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Putin admite que el frente sur está al rojo vivo: ¿está Ucrania ante un punto de inflexión?
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El 'avance' más importante de Kiev

Putin admite que el frente sur está al rojo vivo: ¿está Ucrania ante un punto de inflexión?

Funcionarios de EEUU han afirmado que Ucrania está lanzando un gran impulso en su contraofensiva, aunque existen discrepancias sobre el número de fuerzas involucradas

Foto: Un soldado ucraniano, en el frente de Zaporiyia, el 21 de junio. (Reuters/Stringer)
Un soldado ucraniano, en el frente de Zaporiyia, el 21 de junio. (Reuters/Stringer)
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Hace más de un mes que Volodímir estaba arreglando su coche en la avenida principal de Zaporiyia. El soldado de una unidad de artillería en el frente cercano a Orikhiv estaba en ese momento esperanzado en que el levantamiento de Wagner pudiera provocar un cambio político en Rusia. Las expectativas de cambio se disiparon poco después, pero Volodímir estaba convencido de que, pasara lo que pasara, la guerra todavía estaba lejos de acabarse. "La cosa se ha empezado a poner seria desde hace unas semanas, pero todavía nos queda mucho por hacer. Estamos avanzando, poco a poco", afirmó a este periódico a finales de junio.

Las declaraciones de Volodímir tuvieron lugar días después de las primeras ganancias de las fuerzas ucranianas desde que empezó la contraofensiva en el sur y en el este del país. En total, las tropas de Kiev consiguieron liberar cerca de 113 kilómetros cuadrados, traducidos en ocho poblaciones, para acercarse al mar de Azov a través de campos minados, trincheras y zanjas antitanque. Los primeros avances, que posteriormente se repitieron en frentes como el de Bajmut, han estado en el punto de mira de analistas internacionales, que han insinuado que los logros militares de Ucrania son lentos y militarmente costosos.

Foto: Soldados ucranianos disparan un 'howitzer' Caesar cerca de la ciudad de Avdiivka, en la región de Donetsk. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)

Pero es posible que la contraofensiva en el sur se encuentre ante un punto de inflexión. Funcionarios de Defensa de Estados Unidos afirmaron que el "impulso principal" de las acciones militares en el sureste del país se ha intensificado hasta su nivel más alto hasta la fecha y que miles de soldados entrenados y equipados por Occidente se han unido a la batalla. Estos efectivos, que hasta ahora se habían mantenido en reserva, habrían llegado a Zaporiyia para aumentar la presión sobre las posiciones rusas en la zona, según The New York Times.

El redoble de la contraofensiva en el frente sur ha sido tan evidente que el propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, se vio obligado ayer a reconocer el aumento de los ataques. “Confirmamos que las hostilidades se han intensificado y de manera significativa”, anunció el mandatario durante una cumbre con líderes africanos en San Petersburgo. Agregó, no obstante, que las líneas defensivas rusas estaban resistiendo.

Las palabras de Putin y las afirmaciones de los funcionarios al medio estadounidense tuvieron lugar después de que se registraran intensas batallas de artillería en el frente sur del país. En varias entrevistas, las tropas ucranianas en la región de Zaporiyia afirmaron este miércoles que estaban haciendo retroceder a las fuerzas de Moscú, pero que por ahora no habían conseguido avances significativos por la dificultad de cruzar los campos minados y por los ataques aéreos rusos.

Horas después de que se publicara la información sobre el "impulso" de la contraofensiva, Rusia lanzó bombardeos aéreos y de artillería en el sur de Ucrania, con el presunto objetivo de repelar los ataques ucranianos en la zona. Por su parte, Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, informó que habían tenido lugar batallas "feroces" en Orikhiv, a 65 kilómetros de la ciudad de Zaporiyia.

Pese a los múltiples reportes, existen discrepancias en torno a las fuerzas involucradas. Un funcionario ruso en la zona sostuvo que los soldados ucranianos que habían participado en este ataque habían sido entrenados por Occidente, y que contaban con cerca de 100 carros de combate Leopard y Bradley. Sin embargo, el mismo New York Times reportó este jueves que, en privado, fuentes ucranianas con conocimiento de las operaciones afirman que las unidades de reserva entrenadas para la contraofensiva aún no están siendo utilizadas. Por su parte, otro funcionario estadounidense pidió a The Washington Post cautela y no sacar conclusiones de los movimientos iniciales en el campo de batalla, advirtiendo de que el esfuerzo principal podría no haber comenzado todavía.

Por otro lado, el Ministerio de Defensa ruso dijo que el ataque ucraniano, que también tuvo lugar en la ciudad de Robotyne —a 82 kilómetros de Zaporiyia—, no había concluido con éxito, y que sus fuerzas consiguieron destruir 120 tanques, 10 vehículos blindados de transporte de personal, y que habían matado a 100 soldados ucranianos.

Al mismo tiempo, las fuerzas ucranianas continuaron con las acciones ofensivas en Bajmut, meses después de que el Grupo Wagner lograra ocupar la ciudad tras meses de intensa batalla. Las tropas ucranianas, según fuentes oficiales, consiguieron avanzar en dirección a aldeas como Staromayorske, en la región de Donetsk, con el objetivo de formar un cerco y presionar a las fuerzas rusas desde el norte y el sur.

Foto: Artillería ucraniana en el frente de Chasiv Yar. (Reuters/Oleksandr Ratushniak)
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Alrededor de Andriivka, que había sido utilizado como centro logístico por las fuerzas rusas, Rusia desplegó tanques y vehículos blindados para intentar hacer retroceder a los ucranianos, pero la operación provocó grandes pérdidas para Rusia. Algunos informes apuntaron a una retirada de la zona por parte de las tropas del Kremlin, aunque la información no fue verificada.

La 'gran prueba' para Ucrania

Los detalles de la nueva fase de la contraofensiva todavía no han podido ser confirmados, pero los funcionarios estadounidenses, que hablaron en condición de anonimato, calcularon que la operación podría durar de una a tres semanas.

Estas afirmaciones han vuelto a poner el foco en los resultados del plan militar para recuperar los territorios ocupados. En junio, después de las primeras batallas en Zaporiyia, el presidente Volodímir Zelenski insistía en la importancia de rebajar las expectativas sobre un avance inminente en el frente. "La guerra no es una película de Hollywood y por eso el contraataque es lento", afirmó el mandatario ucraniano. Sin embargo, Estados Unidos sigue mirando desde muy cerca las actividades de las tropas de Kiev. "Esta es la gran prueba", dijo un alto funcionario.

Foto: Tamara, una de las desminadoras de la organización HALO, a las afueras de Kiev. (M. R)

El objetivo de Kiev es llegar hasta el mar de Azov para cortar el puente terrestre que conecta Rusia con la península de Crimea, anexionada en 2014, y que supone un camino clave para que el Kremlin traslade tropas y suministros a Ucrania. El camino para llegar hasta allí puede hacerse muy largo para las tropas de Zelenski. Orikhiv, el lugar donde se han registrado los últimos avances —según los funcionarios de EEUU—, está a más de 95 kilómetros del mar. Para llegar hasta allí, Ucrania tiene que atravesar las duras líneas defensivas rusas, rodeadas de campos minados.

Las defensas rusas han conseguido frustrar algunos de los ataques de Kiev, que ha perdido varios tanques Leopard y Bradley en los primeros días de la contraofensiva. La Unidad 47, entrenada por Occidente, tuvo que frenar su avance en Zaporiyia por las minas que se encontraron en el camino y los ataques posteriores con artillería. Por primera vez desde que empezó la invasión a gran escala, hay más soldados heridos por minas que por artillería. "Cuando avanzamos, nos encontramos con campos de minas por todas partes", afirma Maksym, uno de soldados de la unidad, a la BBC.

La carta que Kiev se está guardando

Por su parte, Hanna Maliar, la viceministra de Defensa de Ucrania, sigue sosteniendo que las fuerzas ucranianas están "avanzando gradualmente" en dirección a las ciudades costeras de Melitópol y Berdyansk, pero no dio detalles sobre la distancia que habían avanzado. Con poca información sobre el estado actual del frente, algunos funcionarios y expertos han llamado a la cautela antes de afirmar que la contraofensiva se encuentra en uno de sus momentos clave. "Estamos viendo señales de movimientos preparatorios para que fuerzas adicionales en el área de Zaporiyia entren en combate. Pero no está claro cuál puede ser el propósito de esos movimientos", dijo un funcionario estadounidense, que habló en condición de anonimato a The Washington Post.

Un escenario puede ser que Ucrania haya enviado las unidades a este frente para "dar forma" a las operaciones y centrar sus esfuerzos en destruir las defensas enemigas. Otra posibilidad sería que las tropas de Kiev necesitaran un relevo para reemplazar a los soldados que llevan meses atrincherados e inmersos en duras batallas. "No hay una confianza completa de que este sea el gran movimiento", dijo el funcionario.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin III, no se ha pronunciado sobre la nueva fase en la que entraría la contraofensiva ucraniana, pero sí dijo que Kiev se ha estado guardando un as bajo la manga al reservar una gran parte de las ayudas militares occidentales para los próximos ataques. "Ha hecho un buen trabajo preservando la mano de obra y el equipo", a pesar de meses de sangrientos combates, y todavía tiene "una serie de opciones disponibles".

Desde la avenida central de la ciudad de Zaporiyia, Volodímir no tenía dudas de las posibilidades del Ejército ucraniano para avanzar en el frente, a pesar de las dificultades militares para conseguir liberar los territorios en el sureste del país. "Dicen que va todo lento, pero va como tiene que ir. Tenemos la capacidad y la autoestima para poder ganar esta guerra. Lo haremos, a nuestra manera", aseveró.

Hace más de un mes que Volodímir estaba arreglando su coche en la avenida principal de Zaporiyia. El soldado de una unidad de artillería en el frente cercano a Orikhiv estaba en ese momento esperanzado en que el levantamiento de Wagner pudiera provocar un cambio político en Rusia. Las expectativas de cambio se disiparon poco después, pero Volodímir estaba convencido de que, pasara lo que pasara, la guerra todavía estaba lejos de acabarse. "La cosa se ha empezado a poner seria desde hace unas semanas, pero todavía nos queda mucho por hacer. Estamos avanzando, poco a poco", afirmó a este periódico a finales de junio.

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