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El legado de Prigozhin: los secretos del hombre que se atrevió a desafiar al Kremlin
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El chef convertido en mercenario supremo

El legado de Prigozhin: los secretos del hombre que se atrevió a desafiar al Kremlin

Sus empresas conocidas ganaron más de 5.000 M de dólares en contratos con el gobierno ruso, con un notable incremento en el año tras la guerra de Ucrania

Foto: Memorial de Prigozhin en Moscú. (EFE/Yuri Kochetkov)
Memorial de Prigozhin en Moscú. (EFE/Yuri Kochetkov)
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A principios de 2023, los canales y redes sociales del Grupo Wagner difundieron imágenes de su líder Yevgeni Prigozhin y varios de sus combatientes en el interior de una gruta, que identificaron como una extracción minera en la localidad de Soledar, al norte de Bajmut. En un vídeo podía verse a un miembro de Wagner que afirmaba: "Hay ucranianos pasando por nuestras cabezas, a unos dos kilómetros por encima", a lo que Prigozhin replicaba: "No pasa nada, es todo temporal". Ese mismo día, Wagner aseguró haber tomado "por sí solo" el control total de Soledar.

En realidad, las fuerzas rusas aún tardarían diez días en conquistar este bastión ucraniano. Pero Prigozhin era alguien que comprendía muy bien las ventajas y el potencial de la propaganda y la desinformación, del control de la percepción pública. Es imposible saber hasta qué punto este y otros vídeos similares ayudaron a minar la moral de los defensores ucranianos de Soledar y Bajmut, pero lo que es indudable es que contribuyeron a forjar la imagen pública de Prigozhin como héroe de Rusia: en junio, un sondeo del Centro Levada mostró no solo que tenía una tasa de aprobación de más del 59%, sino que el 19% de los encuestados estarían dispuestos a votarle como presidente de la Federación Rusa. Algo que sin duda hizo saltar las alarmas en el Kremlin. Las reglas del juego estaban a punto de cambiar.

Foto: Memorial por la muerte de Prigozhin en Moscú. (Reuters/Maxim Shemetov)

Medio año después, Wagner acabó alzándose en armas contra el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor de Rusia, y aunque Prigozhin trató de dejar claro que la revuelta no iba dirigida contra el presidente Vladímir Putin, la humillación pública que el motín supuso para este no podía ser olvidada tan fácilmente. Hoy Prigozhin está muerto y las sospechas sobre su liquidación recaen ante todo sobre el Kremlin. Se abren incesantes debates sobre qué sucederá con las actividades de su imperio paramilitar, y se especula acerca de los herederos del Grupo Wagner. Pero lo que a menudo no se termina de apreciar, más allá de Wagner, es la importancia que este personaje ha tenido en los últimos años para las operaciones híbridas de Rusia en el extranjero, y el inmenso vacío que deja su desaparición.

La publicación, este mismo año, de miles de documentos internos del conglomerado empresarial de Prigozhin en lo que algunos denominaron WagnerLeaks, abrió la puerta a un entramado de conexiones, secretos y revelaciones que permiten comprender hasta qué punto este empresario ha sido el encargado de llevar a cabo gran parte del trabajo sucio del Kremlin. Este es su legado.

Del Proyecto Lakhta a México

La historia reciente de Rusia es inseparable de la del propio Prigozhin. Encarcelado por robo y atraco en 1980, liberado durante la Perestroika, enriquecido durante el capitalismo salvaje de los años 90 —cuando pasó de empezar vendiendo perritos calientes en un humilde puesto callejero a montar los dos principales restaurantes de lujo en San Petersburgo—, y finalmente, beneficiado por el sistema de corrupción y clientelismo de la era Putin. Convertido en el cocinero favorito del presidente ruso —que en 2003 celebró su cumpleaños en uno de los establecimientos de Prigozhin—, no tardó en hacerse con lucrativos contratos para proporcionar el catering de las escuelas públicas de Moscú. De ahí pasó a alimentar al Ministerio de Defensa, proporcionando las raciones de los soldados del ejército ruso. Para 2012, Prigozhin ya era fabulosamente rico: tan solo en 2012, su licitación con las fuerzas armadas le reportó ingresos de 3.000 millones de dólares.

Pero además, Prigozhin era endiabladamente inteligente a la hora de comprender cómo podía complacer al Kremlin. Al año siguiente le presentó a Putin un plan para crear una red de agentes para llevar a cabo operaciones de guerra cognitiva, controlando el discurso público sobre elementos de interés clave para el régimen ruso. El resultado fue el llamado Proyecto Lakhta, en aquellos momentos dedicado sobre todo a denigrar a la oposición rusa y conseguir que la ciudadanía rusa tuviese una opinión extremadamente pobre de esta. El éxito fue notorio. La manifestación más importante de Lakhta fue la llamada Agencia de Investigación de Internet (o I.R.A., por sus siglas en inglés), más conocida como la "granja de trolls de San Petersburgo", que saltó a la fama por el papel que jugó durante la operación rusa para interferir en las elecciones de EEUU en 2016.

Foto: United russia party congress in moscow

Según los documentos de WagnerLeaks, publicados por el Dossier Center de Londres —una organización dedicada a revelar información comprometedora para el régimen de Putin financiada por el oligarca exiliado Mijaíl Jodorkovski—, hoy Lakhta es un proyecto completamente descentralizado. Por ejemplo, las páginas y cuentas en redes sociales dedicadas a campañas de influencia en Libia están gestionadas desde Egipto, Holanda, Alemania y otros países. Las creadas para tratar de influir en las elecciones estadounidenses de 2020 se manejaban desde granjas de trolls en Nigeria y Ghana, que fueron desmanteladas por las autoridades locales en 2019 después de que los servicios de inteligencia de EEUU diesen la voz de alarma.

Los documentos muestran que el proyecto contaba con un presupuesto significativo: casi 1,7 millones de euros solo para el mes de noviembre de 2019. Una cifra que puede parecer descomunal, pero que no lo era tanto si tenemos en cuenta los objetivos a los que estaba destinado: operaciones psicológicas mucho más rápidas y eficaces que las tradicionales, y por una fracción de lo que estas solían costarle a un organismo de espionaje. Además de cuentas en redes sociales tradicionales, también operaban canales supuestamente "independientes" en Telegram, con nombres como La voz de Mordor, El soplón de Bruselas o Cuentos de las favelas.

Uno de los aspectos menos conocidos de Lakhta, revelado solamente gracias a WagnerLeaks, es que el grupo de Prigozhin lanzó en 2019 un subproyecto llamado Magadan, con sede en México: una oficina desde la que 7 empleados, por un salario de 500 dólares al mes, trabajaban unas pocas horas al día alimentando cuentas en castellano e inglés. Las últimas promovían contenido de carácter divisorio sobre aspectos como la inmigración a EEUU, el empoderamiento femenino o el movimiento Black Lives Matter, con el objetivo de influir en las elecciones de 2020. Las de castellano solo incluían contenidos triviales, probablemente para acumular seguidores, antes de pasar a una futura segunda fase donde se trataría de interferir directamente en la política local mexicana.

'Je Suis Wagner'

Las cuentas operadas desde México fueron canceladas por Facebook después de que el FBI le avisase de su existencia. Poco después, Prigozhin cerró la oficina en ese país. Los servicios de inteligencia estadounidenses creen que la Operación Magadan sigue en marcha, pero ahora se enfoca en lanzar mensajes antioccidentales en África desde otros lugares.

Probablemente el lugar donde más éxito han tenido estas actividades ha sido el continente africano, donde grupos asociados a Prigozhin han llevado a cabo alrededor de una veintena de campañas de desinformación. En algunos casos, estas se han enfocado en servicios de consultoría política o campañas de influencia para favorecer a cierto candidato, como ha sucedido, por ejemplo, con políticos del Congreso Nacional Africano en Sudáfrica. Pero sobre todo, su principal objetivo ha sido agitar los sentimientos antioccidentales contra los antiguos poderes coloniales. En 2021, por ejemplo, se produjeron varias protestas contra las patrullas francesas en Burkina Faso y Níger en las que los manifestantes estaban totalmente convencidos de que estos convoyes iban a entregar armas a los yihadistas.

En otros casos, estas protestas han sido de todo menos espontáneas. Los documentos de WagnerLeaks muestran, por ejemplo, presupuestos de "1.684 dólares para cuatro manifestaciones de 15-20 personas" contra la misión de la ONU en la capital de la República Centroafricana bajo eslóganes como #STOPMINUSCA o #MINUSCAMeurtrier ("MINUSCA Asesina"). Al mismo tiempo, estas redes han estado difundiendo mensajes de apoyo a Rusia y al Grupo Wagner y promoviendo su figura como "salvadores" de África y los africanos, con tácticas que van desde cortometrajes de dibujos animados hasta merchandising y camisetas con el eslogan Je Suis Wagner, pasando por largometrajes de acción en los que los paramilitares rusos son los héroes. La estrategia, bastante obvia, no es otra que contribuir a expulsar a las fuerzas occidentales y llenar ese vacío de seguridad con las tropas de Wagner, algo que este grupo ha estado persiguiendo con métodos cada vez más agresivos.

placeholder Imágenes de Níger difundidas por el Grupo Wagner.
Imágenes de Níger difundidas por el Grupo Wagner.

África es el principal teatro de operaciones de Wagner y el resto de empresas de Prigozhin, pero no es el único. Además de en Oriente Medio, la organización ha estado tratando de expandir sus actividades en Latinoamérica, según denuncia el observatorio All Eyes On Wagner, que, tal y como han contado sus analistas a El Confidencial, sospecha de su posible presencia en Perú y Venezuela, en ambos casos tratando de reproducir el modelo económico de proporcionar seguridad armada a cambio de concesiones de extracción de recursos mineros. Informes internos del Pentágono filtrados en Discord a principios de este año también mostraron planes para ofrecer sus servicios al gobierno de Haití.

Un servicio de inteligencia privado

Otro de los secretos de Prigozhin era que tenía su propio servicio de inteligencia privado, el llamado SB, cuyo jefe, Valeri Chekalov, también viajaba en el avión siniestrado. La principal tarea de esta organización era purgar las empresas de Prigozhin de traidores, como por ejemplo, posibles periodistas rusos infiltrados entre los trabajadores de sus granjas de trolls —como hicieron varios en San Petersburgo entre 2014 y 2016—, o potenciales desertores de Wagner, a los que el grupo ejecuta con extrema crueldad. Para ello, todos los empleados o aspirantes eran obligados a someterse con cierta regularidad a un test con un polígrafo, para detectar a individuos "desleales". El SB también monitorizaba a los familiares de los miembros de Wagner, por ejemplo para evitar que las viudas hablen con la prensa.

Pero además, los documentos de WagnerLeaks muestran un aspecto destacable que deja claro que Prigozhin era ante todo un operativo clave del Kremlin, pese a todos los malentendidos acerca de su figura y Wagner: los presupuestos de Concord, el conglomerado de empresas de Prigozhin, prueban la existencia de un pequeño batallón de entre 17 y 25 informantes entre los grupos de la oposición rusa y los medios liberales independientes, a quienes el régimen de Putin cuenta entre sus principales enemigos. El SB, por ejemplo, gastó 162.000 euros solo para vigilar a Lyubov Sobol, la abogada de Alexei Navalny, e incluso llevó a cabo una intentona para asesinar a su marido mediante un veneno tóxico.

Foto: Yevgeny Prigozhin, líder de Wagner. (Reuters/Alexander Ermochenko)

Así, Prigozhin jugaba un papel esencial en casi todos los ejes de la estrategia híbrida del Kremlin, como la desinformación, la proyección de poder militar en escenarios inestables, la desestabilización y el fomento del separatismo en países occidentales, e incluso la evasión de sanciones: frente a lo que muchos creen, los mecanismos de extracción de recursos de Wagner en lugares como la República Centroafricana, Sudán o Siria no bastan para financiar las actividades del grupo, sino que estos beneficios son blanqueados en países del Golfo y reenviados a Rusia para contribuir a una tesorería dañada por las restricciones occidentales desde 2014. Alexander Ionov, la figura clave en la promoción de movimientos separatistas occidentales desde Rusia, era uno de sus hombres, igual que Alexander Malkevich, la persona a la que se ha puesto a cargo de la red de televisiones locales en los territorios ucranianos anexionados, según denuncia Reporteros Sin Fronteras en un informe).

A cambio de estos servicios, el Kremlin recompensaba generosamente a Prigozhin: sus empresas conocidas ganaron más de 5.000 millones de dólares en contratos con el gobierno ruso entre 2014 y 2023, con un notable incremento en el año tras la guerra de Ucrania. Y esto es solo lo que los investigadores occidentales han podido descubrir. La cifra real probablemente es mucho más elevada.

Así, durante mucho tiempo, Prigozhin fue un personaje de máxima confianza para el Kremlin hasta que, por los motivos que ya conocemos, dejó de serlo. Al día siguiente de su muerte, Putin dijo de él que era "un hombre muy talentoso", y añadió: "Conocí a Prigozhin hace mucho tiempo, desde principios de los años 90. Tuvo un camino difícil y cometió errores muy serios en su vida. Pero lograba resultados, para sí mismo, y cuando yo se lo pedía". Reemplazarle no será fácil.

A principios de 2023, los canales y redes sociales del Grupo Wagner difundieron imágenes de su líder Yevgeni Prigozhin y varios de sus combatientes en el interior de una gruta, que identificaron como una extracción minera en la localidad de Soledar, al norte de Bajmut. En un vídeo podía verse a un miembro de Wagner que afirmaba: "Hay ucranianos pasando por nuestras cabezas, a unos dos kilómetros por encima", a lo que Prigozhin replicaba: "No pasa nada, es todo temporal". Ese mismo día, Wagner aseguró haber tomado "por sí solo" el control total de Soledar.

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