Sorpresa en Jersón: mientras tú mirabas a Prigozhin, Ucrania cruzaba el Dniéper

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"Voy a decirte la verdad: estoy asustado", admite Denys a las afueras de la ciudad de Zaporiyia. En esta zona, el instructor dirige a grupos de soldados que están aprendiendo cómo utilizar los drones en la contraofensiva. Entre clase y clase, muchos alumnos acuden a él para comentar las últimas noticias de la guerra en Ucrania. Y este martes casi todas las voces hablaban del mismo punto del frente: Jersón.

De acuerdo con múltiples reportes en blogs militares rusos, las fuerzas ucranianas habrían conseguido cruzar el Dniéper y están intentando establecer una cabeza de puente a la altura del poblado de Dachi, la localidad opuesta a la ciudad de Jersón. Según las mismas fuentes, las tropas de Kiev habrían adquirido el “control total” de varias edificaciones en dirección a Oleshky, una ciudad clave para controlar este lado del río.

Denys, sin embargo, prefiere no vender la piel del oso antes de cazarlo. “Todas las operaciones de la contraofensiva conllevan un gran riesgo y no espero ninguna buena noticia hasta que sea seguro el avance”, explica desde el centro de voluntarios donde se encuentra la academia. “Pueden cruzar el río Dniéper, pero ¿qué pasará después? ¿Cuántos vehículos pesados van a llevar hasta allí? ¿Cómo impactará en la línea de frente de la contraofensiva? ¿Y cómo de duras serán las líneas de la defensa rusa?”, pregunta.

A lo largo del martes, múltiples vídeos e imágenes satelitales parecían confirmar los reportes de los blogs rusos. “Se puede afirmar con bastante seguridad que Ucrania ha establecido algún tipo de presencia en el margen izquierdo del río Dniéper”, afirma Oliver Imhof, analista alemán de estrategia y datos de inteligencia militar abierta, en entrevista con El Confidencial.

Sin embargo, la situación dista mucho de ser estable. Si bien los reportes rusos apuntan a severas dificultades para impulsar a los ucranianos de vuelta al margen derecho del río, lograr nuevos avances en dirección sur es una tarea igual de complicada para Kiev. Los daños sufridos por el puente de Antonosvky durante la campaña para reconquistar Jersón a finales del año pasado hacen que sea prácticamente inutilizable, por lo que es necesario recurrir a puentes flotantes para cruzar el río. Esto ralentiza enormemente el transporte de tropas y vehículos militares, impidiendo cualquier tipo de operación relámpago.

La reciente voladura de la presa de Nova Kajovka, una de las más grandes del país, hizo que cualquier tipo de asalto anfibio como el que ahora está realizando Ucrania resultara imposible durante semanas. Ahora que las aguas han vuelto a su nivel habitual, cruzar el Dniéper vuelve a ser viable. Sin embargo, el terreno que recibe a las tropas ucranianas al otro lado resulta particularmente inhóspito para cualquier ofensiva. “Es pantanoso y lleno de lodo, y solo existe un limitado número de carreteras por las que se puede transitar. Los rusos pueden aprovecharse de eso para su defensa”, apunta Imhof.

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Esta no es la primera incursión ucraniana en la margen izquierda del Dniéper. Este tipo de operaciones se han repetido con frecuencia para intentar recuperar el control de pequeñas islas que ofrecen un respiro de estabilidad en medio del gigantesco pantano. Hasta ahora, Kiev nunca ha intentado avanzar hacia Oleshky, un asalto que requeriría de un esprint de tres kilómetros en línea recta sin apenas protección y de cruzar otro puente —el del río Konka, un afluente del Dniéper— para siquiera llegar a las puertas de la ciudad.

Avances lentos y a un alto precio

Como en el resto del frente, la ofensiva en el área de Jersón es de un tamaño todavía limitado e incapaz de llevar a cabo una operación de esta envergadura, con reportes de apenas varios centenares de tropas involucradas. Lo más probable es que este reciente esfuerzo militar consista en un nuevo intento de Kiev de detectar posibles huecos en las líneas defensivas de Rusia, que ha movilizado a gran parte de sus soldados hacia las regiones de Zaporiyia y Donetsk para contener el grueso de los ataques ucranianos.

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El de Jersón es solo uno de varios avances de las tropas ucranianas reportados poco después del motín protagonizado por el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, contra el Ministerio de Defensa de Rusia, durante el cual sus fuerzas mercenarias tomaron brevemente el control de la ciudad rusa de Rostov y avanzaron hasta situarse a 200 kilómetros de Moscú. Este lunes, la viceministra de defensa de Ucrania, Hanna Maliar, anunció que las tropas habían liberado la localidad de Rivnopil, en el óblast de Donetsk. Serhiy Cherevatyi, portavoz de las Fuerzas del Este, también indicó que sus soldados habían ganado “entre 600 y 1.000 metros” en dirección a Bajmut.

“Hoy, nuestros soldados han progresado en todas las áreas, y este es un día feliz. Les deseo más días así”, manifestó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un mensaje desde un tren durante la noche del lunes emitido tras visitar dos zonas del frente. El secretario de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, afirmó durante un discurso ante el Parlamento el mismo día que, desde el inicio de la contraofensiva, Ucrania ha recuperado un territorio equivalente a 300 kilómetros cuadrados.

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Es una cifra considerable y superior a la que Rusia logró conquistar durante toda su campaña a principios de este año. Sin embargo, dista mucho de la que será necesaria si Ucrania realmente desea cambiar el rumbo de la guerra. Los miles de kilómetros de líneas defensivas erigidas por los rusos en los meses previos a la contraofensiva ucraniana están dando sus frutos, garantizando que cualquier avance ucraniano tenga que pagarse con sudor y sangre, por mínimo que sea.

“Creo que [los ucranianos] van algo retrasados y que los avances hasta la fecha han sido algo decepcionantes”, opina Imhof. “Pero muchos expertos llevábamos tiempo avisando que las primeras semanas de la contraofensiva serían similares a una lenta guerra de trincheras y sin movimientos rápidos”, agrega. En este sentido, si las tropas de Kiev lograran lo imposible y tomaran la ciudad de Oleshky, la captura supondría, en palabras del analista, “un punto de inflexión”. “Se encontrarían detrás de las líneas defensivas rusas, que están mucho más al norte, y tendrían por delante un campo mucho más abierto para avanzar que en los frentes más orientales”, asegura.

Algunos alumnos de Denys, durante las clases de este martes, se acercaban exaltados a comentarle los presuntos avances. Muchos de ellos han estado en el frente de Jersón o tienen amigos allí. "Están contentos, pero yo prefiero esperar. Ya me he llevado varias decepciones", indica. "Por eso estoy asustado, porque, después de una buena noticia, puede venir otra sobre las muertes", reconoce.