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La gran ofensiva rusa ya ha comenzado: estas son las señales que lo demuestran
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Cambios en el frente de batalla

La gran ofensiva rusa ya ha comenzado: estas son las señales que lo demuestran

¿Ha comenzado ya la ofensiva rusa? Es la gran pregunta del momento. Si usted les pregunta a los miembros del Gobierno y el Ejército de Ucrania, hallará una respuesta clara: sí

Foto: Soldados ucranianos en la línea del frente de Bajmut. (Reuters)
Soldados ucranianos en la línea del frente de Bajmut. (Reuters)

Con el aniversario del inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania a la vuelta de la esquina, los analistas llevan más de un mes alertando de que una nueva ofensiva ordenada por Vladímir Putin, quien nunca desaprovecha las fechas simbólicas, está en ciernes. Una serie de movimientos significativos, tanto dentro como fuera del frente a lo largo de la última semana, ha hecho que muchos se planteen si la espera ha terminado.

¿Ha comenzado ya la ofensiva rusa? Es la gran pregunta del momento. Si usted les pregunta a los miembros del Gobierno y el Ejército de Ucrania, hallará una respuesta clara: sí. El presidente Volodímir Zelenski lo adelantó a inicios de este mes en una entrevista con Fox News —"Creo que ya ha comenzado", declaró—, y este jueves y viernes lo confirmaron, respectivamente, los gobernadores ucranianos de la región de Lugansk, Serhii Haidai, y Donetsk, Pavlo Krylenko. Uno de los últimos informes del Institute for the Study of War (ISW) respalda las palabras de los funcionarios. "Las fuerzas rusas han recuperado la iniciativa en Ucrania y han comenzado su próxima gran ofensiva en el óblast de Lugansk", señala el análisis.

Foto: Funeral de un miembro de Grupo Wagner en San Petersburgo, el 24 de diciembre de 2022. (Reuters/Igor Russak)

Más allá de estas declaraciones, existen múltiples indicios de que la ofensiva rusa está en marcha. Estas son las señales que auguran el inicio de una nueva y complicada etapa para Kiev tras cerca de un año de resistencia.

El viernes por la mañana, Ucrania se despertó con una nueva oleada de misiles contra las principales ciudades del país, a kilómetros del frente, incluidas Kiev, Leópolis y Odesa. El portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yurii Ihnat, llegó a catalogarlo como "el mayor ataque" que el país había recibido desde el inicio de la invasión, con un número récord de misiles tipo S-300. Los rusos utilizan "estas armas para aterrorizar. Mientras derribamos misiles enemigos usando [nuestros] S-300, Rusia los lanza en ciudades densamente pobladas", dijo el militar.

Esta andanada es solo el reflejo de que, en los últimos días, Rusia está elevando el nivel de uso de fuego de artillería, en un telón inicial para su ofensiva. Paralelamente, analistas de Inteligencia abierta Osint están detectando también mayores pérdidas de armamento ruso, lo cual indica que Rusia está movilizando mayor poder de fuego y artillero a la línea de frente.

Tres puntos en llamas

A lo largo de la última semana, tres puntos calientes del frente oriental han pasado al rojo vivo. Estos son, de norte a sur, el eje Kreminna-Svatove y las ciudades de Bajmut y Vuhledar.

Durante meses, la línea que une las ciudades de Svatove y Kreminna, en el óblast de Lugansk, ha sido el principal objetivo de las tropas ucranianas. Sin embargo, ahora son los rusos quienes, abandonando su atrincheramiento, están tratando de penetrar las defensas de Kiev al oeste del eje. "Estos ataques son prácticamente una cosa diaria. Vemos pequeños grupos tratando de avanzar, a veces con el apoyo de armamento pesado y otras no. Hay disparos continuos", manifestó Haidai a una cadena de televisión ucraniana el pasado jueves.

Por ahora, el asalto no ha logrado grandes avances, pero los analistas del ISW consideran que el uso reportado del lanzacohetes termobárico ruso TOS-1 en la zona sugiere que el Ministerio de Defensa ruso está priorizando este eje. "La lucha se ha intensificado. Lanzaron otra ofensiva anoche. Hasta ahora, estamos manteniendo nuestra posición, pero es difícil", declaró Artur, un soldado ucraniano que combate en este punto del frente, a The Guardian. El objetivo más inmediato es el cercano enclave de Limán, una ciudad estratégica que fue recuperada por las fuerzas ucranianas durante la contraofensiva lanzada el pasado mes de septiembre.

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Mientras tanto, Bajmut, la urbe convertida en una picadora de carne en la que ambos bandos han perdido incontables vidas, podría estar a punto de caer en manos rusas tras meses de resistencia ucraniana. Durante los últimos días, en las afueras del norte de la ciudad, las fuerzas de Wagner, el grupo mercenario aliado de Putin y que ha aportado la mayor cantidad de fuerzas para este asalto, han avanzado tres kilómetros al oeste, contribuyendo cada vez más a la posibilidad de que la localidad quede rodeada y se vuelva imposible de defender. "La situación se ha vuelto crítica y creo que la ciudad será evacuada y cedida pronto", asevera Gustav Gressel, experto en cuestiones de seguridad y defensa del European Council on Foreign Relations (ECFR), en entrevista con El Confidencial.

Más al sur, ubicada a unos 30 kilómetros al suroeste de Donetsk, la pequeña villa de Vuhledar, que antes de la guerra contaba con una población de alrededor de 17.000 habitantes, parece haber sido testigo de una importante pifia rusa. Todavía controlada por los ucranianos, la urbe se sitúa prácticamente sobre la línea divisoria entre los frentes este y sur de la guerra, lo que la convierte en un objetivo importante. Múltiples reportes de fuentes de Inteligencia abierta, con evidencia fotográfica incluida, apuntan a una importante pérdida de personal y material para el bando ruso en su intento de capturar la localidad. Imágenes captadas por drones ucranianos revelan que al menos 30 tanques y vehículos acorazados fueron destruidos a las afueras de la ciudad esta semana.

El incremento considerable de la actividad en múltiples puntos del frente oriental parece indicar el intento del Kremlin de recuperar una de sus principales prioridades: el control total del Donbás. Sin embargo, esta carrera ha carecido, por ahora, de un pistoletazo de salida claro. Los servicios de Inteligencia del Departamento de Defensa británico revelaron el pasado martes que Rusia ya había intentado lanzar su operación desde principios del mes pasado, pero que únicamente había logrado ganar "varios cientos de metros de territorio por semana". La ofensiva existe, pero va a cámara lenta.

Enjambre de desinformación

Paralelamente, las campañas de desinformación rusa también se han disparado. "El volumen de mensajes falsos o distorsionados es apabullante, comparable a la época de febrero a junio de 2022", explica un analista en desinformación rusa que mantiene oculta su identidad por motivos de seguridad.

Aunque el número de narrativas no ha aumentado necesariamente, tocando las teclas habituales para justificar la invasión rusa o los intereses occidentales en el conflicto —recientemente, la publicación por parte del premio Pulitzer Seymour Hersh de un artículo en el que sostenía que EEUU era el responsable de la explosión del Nord Stream ha sido multiplicada por los canales rusos, así como acusaciones, hasta el momento sin pruebas, de que Ucrania estaría cometiendo diversos crímenes de guerra—, sí lo ha hecho la cantidad. "Esto es otro indicador de que se avecina una ofensiva rusa", afirma el experto.

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Más soldados y más armamento

Durante meses aquejado de falta de personal, el Ejército ruso en Ucrania luce hoy más atestado que nunca. Las estimaciones sobre el número de tropas rusas presentes en el país varían considerablemente, pero la mayoría se sitúan entre 250.000 y 350.000, cifras muy superiores a los 150.000 soldados que, se calcula, utilizó el Kremlin al iniciar la invasión a gran escala. Y no solo se trata de un volumen mayor, sino también mucho más concentrado, al carecer de un frente norte, que supuso el grueso de la agresión durante los primeros compases de la guerra.

El despliegue va más allá de la cantidad de botas sobre el terreno. Un alto cargo del Ejército ucraniano afirmó a Foreign Policy que Rusia tiene disponibles para su ofensiva aproximadamente 1.800 tanques, 3.950 vehículos acorazados, 2.700 sistemas de artillería, 400 cazas de combate y 300 helicópteros preparados para el asalto. "En los próximos 10 días, estamos esperando una nueva y enorme invasión", aseveró esta fuente anónima.

El Ejército ruso también parece haber aprendido de errores pasados a la hora de proteger sus cadenas logísticas. Fuentes ucranianas de Inteligencia citadas por medios locales afirman que las fuerzas invasoras llevan semanas acumulando materiales, municiones y recursos y esparciéndolos en diversos puntos a una distancia de entre 50 y 80 kilómetros de la línea de combate. Los ataques de armas de largo alcance y de alta precisión de Kiev, como los Himars, resultan de este modo menos eficaces. "Se ha producido una considerable reorganización en la logística rusa y su adaptación", señaló el experto militar estadounidense Michael Kofman.

Foto: Imagen de 'Zar Accidental'. (Cedida)

Sin embargo, la efectividad de las tropas y los operarios del armamento está todavía por demostrar. Muchos forman parte de la "movilización parcial" decretada por Vladímir Putin tras las derrotas sufridas en la contraofensiva ucraniana y cuentan con peor equipo y entrenamiento militares. Putin ha reemplazado a sus comandantes al menos tres veces desde el inicio de la invasión para tratar de mejorar un desempeño que sigue a años luz del nivel esperado de la supuesta segunda potencia militar del mundo.

El consenso generalizado entre los analistas occidentales es que, pese al mayor número de tropas y material militar comprometido en esta ocasión, el statu quo del conflicto no va a cambiar drásticamente a favor de Moscú. "Los rusos logran avances aquí y allá, y dada la fuerza que han acumulado, pueden lograr más en los próximos meses", afirma Gressel. "Pero, por lo general, no pueden explotar estos avances y el efecto en la guerra es, en el mejor de los casos, local. La última conquista que Rusia logró aprovechar con fines estratégicos fue Popasna, el 6 de mayo del año pasado", recuerda el experto.

Con el aniversario del inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania a la vuelta de la esquina, los analistas llevan más de un mes alertando de que una nueva ofensiva ordenada por Vladímir Putin, quien nunca desaprovecha las fechas simbólicas, está en ciernes. Una serie de movimientos significativos, tanto dentro como fuera del frente a lo largo de la última semana, ha hecho que muchos se planteen si la espera ha terminado.

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