Referéndum de última hora: la táctica del Gobierno polaco para ganar las elecciones

Un camarero deja dos cafés en una mesa de la terraza del museo del Alzamiento de Varsovia. "¡Shrukan!", dice un hombre polaco con vehemencia y sonriendo. Es Syzmon Niedziela, historiador y jefe del departamento de exposiciones. Con un perfecto español, explica: "Este camarero es argelino, así que me gusta darle las gracias en árabe. Yo soy doctor en Historia y mi primera especialización es sobre el fundamentalismo islámico. Tengo tres libros publicados". Niedziela se ha reunido con El Confidencial para hablar de la importancia de este museo, especialmente entre los más jóvenes. Sin embargo, los primeros minutos de esta conversación los dedica a seguir hablando de su fascinación por el mundo árabe.

Ese entusiasmo se desvanece cuando el tema se enfoca desde otra perspectiva, la migración. "¿Sabes? En los años setenta los españoles no querían venir a Polonia, no nos veían como europeos. Ahora es todo lo contrario, muchos quieren vivir aquí. Hemos crecido más económicamente y estamos dentro de la Unión Europea y de la OTAN. Y no solo eso, sino que somos un país muy seguro. No hay casi mezquitas y tampoco grupos de otras minorías. Y eso es muy importante...", dice el historiador.

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Esta es una idea que prevalece mucho entre gran parte de la sociedad polaca. Es decir, consideran que la seguridad de su país depende de si llegan más o menos migrantes y especialmente les preocupan los que vienen de países africanos o de Oriente Medio. Adrián, un periodista de 27 años, defiende la misma tesis que Niedziela cuando vuelve a surgir este tema. "Estoy muy orgulloso de mi país, es un lugar muy seguro. No ves que no acogemos a migrantes peligrosos. Eso se nota", señala. Dos conversaciones diferentes y esporádicas que reflejan el efecto que ha tenido el discurso del "miedo al inmigrante musulmán" instalado en Polonia.

Anna Mierzybska analista del periódico independiente polaco Oko.press recuerda a El Confidencial que este fue precisamente uno de los temas que más ayudó al PIS, ('Ley y Justicia') el partido de extrema derecha que gobierna actualmente, tras llegar al poder en el 2015. "En estos últimos años se ha consolidado la narrativa de que los musulmanes refugiados son violadores, terroristas y que contagian enfermedades. Y por supuesto, eso ha hecho que haya un miedo real entre los polacos hacia migrantes musulmanes y de otras culturas", indica la también autora del libro Efecto disruptivo. Cómo la desinformación afecta a nuestras vidas.

Elecciones a la vista

Faltan menos de dos meses para que los polacos sean llamados a las urnas —el próximo 15 de octubre se celebran las elecciones generales— y la formación ultraconservadora de Kaczynski ha vuelto a recurrir al fantasma de lo que ellos han bautizado como "migración ilegal", que se refiere únicamente a la que no procede de Occidente. Eso sí, esta vez, ha dado un paso más allá con la convocatoria de un referéndum que tendrá lugar el mismo día de los comicios, ya aprobado por el Sjem —el parlamento polaco—. "¿Apoya la admisión de miles de inmigrantes ilegales de Medio Oriente y África bajo el mecanismo de reubicación forzada impuesto por Bruselas?", o "¿Apoya usted la eliminación del muro construido en la frontera con Bielorrusia?", son dos de las preguntas que formaran parte de este plebiscito.

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Las preguntas aluden a la crisis de refugiados que se desató en la frontera de Polonia con Bielorrusia en el otoño de 2021 y, por donde siguen intentando cruzar muchas personas migrantes. Una ruta que el propio presidente Lukashenko promovió tras las sanciones que Bruselas le impuso por considerar fraudulentas sus últimas elecciones. "Evidentemente, el estallido de esa crisis migratoria provocó que esa narrativa se volviera a imponer. Creo que muchos polacos recuerdan cuando por el aquel entonces ministro del Interior, Mariusz Kaminski, aseguró que los migrantes que estaban cruzando la frontera tenían fotos y videos de contenido terrorista y sexual en sus teléfonos. Fue fácil comprobar unos días después que era un contenido que se puede encontrar en Internet", dice Mierzybska.

La experiencia de la acogida de ucranianos

¿Qué repercusión puede tener este referéndum en los resultados? La autora es escéptica. Primero, porque considera que el hecho de que hayan entrado tantos refugiados ucranianos en Polonia ayuda a cambiar la mentalidad de la sociedad. "El contacto diario con los ucranianos ha hecho que la inmigración sea cada vez más aceptada por la población y, aunque es verdad que los polacos siguen viendo con otros ojos a los musulmanes, la experiencia con los refugiados ucranianos es positiva", señala. Asimismo, la analista apunta a que la manera en la que están planteadas las preguntas ayudan a "explotar los prejuicios existentes todavía entre la sociedad polaca".

"El Gobierno ha visto que pocos temas han logrado captar la atención de los polacos, por eso vuelve a un clásico como es el tema de la inmigración"

Con la convocatoria de este referéndum, el PIS busca vender la imagen de que solo ellos pueden mantener la seguridad del país. Además, siendo agosto uno de los meses más cargado de fechas simbólicas de la historia de Polonia, se podría decir que también les ayuda a mantener su retórica racista. Este pasado martes 15 de agosto fue el día Nacional de las Fuerzas Armadas, y si algo quiso mostrar ese día el PIS fue el músculo de su ejército con uno de los mayores desfiles de los últimos años. Y más teniendo en cuenta que parte del grupo Wagner se ha instalado en la frontera de Bielorrusia. "En estos meses el Gobierno actual ha visto que pocos temas han logrado captar la atención de los polacos, por eso vuelven a un clásico como es el tema de la inmigración. Esperan que eso les genere emociones más fuertes durante esta campaña electoral y que finalmente les voten", apunta la analista.

Que entre los miembros del PIS hay ya mucho nerviosismo es evidente, no solo con la convocatoria de este referéndum —nunca antes se había hecho en Polonia—, sino también por la aprobación de una resolución de la Sjem en la que advierten que cualquier influencia extranjera durante el proceso electoral será entendida como un acto hostil hacia el Estado polaco. Manfred Weber, un eurodiputado del grupo popular, ha cuestionado la manera en la que el Gobierno realiza la campaña electoral y como ha influido en los medios de comunicación públicos.

Eso, junto a la guerra de Ucrania, hará que estas elecciones polacas sean más mediáticas en el exterior que nunca.