Es noticia
Adiós al 'fosfagedón': al millonario de Europa le toca la mayor lotería del planeta
  1. Mundo
Un depósito masivo

Adiós al 'fosfagedón': al millonario de Europa le toca la mayor lotería del planeta

Noruega ha encontrado un depósito de fosfato que podría contener más de 70.000 millones de toneladas, una cifra similar a la suma de todas las reservas comprobadas hasta la fecha en el planeta

Foto: Un empleado de una mina de fosfato en Florida muestra las rocas llenas del mineral. (Reuters/Scott Audette)
Un empleado de una mina de fosfato en Florida muestra las rocas llenas del mineral. (Reuters/Scott Audette)

Europa no es un continente que se caracterice por contar con una abundancia de recursos naturales, una realidad que desata múltiples quebraderos de cabeza en un mundo cada vez más dominado por la competición geopolítica. Existe un país, no obstante, que es la excepción a esta regla: Noruega. El estado nórdico cuenta con amplias reservas de petróleo, gas natural, hierro, cobre, plomo, zinc, titanio y níquel. Por si fuera poco, está cubierto de bosques donde talar madera, cuenta con una topografía perfecta para las plantas hidroeléctricas —que producen el 96% de la electricidad que consumen los noruegos— y se ve rodeado por un ecosistema marino que es el sueño de cualquier pescador.

Noruega es un país con suerte. Y la lotería de los recursos naturales, como pudo comprobarse la semana pasada, no parece cansada de premiarlo.

Norge Mining, una empresa minera británico-noruega, anunció que un depósito de roca de fosfato descubierto anteriormente cerca de la costa sur del país ha resultado ser mucho mayor a las estimaciones iniciales. Los recursos, asegura la compañía, ascienden a un mínimo de 70.000 millones de toneladas, una cifra similar a la suma de todas las reservas comprobadas hasta la fecha en el planeta, de acuerdo con el último informe del Servicio Geológico de Estados Unidos.

El fósforo es uno de los recursos más importantes del planeta porque resulta clave tanto en la elaboración de fertilizantes como en la de tecnologías renovables. Expertos llevan décadas alertando sobre posibles problemas de escasez de este elemento en el horizonte, dado que la atmósfera apenas lo contiene, resulta imposible de producir en laboratorio y solo puede extraerse de rocas ricas en fosfato. Estos depósitos son limitados y, hasta ahora, se creían enormemente concentrados en un solo país: Marruecos.

La vaticinada escasez de fósforo en los próximos siglos fue denominada por los científicos Phil Haygarth y Jim Elser como fosfogedón. Una calamidad que podría verse retrasada considerablemente por el hallazgo en Noruega. El depósito fue descubierto por Norge Mining por primera vez en 2018, que estimó que el mineral se extendía hasta 300 metros por debajo de la superficie. Tras una extensa serie de perforaciones, la compañía ha podido comprobar cómo, en realidad, llegaba hasta los 4.500 metros de profundidad, lo que convierte a Noruega, potencialmente, en el país con mayores reservas de roca de fosfato del mundo.

Foto: Extracción de fosfato en la Montaña de Longmen (China). Foto: Greenpeace

El Gobierno noruego está de enhorabuena, pero todavía queda camino por recorrer. Por masivos que sean los depósitos, es necesario determinar qué cantidad de ellos resultan económicamente viables para la extracción. Características como la cercanía del mineral a la superficie o la presencia de impurezas, entre otros factores, son determinantes para evaluar el verdadero impacto del descubrimiento. “Bajo mi punto de vista, serán necesarios más de cinco años. Con suerte, antes del final de la década, Noruega podrá empezar la producción”, valora Jeff Amrish Ritoe, asesor estratégico sobre energía y materias primas para el Hague Centre for Strategic Studies (HCSS), en entrevista con El Confidencial.

El tratamiento del mineral es otro problema a tener en cuenta. El proceso de refinado requiere de mucho calor y libera gases de efecto invernadero. Consciente del desafío que esto supone en un país con estándares muy estrictos en materia de emisiones, la empresa ha anunciado que planea resolver este problema gracias a tecnología de captura de CO₂. Sin embargo, los expertos se han mostrado escépticos al respecto. “Usar ese tipo de tecnología aumentaría considerablemente los gastos para el proyecto, lo que no ayudaría a su viabilidad económica”, considera Ritoe.

Una oportunidad para la Unión Europea

Oslo no es la única capital europea que ha celebrado el hallazgo. El anuncio del masivo depósito ha sido música para los oídos para Bruselas, donde las instituciones de la Unión Europea se encuentran en proceso de aprobar la Ley de Materias Primas Críticas, pensada para reducir la dependencia de los Veintisiete de China y otros países en materia de tecnologías renovables.

Foto: Thierry Breton, comisario de Industria y Mercado Interior. (EFE)

El fósforo se extrae de dos tipos de minerales diferentes. En Marruecos, por ejemplo, el recurso proviene de la fosforita, una roca sedimentaria que supone el 90% de las reservas halladas previas al descubrimiento noruego. La fosforita puede procesarse con relativa facilidad para convertirla en un producto apto para fertilizantes y alimentación animal, pero es mucho más complicado producir con ella el tipo de ácido fosfórico purificado que se usa en las baterías de litio-ferrofosfato (LFP) y en otras tecnologías limpias, como los paneles solares.

Lo que hace que el hallazgo en Noruega sea especialmente importante, más allá de su volumen, es que las reservas de fosfato se encuentran, en su mayoría, en rocas ígneas. Estos minerales, resultado de actividad volcánica, tienden a ser de pureza muy superior y, por lo tanto, requieren de menos procesamiento para producir el ácido fosfórico purificado. “Potencialmente, nos encontramos ante una excelente materia prima para la transición energética”, indica Ritoe.

Foto: El presidente ruso, Vladimir Putin, junto a su homólogo chino, Xi Jingping. (Reuters)

Aunque se espera que aumente en las próximas décadas, la demanda del elemento para tecnologías renovables es todavía diminuta en comparación con su uso para fertilizantes. Sin embargo, como recuerda el experto del HGSS, la mayor parte del fósforo de alta pureza procede en estos momentos de China y otra parte importante de Rusia, dos países de los que la Unión Europea está tratando de eliminar cualquier tipo de dependencia. No por nada, el mineral está incluido en la lista de materias primas críticas con alto riesgo de suministro de la Unión Europea​, publicada en 2020, por su relevancia en las categorías de Energía Renovable y Aeroespacial/Defensa.

Un estudio publicado en la revista Nature el año pasado advertía que resultaba probable "que las interrupciones futuras para garantizar el acceso al fósforo sean de naturaleza geopolítica y económica, mucho antes de que se agoten las reservas mundiales". Dada la escasez del mineral, apunta la investigación, los niveles actuales "pueden ser insuficientes para satisfacer la demanda a corto o largo plazo debido a las barreras comerciales, la inseguridad política y otros factores de la cadena de suministro".

Esta misma semana, el Ministerio de Comercio de China anunció nuevos y estrictos protocolos para controlar la exportación de germanio y galio, dos elementos clave para la fabricación de microchips. Se trata del último recordatorio de que las cadenas de suministro actuales no pueden darse por sentadas. A Noruega ha vuelto a tocarle la lotería, pero es el continente entero el que prepara el champán.

Europa no es un continente que se caracterice por contar con una abundancia de recursos naturales, una realidad que desata múltiples quebraderos de cabeza en un mundo cada vez más dominado por la competición geopolítica. Existe un país, no obstante, que es la excepción a esta regla: Noruega. El estado nórdico cuenta con amplias reservas de petróleo, gas natural, hierro, cobre, plomo, zinc, titanio y níquel. Por si fuera poco, está cubierto de bosques donde talar madera, cuenta con una topografía perfecta para las plantas hidroeléctricas —que producen el 96% de la electricidad que consumen los noruegos— y se ve rodeado por un ecosistema marino que es el sueño de cualquier pescador.

Noruega