Empieza la evacuación: casi 3.000 armenios de Nagorno Karabaj llegan a Armenia tras la guerra

Los armenios de Nagorno-Karabaj han empezado a abandonar sus hogares. Casi 3.000 personas que se vieron desplazadas por la reciente operación militar azerbaiyana en la zona llegaron a Armenia desde que comenzó su evacuación el domingo, informó el Gobierno del primer ministro, Nikol Pashinián. De las 2.906 registradas hasta este lunes, 2.100 ya han sido registradas y cerca de 1.000 decidieron irse a lugares de residencia propios o de familiares, mientras que otros 1.100 se alojan por ahora en un centro humanitario creado en la localidad de Kornidzor, en la frontera con Azerbaiyán y a unos 150 kilómetros de Nagorno Karabaj.

Este domingo, las autoridades de la autoproclamada república de Nagorno-Karabaj anunciaron que aquellos ciudadanos que fueron evacuados por la operación militar azerbaiyana de la semana pasada, dejados sin hogar y que fueron acogidos cerca de las instalaciones de las tropas rusas desplegadas en el territorio desde otoño de 2020, podían ser transportados a Armenia si así lo deseaban.

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En total, se organizaron 30 autobuses tras asegurar Bakú que los dejaría pasar con ayuda de los pacificadores rusos. "Queridos compatriotas, nos gustaría informarles que, acompañadas por las fuerzas de paz rusas, las familias que quedaron sin hogar como resultado de las recientes operaciones militares y expresaron su deseo de irse serán trasladadas a Armenia", reza un comunicado. El resto de los ciudadanos que deseen abandonar Nagorno-Karabaj tras anunciar Azerbaiyán que reintegrará la zona en su esquema administrativo, podrán hacerlo tras completarse el traslado de los desplazados, señaló el domingo el Centro de Información de la autoproclamada república.

Además, Azerbaiyán abrió dos carreteras para que los soldados karabajíes que tuvieron que rendirse y deponer las armas a raíz del alto el fuego alcanzado el pasado miércoles puedan ser transportados a Armenia, según el Ministerio del Interior azerí. Su desarme comenzó el viernes y su traslado se produce a través del corredor de Lachín, única vía de comunicación entre Armenia y Nagorno-Karabaj y que estuvo bloqueado durante nueve meses por parte de Azerbaiyán, y a través de la zona de Kelbajar.

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, dijo en un discurso su Gobierno "dará una amorosa bienvenida a nuestros hermanos y hermanas de Nagorno-Karabaj. Los armenios de Nagorno-Karabaj todavía enfrentan el peligro de una limpieza étnica. En los últimos días, han llegado suministros humanitarios, pero esto no cambia la situación. Si no se crean condiciones de vida reales para los armenios en la zona y en sus hogares, así como mecanismos efectivos de protección contra la limpieza étnica, entonces aumenta la probabilidad de que los armenios de Nagorno-Karabaj vean la expulsión de su patria como la única salida".

"Nadie quiso parar la guerra"

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se reunirá este lunes con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, para discutir la situación. Erdogan, un aliado de Aliyev, respaldó a Bakú en la operación militar de 2020 y en el objetivo azerbaiyano de recuperar el territorio, pero sostuvo que no había participado en las acciones militar de la semana pasada.

Armenia afirmó que más de 200 personas murieron y 400 resultaron heridas en la operación de la semana pasada, que fue condenada por Estados Unidos y otros aliados occidentales de Armenia. Sin embargo, la comunidad armenia de Nagorno-Karabaj denunció que ninguno de ellos se implicó de manera activa en el conflicto."Ningún actor internacional quiere parar la guerra", dijo Artak Beglaryan, el ex Defensor del Pueblo de Nagorno-Karabaj.

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Además, los analistas señalaron que Azerbaiyán habría podido aprovechar el contexto de la guerra de Ucrania para lanzar su operación. "Azerbaiyán se está aprovechando de la distracción de Rusia en Ucrania, pero también de la de todo el mundo. El apoyo a Kiev ha indicado que es poco probable que Armenia reciba mucha atención a nivel mundial. Cada vez hay menos apetito por la intervención", explicó Jeff Hawn, investigador del Newlines Institute, en una entrevista anterior con El Confidencial.