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Visas a cambio de sobornos: el escándalo que pone en la picota a la Polonia antiinmigración
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300.000 visas de forma irregular

Visas a cambio de sobornos: el escándalo que pone en la picota a la Polonia antiinmigración

El partido ultraderechista se ha caracterizado por su fuerte discurso contra la inmigración. Ahora, la Fiscalía General polaca lo investiga por una trama de venta ilegal de visados

Foto: Vista general del paso fronterizo cerrado entre Polonia y Ucrania. (EFE/Markiian Lyseiki)
Vista general del paso fronterizo cerrado entre Polonia y Ucrania. (EFE/Markiian Lyseiki)

En la jerga política estadounidense, una sorpresa de octubre es ese evento rompedor, esa revelación que puede hacer descarrilar las predicciones de las encuestas. Al partido gobernante de Polonia, el derechista Ley y Justicia (PiS), la sorpresa le ha llegado este septiembre. Las ramificaciones del escándalo, que ataca la línea de flotación del plato fuerte de su estrategia electoral para los comicios este 15 de octubre, llegan incluso a su relación con Alemania.

La Fiscalía General polaca ha abierto una investigación por corrupción en la que acusa a funcionarios polacos en consulados de sostener un sistema de venta ilegal de visados temporales, sobre todo a nacionales de países de África y Asia, a cambio de sobornos que oscilan entre los 4.000 y 5.000 dólares. Un sistema que habría permitido la llegada de cientos de miles de personas en situación irregular tanto a Polonia como a otros países europeos del espacio comunitario Schengen... como Alemania.

Foto: El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski (i), y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en Varsovia el pasado mes de abril. (Getty/Omar Marques)

Tras ocho años de Gobierno del PiS, abanderando su rechazo absoluto a la acogida de personas en busca de asilo —especialmente procedentes de Oriente Medio y África—, habiendo hecho gala de la construcción de un muro en su frontera con Bielorrusia y aprobando un referéndum de última hora sobre esta cuestión, un escándalo por el que se han intercambiado al menos 300.000 visas de forma irregular (algunas por hasta 5.000 euros, según reporta el medio Gazeta Wyborcza) es, cuanto menos, paradójico.

Pero la narrativa no siempre va de la mano de la realidad. "Durante los años de gobierno de [Donald] Tusk, los niveles de inmigración estaban muy lejos de los actuales. Para ser exacto, en estos últimos cinco años, Polonia ha emitido más permisos de residencia a migrantes no europeos que países como Francia, Italia y España. Aunque es cierto que el 80% se ha emitido a bielorrusos y ucranianos, igualmente un número significativo ha ido a parar a personas de, por ejemplo, India y Turquía", indica Daniel Tilles, editor del medio polaco independiente Notes from Poland. Según señala a El Confidencial, aunque el Gobierno se ha esforzado mucho en vender otra imagen, ha sido durante su mandato cuando los niveles de inmigración en Polonia han sido los más altos de su historia y también los de la Unión Europea.

Así funcionaba el sistema

En las últimas semanas, informaciones publicadas en medios polacos han permitido reconstruir cómo funcionaba la red. Radio Zet recoge el testimonio de un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores que reconoce que en la embajada donde trabajaba, un país africano, los ciudadanos interesados en obtener el visado polaco (y, por tanto, el pase europeo) lo podían comprar directamente en la oficina donde trabajaba. "Enviamos una inspección allí y dejamos de expedir visas. Pero, tiempo después, el ministerio cambió de posición y siguió tramitando visas", explica este funcionario.

En otros casos, también entraron en esta red empresas intermediarias que se aprovechaban del colapso de muchas de las páginas web para pedir cita en las embajadas. Las empresas ofrecían a los extranjeros la obtención rápida de la visa por 4.000 e incluso 5.000 dólares. Radio Zet ha hecho también pública una carta en la que el Ministerio de Agricultura pedía al Ministerio de Asuntos Exteriores "un millón de inmigrantes" para trabajar en la agricultura.

El Gobierno polaco no ha negado que hubiera irregularidades en algunas de sus embajadas, y aunque delante de las cámaras ha querido restarle importancia, sus últimos movimientos hablan mucho de la delicada situación. Primero, el cese directo del máximo responsable de los consulados y de la gestión de visados, es decir, del viceministro de Asuntos Exteriores, Piotr Wawrzyk, quien también iba en las listas electorales. Poco después de esta decisión, se conoció que Wawrzyrk había ingresado en un hospital por intento de suicidio. Asimismo, otras siete personas han sido acusadas y hay tres en prisión provisional.

La Unión Europea ha pedido explicaciones a Polonia por este asunto. En una carta dirigida a Varsovia, Ylva Johansson, comisaria europea de Asuntos Internos, pide "aclaraciones" sobre unas acusaciones que considera muy "preocupantes" y que "plantean dudas sobre el cumplimiento de la legislación de la UE".

Foto: Un combatiente del grupo mercenario ruso Wagner. (Reuters/Belarusian Defence Ministry)

Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, criticó en un mitin el pasado fin de semana el escándalo relacionado con las visas. "No quiero que Polonia se limite a dejar pasar a la gente y que después debatamos sobre nuestra política de asilo", dijo. Además, el dirigente pidió al Gobierno polaco que "aclare" la procedencia de esos visados, así como el recorrido del dinero.

Un efecto descafeinado en el resultado electoral

Sobre el efecto que puede tener esto de cara al resultado electoral, aunque Tilles explica que esto puede ser un problema de futuro para el PiS, no cree que vaya a tener una influencia en los votantes: "La mayoría de los polacos ya han decidido a quién van a votar y los indecisos no lo van a hacer basándose en un escándalo de última hora, sino en otros factores de largo plazo".

"Los polacos ya han decidido a quién van a votar y los indecisos no lo van a hacer basándose en un escándalo de última hora, sino en otros factores"

En las encuestas, el partido de Kaczynski se mantiene como la fuerza más votada, con un 33%, y su retórica antiinmigrante sigue en pie. Hace unos días, el primer ministro escribía en un tuit: "Tusk quiere dejar entrar en Polonia a tantos inmigrantes ilegales como los alemanes le digan. Lo hará si vuelve al poder. No podemos permitir que esta plaga regrese". Y adjunta un vídeo con imágenes de la última crisis migratoria desatada en la isla italiana de Lampedusa.

En la jerga política estadounidense, una sorpresa de octubre es ese evento rompedor, esa revelación que puede hacer descarrilar las predicciones de las encuestas. Al partido gobernante de Polonia, el derechista Ley y Justicia (PiS), la sorpresa le ha llegado este septiembre. Las ramificaciones del escándalo, que ataca la línea de flotación del plato fuerte de su estrategia electoral para los comicios este 15 de octubre, llegan incluso a su relación con Alemania.

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