Es noticia
Georgia 'se moja' contra la ley que le arrastra hacia Rusia: "No seremos marionetas del Kremlin"
  1. Mundo
Más de 60 detenidos en las protestas

Georgia 'se moja' contra la ley que le arrastra hacia Rusia: "No seremos marionetas del Kremlin"

Miles de personas han salido a las calles de Tbilisi para protestar contra la Ley Rusa que pretende controlar a organizaciones opositores y puede alejar al país de la UE

Foto: Manifestación contra la Ley Rusa, el 2 de mayo. (Reuters/Irakli Gedenidze)
Manifestación contra la Ley Rusa, el 2 de mayo. (Reuters/Irakli Gedenidze)

A las 3 de la mañana, todavía quedan manifestantes en las calles de Tbilisi. No importan las intensas lluvias ni la respuesta de la Policía. "Cuando el Gobierno usa cañones de agua todos los días contra nosotros, ¿quién teme a la lluvia? ¡Estamos luchando por nuestro futuro europeo y prevaleceremos!", escribió uno de los manifestantes en redes sociales. Desde el mes pasado, cientos de personas han salido a las calles para protestar contra la polémica Ley Rusa, pero no ha sido hasta este miércoles que ha prendido la mecha.

El Parlamento del país, a pesar de las marchas de las últimas semanas, aprobó el proyecto de ley en la segunda de las tres votaciones necesarias. Esa noche, más de 60 personas fueron detenidas en unas protestas marcadas por los enfrentamientos con las autoridades. Los manifestantes han continuado saliendo a las calles a lo largo de la semana por una normativa que, según sus críticos, aleja al país de la Unión Europea y lo acerca al Kremlin.

Esta es la segunda vez en poco más de un año que la política georgiana está entre las cuerdas por la Ley Rusa. El partido gobernante, Georgian Dream, intentó aprobar el proyecto de ley en marzo de 2023 y tuvo que retirarlo por la fuerza de las protestas callejeras. En ese momento, una mujer se convirtió en uno de los símbolos de la lucha callejera en el país después de ser fotografiada ondeando una bandera de la Unión Europea mientras las autoridades intentan alejarla con un fuerte cañón de agua.

En las manifestaciones de 2024, una de las imágenes que ha pasado a la posteridad es la de una chica joven pintándose los labios en el reflejo de la máscara de un antidisturbios. Dos fotografías diferentes, tomadas con más de un año de diferencia, pero que tienen en común la resistencia en las calles contra una normativa que puede marcar el futuro de Georgia.

La Ley Rusa fue bautizada de esta forma porque es prácticamente igual a la que fue aprobada por el Kremlin en 2012 para reprimir a los grupos de presión contra el Gobierno de Vladímir Putin. Según el proyecto, toda organización que reciba más del 20% de su financiación fuera del país deberá registrarse como "agente de los intereses de una potencia extranjera". Es, según sus críticos, una manera de intimidar y oprimir a la oposición.

El temor de los georgianos que han tomado las calles de Tbilisi en los últimos días es que esta medida pueda boicotear los planes para avanzar en su adhesión a la Unión Europea. Y, sobre todo, en su proceso para desvincularse de Rusia. Sus deseos políticos quedaron claros hace un año y, esta vez, la respuesta ha sido más fuerte. "El Gobierno no pensaba que la sociedad se consolidaría y se fortalecería tanto contra la Ley Rusa. Tampoco esperaban que perderían el poder en las calles y por eso están acosando a los manifestantes con gases lacrimógenos y cañones de agua. Es duro de ver pero también refleja la inhabilidad para parar las protestas", explica Giorgi Pachuashvili, activista cofundador del movimiento Question Mark a favor de la integración del país en la UE, a El Confidencial.

A pesar de la respuesta en las calles, Georgian Dream no parece querer dar su brazo a torcer. La tensión promete continuar hasta mediados de este mes, cuando está prevista la tercera y última lectura del proyecto de ley. En el caso de que se aprobara por parte del Parlamento, sería enviado a la presidenta, Salomé Zourabichvili. La postura proeuropea de la mandataria promete que la normativa sería vetada.

Sin embargo, Georgian Dream podría utilizar su mayoría en el Parlamento para anular el veto y convertir la Ley Rusa en una realidad para los georgianos. "Si eso pasara, la reacción de la sociedad sería muy fuerte, sobre todo si pensamos en cómo se han organizado hasta ahora sin que haya sido aprobada. Y espero que sea de la manera más pacífica posible a pesar de que el Gobierno trate de provocarlos y culparlos, como excusa para utilizar una fuerza desproporcionada contra ellos", continúa el activista, también miembro del grupo Estudiantes contra la Ley Rusa.

Georgia está en una encrucijada

La respuesta del Gobierno sigue siendo contundente y el fundador de Georgian Dream, Bidzina Ivanishvili, prometió "castigo" al principal partido de oposición y a los grupos de la sociedad civil que se pronuncien contra el partido. La respuesta de las autoridades, tanto en las calles como en los asientos del Parlamento de Tbilisi, ha empezado a ser un motivo de preocupación en las altas esferas europeas. "Georgia es un país candidato a la UE, pido a sus autoridades que garanticen el derecho de reunión pacífica. El uso de la fuerza para reprimirlo es inaceptable", escribió Josep Borrell, alto representante de política exterior de la UE, en su cuenta de X.

Volker Türk, el jefe de derechos humanos de las Naciones Unidas, también se mostró preocupado por los "informes de uso innecesario y desproporcionado de la fuerza por parte del personal encargado de hacer cumplir la ley". Además, mostró su oposición a la aprobación de la polémica normativa. Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirmó que los georgianos estaban demostrando su apego a la democracia y que el Gobierno debería prestar atención a "este claro mensaje". "Georgia se encuentra en una encrucijada. Debería mantener el rumbo en el camino hacia Europa", escribió en un comunicado.

En esta encrucijada, los manifestantes temen que su Gobierno tome el camino contrario de la UE. La postura oficial del país es unirse tanto al bloque europeo como a la OTAN, aunque muchas de las políticas y posturas adoptadas en los últimos años parecen querer alejarse de este objetivo. Detrás de la extraña estrategia está Georgian Dream. El partido se mostró en contra de las sanciones contra Rusia después de la invasión a Ucrania en febrero de 2022 y tomó medidas para aumentar la colaboración con el Kremlin, como políticas comerciales favorables a esta alianza.

Foto: El expresidente georgiano visita a un local en la frontera entre Georgia y Osetia del Sur, en 2017.  (Reuters/Irakli Gedenidze)

Sin embargo, uno de los puntos más importantes de las políticas del partido es que ha apostado por presentarse como el único que puede evitar otra invasión rusa, después de la incursión de 2008 en las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur. El 20% de Georgia, la dimensión de los dos territorios, sigue controlado por el Kremlin. Con esta ventaja, Rusia podría tomar medidas para evitar que el país tome la senda europea. "Moscú podría calcular que una provocación militar de Osetia del Sur o Abjasia ocupada por Rusia. Si es lo suficientemente fuerte, podría asustar al público georgiano para que vuelvan a alinearse con su gobierno", apunta un análisis publicado en Foreign Policy.

Estas advertencias se enmarcan después de las lanzadas por líderes occidentales sobre una posible escalada entre Rusia y la OTAN en los próximos años si Ucrania pierde la guerra. Un relato que suena familiar para muchos georgianos. "La propaganda rusa se basa en asustar a la gente con un ataque que nadie sabe su sucederá y este miedo también existe aquí. Además, el Gobierno se está aprovechando de este relato para aumentar las tensiones en algunas partes del país", sostiene Giorgi Pachuashvili. El activista añade que los proyectos como la Ley Rusa persiguen estas ideas imperialistas y que por eso la sociedad quiere tomar el camino occidental. "Queremos estar bajo ese paraguas de protección para estar prevenidos, sobre todo teniendo en cuenta nuestro pasado con Rusia. Tenemos que evitar ser una marioneta del Kremlin", alerta en entrevista con este periódico.

Las encuestas apuntan a que un 86% de la población de Georgia está de acuerdo con estar bajo ese paraguas, aunque el Gobierno parece ir por otro lado. Al menos, por ahora. El país celebrará en octubre elecciones parlamentarias, en las que Georgian Dream puede perder el apoyo si aprueba la Ley Rusa. "Es muy difícil que sobreviva si eso pasa, aunque todavía falten meses, porque estaría yendo contra la voluntad del pueblo", sentencia Pachuashvili.

Las advertencias de la UE no solo han llegado en forma de palabras. El Parlamento Europeo advirtió que, si el proyecto se convierte en ley, aplicará sanciones individuales contra Bidzina Ivanishvili, quien hizo su fortuna en la Unión Soviética y se posiciona como uno de los principales aliados del Kremlin a pesar de no ejercer un cargo político en la actualidad. "La 'autocratización' de Georgia la distanciará de Occidente, tanto de la UE como de la OTAN lo que representaría una ganancia estratégica para Moscú sin ninguna intervención directa. En última instancia, imponer un régimen estricto a la sociedad civil dentro de Georgia conducirá a su exilio. El papel tradicional de Georgia como centro de democratización del Cáucaso quedará gravemente inhibido", advierte por su parte, Denis Cenusa, analista del Centro de Estudios de Europa del Este, en un análisis reciente.

La situación política en Georgia se ha llegado a comparar con la de Ucrania en 2014 e incluso Ivanishvili afirmó que él no era como Víktor Yanukóvich, el expresidente de Ucrania derrocado por las protestas del Maidán. En ese momento, Kiev reclamaba un futuro europeo y, diez años después, Tbilisi está haciendo lo mismo. Al igual que el Maidán, las manifestaciones están dejando imágenes para la posteridad. Como las fotografías de las dos mujeres resistiendo a las presión de las autoridades, niños con pancartas reclamando un futuro mejor y miles de personas coreando el nombre de su país y repitiendo una y otra vez el mismo lema: "No a la Ley Rusa".

A las 3 de la mañana, todavía quedan manifestantes en las calles de Tbilisi. No importan las intensas lluvias ni la respuesta de la Policía. "Cuando el Gobierno usa cañones de agua todos los días contra nosotros, ¿quién teme a la lluvia? ¡Estamos luchando por nuestro futuro europeo y prevaleceremos!", escribió uno de los manifestantes en redes sociales. Desde el mes pasado, cientos de personas han salido a las calles para protestar contra la polémica Ley Rusa, pero no ha sido hasta este miércoles que ha prendido la mecha.

Georgia
El redactor recomienda