría sido informado del lanzamiento de la operación. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, negó haber sido advertidos "con antelación". "Esto no es verdad. La información fue comunicada al contingente ruso unos minutos antes del inicio de las hostilidades”, escribió Zajarova en su canal de Telegram.
A pesar de que el Kremlin ha sido un aliado en las conversaciones entre las dos partes, Ereván ha admitido estar defraudado por la falta de apoyo militar de Rusia en los últimos capítulos del conflicto, pese a haber solicitado oficialmente la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), liderada por Moscú y de la que es parte Armenia. "La catastrófica invasión rusa de Ucrania significa que Armenia ya no puede confiar en Moscú como garante de su seguridad, mientras crece el temor a una vuelta al conflicto abierto con Azerbaiyán", dijo el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en una entrevista reciente.
Debilidad y "abandono" ruso
Azerbaiyán, con un poder militar creciente frente a su vecina y rival depauperada Armenia, ha intentado ya desde hace años “revisar el statu quo” del conflicto en Nagorno-Karabaj e incluso el acuerdo —muy ventajoso— obtenido tras la guerra de 2020 y del que Rusia hacía de valedor. “Con tanto la capacidad como las ganas de alterar el acuerdo de 2020, es muy probable que Bakú haya aprovechado la oportunidad de una Rusia (y resto del mundo) distraída para tomar la iniciativa y lanzar estos recientes ataques. Con el Ejército ruso empantanado en Ucrania, es probable que Bakú haya calculado que Moscú será incapaz de responder más directamente”, apuntaba a El Confidencial Robert Person, profesor de la Academia Militar de EEUU West Point, en entrevista con El Confidencial.
Rota la pared, se abre la presa. Esa incapacidad rusa de responder a Azerbaiyán podría ser solo el primero de los posibles reajustes que se producirán en el Cáucaso, Asia Central y otros países de la antigua esfera de influencia soviética, especialmente en términos de seguridad. Países como Uzbekistán y Kazajistán, los mayores de la región, miran a China como nuevo proveedor de armamento y otras garantías de seguridad, quizás en equilibrio con otras fuerzas como Estados Unidos o la Unión Europea en términos económicos, como están haciendo otros países más pequeños en la región, como la propia Armenia. Turquía, principal valedor de Azerbaiyán en el conflicto y gran suministrador de drones, también está buscando su hueco, y un Irán más libre tras la recuperación —si finalmente se produce— del acuerdo nuclear también podrá hacer trabajar sus intereses en la región.
Azerbaiyán ha lanzado lo que ha denominado una "operación antiterrorista" —de tintes militares— en la disputada región de Nagorno-Karabaj. Las tensiones sobre la región, sobre la que Bakú reclama soberanía, llevan meses acrecentándose: Armenia, valedor de Nagorno-Karabaj, denunció el despliegue y la acumulación de tropas azeríes en la frontera desde hace semanas, advirtiendo de la posibilidad de un "nuevo estallido" en el enclave, que ya en el verano de 2020 sufrió una nueva guerra abierta y se saldó con un acuerdo favorable a los intereses de Azerbaiyán.