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Armenia: el pueblo odiado y perseguido (otra vez) tras el genocidio de 1915
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Armenia: el pueblo odiado y perseguido (otra vez) tras el genocidio de 1915

La ocupación esta semana por parte de Azerbaiyán de la región de Nagorno-Karabaj vuelve a desplazar a miles de armenios. Un conflicto que se remonta al siglo XIX

Foto: Cadáveres de algunos de los miles de armenios asesinados por el Imperio otomano en 1915. (Wikimedia/Ambassador Morgenthau's Story)
Cadáveres de algunos de los miles de armenios asesinados por el Imperio otomano en 1915. (Wikimedia/Ambassador Morgenthau's Story)

Narimanov estalló en un ataque de furia cuando supo que durante la primera reunión se había decidido que la región de Nagorno-Karabaj se consideraría territorio armenio. Era la primera semana de julio de 1921 y la reunión tenía lugar en Tiblisi, la capital de Georgia, a tan solo 70 kilómetros de distancia de Gori, la ciudad natal de Iosif Stalin, quien estaba presente en las conversaciones en calidad de Comisario del Pueblo para las Nacionalidades de la recién creada República Rusa Socialista Soviética Federada, un trabalenguas estilo soviético que se simplificaría más adelante como la URSS.

El mismo Nariman Narimanov, al frente de la también balbuceante República Soviética de Azerbaiyán, había nacido precisamente en Tiblisi, Georgia, fuera de su teórico hogar, puesto que pertenecía a una familia de inmigrantes azerbaiyanos. Etnicidad y nacionalidad, ese puzle infinito al que se enfrentaba toda la Rusia transcaucásica tras el desplome primero del Imperio Otomano en 1918, el último califato, y las derrotas militares, apenas unos años después, de la República de Turquía que la sucedió, el estado nacionalista y laico promovido por el general Kemal Ataturk.

placeholder Ciudadanos turcos y armenios en 2018 con fotografías de víctimas del genocidio armenio. (EFE/Sedat Suna)
Ciudadanos turcos y armenios en 2018 con fotografías de víctimas del genocidio armenio. (EFE/Sedat Suna)

Un periodo en el que el partido de los jóvenes turcos, un intento nacionalista de reformar el imperio otomano liderado por Enver Bey y Enver Pashá, acometió el que sería el primer genocidio como tal de la historia: exterminar a todos los armenios cristianos, con la inestimable colaboración de los tártaros, como se denominaba a los naturales de Azerbaiyán en el XIX y principios del XX. Los turco-otomanos comenzaron las matanzas en masa en 1915 y para 1921, cuando ya no quedaba nada de los otomanos, arrasados por la derrota en la Primera Guerra Mundial de los Imperios centrales —Alemania y Austria— a los que se habían unido y la firma del tratado de Sévres, aún seguía habiendo armenios desplazados y perseguidos.

Aislada del centro de Rusia por las montañas del Cáucaso —lo que se conoció como Transcaucasia rusa—, surgió como un cinturón que nunca se integró completamente con una metrópoli muy distante en Moscú. En ese contexto, la decisión de la proto-URSS, con Stalin al frente del comisariado para las nacionalidades, cronificó el conflicto, aunque el objetivo entonces para los bolcheviques fuera la sovietización del territorio.

Dos días delirantes

¿Nagorno-Karabaj Armenia? La decisión tomada el 4 de julio de 1921 no era una posibilidad para los azerbaiyanos como Narimanov, que maniobró ese mismo día con el objetivo de impedir que la región acabara en posesión de Armenia. Fueron dos días absolutamente delirantes, en los que, con la complicidad de Iosif Satlin, se pasó de una decisión a favor de los armenios a lo contrario en apenas 24 horas. Así, el destino de los armenios de Karabaj quedaba sellado para siempre cuando el Kavburó reinterpretó la cuestión sobre Nagorno-Karabaj a favor de Azerbaiyán: "En cuanto a la necesidad de armonía nacional entre musulmanes y armenios, los vínculos económicos entre el Karabaj montañoso y el bajo Karabaj, y sus vínculos permanentes con Azerbaiyán, el Karabaj montañoso debería quedar dentro de las fronteras de la República Soviética de Azerbaiyán, al tiempo que se declara una región autónoma dentro de Shushi como su centro administrativo".

El odio entre ambos pueblos sobrevivió al último califato —el Imperio Otomano—, al imperio zarista y después al soviético. Hubo una guerra entre 1988 y 1994, los años que van de la caída a la desmembración de la URSS, y nuevas confrontaciones en 2016 y 2020. La ocupación ahora por parte de Azerbaiyán de la región de Nagorno-Karabaj, de mayoría armenia, ha supuesto ya 200 muertos y el desplazamiento de 68.386 armenios, más de la mitad de la población.

placeholder Fotograma de la película muda 'Ravished Armenia', de 1919, sobre el genocidio armenio.
Fotograma de la película muda 'Ravished Armenia', de 1919, sobre el genocidio armenio.

No es que sea una historia precisamente reciente, tal y como explica a El Confidencial el historiador Laurence Broers, experto en el conflicto y autor de Armenia and Azerbaijan: Anatomy of a Rivalry "La Unión Soviética trató de resolver los conflictos que encontró cuando invadió al zona con sus instituciones etnofederales. Por eso crearon repúblicas y regiones autónomas para minorías que se habían rebelado durante el período de la Primera Guerra Mundial. Lo hicieron en Osetia del Sur y Abjasia en Nagorno-Karabaj, y trataron, en cierto modo, de resolver los conflictos".

El problema, sin embargo, era profundo, según Broers: "La conquista rusa y las guerras posteriores con el imperio otomano dieron lugar a movimientos de población recurrentes, que implicaron diversos grados de coerción. Los grandes movimientos de población no eran nuevos en la región: entre 1603 y 1629, Shah Abbas I de Persia deportó hasta 60.000 familias armenias, unas 300.000 personas en total, de la próspera ciudad de Julfa, el valle de Ararat y el Cáucaso en general a su capital en Isfahán, en Persia. Pero a partir del siglo XIX, más desplazamientos connotaron cada vez más espacios imperiales a medida que los armenios cristianos se trasladaron al imperio ruso desde Persia después de Gulistan y a Turkmanchay desde el Imperio Otomano. Después de las campañas militares rusas, los musulmanes se movieron en la dirección opuesta. Estos movimientos transformaron a la población armenia de minorías urbanas marginales, en una tercera nacionalidad importante en Transcaucasia junto con los georgianos y los musulmanes azerbaiyanos o los tártaros, como se conocía entonces a los azerbaiyanos de hoy".

placeholder El historiador Laurence Broers, durante la entrevista por videollamada con El Confidencial.
El historiador Laurence Broers, durante la entrevista por videollamada con El Confidencial.

Es imposible de hecho desligar la cuestión del genocidio armenio, ejecutado por el Imperio Otomano entre 1915-1917, de las matanzas, deportaciones y persecuciones del siglo XIX. Armenia es un pueblo de mayoría cristiana, insertado en una región de mayoría musulmán y bajo la influencia del Imperio Otomano, Irán y la Rusia zarista durante varios siglos. Sufrieron matanzas en masa y la diáspora antes que el pueblo judío en Europa. Armenia podría considerarse desde ese punto de vista algo así como el pueblo judío de Eurasia. Según sus reclamaciones, tienen su propio holocausto, aunque Turquía lo niega tajantemente, a pesar de reconocer las atrocidades cometidas por el imperio otomano a principios del XX.

"Los armenios sufrieron matanzas en masa y la diáspora antes que el pueblo judío en Europa"

"La industria petrolera de Bakú atraía mano de obra de toda la región y de Irán, pero estaba estratificada étnicamente tanto en términos de propiedad —el capital ruso, armenio y extranjero competía ferozmente con la burguesía local azerbaiyana— como de gestión y mano de obra calificada, dominada por rusos y armenios. Generó tensiones que estallaron con la guerra armeno-tártara: una ola de violencia comunitaria que se extendió durante varios meses desde Bakú hacia el oeste hasta Ereván y mató a miles de personas", explica Laurence Broers.

PREGUNTA. ¿Se podría decir entonces que la discriminación y el odio hacia los armenios cristianos en la zona se parece al que sufrieron los judíos durante el siglo XIX y el XX en Europa del Este?

RESPUESTA. Los armenios estaban muy presentes en la burguesía de Azerbaiyán y de Georgia y desde luego la cuestión socioeconómica jugó un papel en la discriminación, en ese aspecto se pueden ver algunos paralelos con los judíos del este y los pogromos del XI y principios el XX.

"Creo que ahora se promoverá una especie de paquete de reintegración"

P. Turquía ha negado sistemáticamente la cuestión del genocidio…

R. Existe una controversia sobre si el concepto de genocidio se puede aplicar en 1915. Pero la realidad es que tenemos una investigación muy sólida sobre el genocidio armenio, que es internacional. Resulta ridículo negarlo.

P. ¿Qué es lo que va a pasar ahora?

R. Creo que ahora veremos el reasentamiento de Karabaj y sus alrededores por parte de azerbaiyanos étnicos, incluidos los de Nagorno-Karabaj. La antigua provincia se repoblará con azerbaiyanos de Karabaj que fueron desplazados de ella a principios de los años noventa. Y creo que se promoverá una especie de paquete de reintegración que, al menos formalmente, buscará invitar a los armenios a ejercer sus derechos de retorno y regresar.

Narimanov estalló en un ataque de furia cuando supo que durante la primera reunión se había decidido que la región de Nagorno-Karabaj se consideraría territorio armenio. Era la primera semana de julio de 1921 y la reunión tenía lugar en Tiblisi, la capital de Georgia, a tan solo 70 kilómetros de distancia de Gori, la ciudad natal de Iosif Stalin, quien estaba presente en las conversaciones en calidad de Comisario del Pueblo para las Nacionalidades de la recién creada República Rusa Socialista Soviética Federada, un trabalenguas estilo soviético que se simplificaría más adelante como la URSS.

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