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No es un chiste: ¿qué hace un bielorruso atrapado en Zaragoza con una ambulancia rumbo a Ucrania?
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Ambulancias, chapas, drones...

No es un chiste: ¿qué hace un bielorruso atrapado en Zaragoza con una ambulancia rumbo a Ucrania?

La ayuda internacional ha tenido altibajos durante el transcurso de la invasión. Pero, tras un año, las organizaciones continúan haciendo su labor de la misma manera que el primer día

Foto: El arte callejero ucraniano busca capturar la memoria. (EFE/Rostyslav Averchuk)
El arte callejero ucraniano busca capturar la memoria. (EFE/Rostyslav Averchuk)

Cuando Zmicier Zaleznicenka, un bielorruso que lleva varios años viviendo en Holanda, encontró dos ambulancias totalmente equipadas a buen precio en la provincia de Zaragoza, no dudó en comprarlas. Al día siguiente de hablar con el vendedor se recorrió más de 1.500 kilómetros junto a dos compañeros para ir a por ellas. Pero Zaleznicenka no trabaja como personal sanitario, ni siquiera se dedica a la compra venta de vehículos. Es ingeniero informático. Entonces, ¿para qué querría una ambulancia?

No era el primer viaje de Zaleznicenka —ni tampoco el último— para comprar vehículos sanitarios. Las ambulancias tenían un destino: Ucrania. Este bielorruso trabaja fuera de las pantallas, en sus ratos libres, cooperando con una organización llamada Stichting Zeilen van Vrijheid que se dedica a "la entrega de vehículos de emergencia, medicamentos y equipos prioritarios a Ucrania", explica a El Confidencial. Según cuenta, cuando vio las primeras imágenes de la invasión, se decidió a colaborar con todo lo que estuviese al alcance de su mano. Junto con 10 compañeros de diferentes profesiones, crearon la ONG que ha donado más de cien ambulancias a Kiev.

Foto: Cajas con donaciones en un autobús en Méndez Álvaro. (A.F.)

Pero volviendo al incidente de Zaragoza, ¿por qué se quedó atrapado en el viaje Zaleznicenka? "Lo que ocurrió es que después de cruzar la frontera con los Países Bajos, la policía nos detuvo en cuanto pusimos un pie en el país porque teníamos las matrículas incorrectas para poder entrar. La empresa con la que contactamos para realizar el transporte había emitido matrículas que no estaban permitidas a nivel internacional. Así que la policía nos paró hasta que las cambiásemos", cuenta Zaleznicenka recordando la historia con una sonrisa.

Al final el equipo decidió que lo mejor era montar las ambulancias en un tráiler rumbo a Ucrania, esta operación aumentó considerablemente los costes, pero "era la primera vez que comprábamos ambulancias totalmente equipadas. Fue un fastidio que nos pararan, pero aprendimos mucho de este incidente". Pese a todos los contratiempos, las ambulancias consiguieron llegar al Hospital Infantil de Kiev. Lo que fue el punto de partida de la organización.

placeholder La ambulancia comprada en Zaragoza por la organización Stichting Zeilen van Vrijheid siendo parada por la Policía. (Cedida)
La ambulancia comprada en Zaragoza por la organización Stichting Zeilen van Vrijheid siendo parada por la Policía. (Cedida)

Normalmente, el equipo de Stichting Zeilen van Vrijheid no tiene tantos problemas para entregar el material humanitario a Ucrania. Ya llevan más de un año haciéndolo y desde entonces han donado cerca de 3.1 millones de euros a Kiev. La mayoría de ese dinero, que se traduce en la compra de material sanitario, ha sido aportado por empresas privadas, aunque también hay donaciones individuales. Lo que ocurre con este tipo de ayuda, al igual que describe Maria Semykoz, de la organización Recycle Russia, es que sufren altibajos de caridad. Las organizaciones recaudan más o menos en función de cómo avance la invasión rusa. Y ahora, después de un año, ¿cuál es la situación en este tipo de organizaciones no gubernamentales, han perdido apoyo o la gente sigue volcada con Ucrania?

¿Ayudar a Ucrania ya no está de moda?

Los donativos a Ucrania tuvieron una explosión de solidaridad cuando comenzó la invasión. Pero con el paso del tiempo, ese estallido humanitario "enfrenta desafíos significativos", según explican diversos informes de ONG. Lo que sigue manteniéndose perenne es la labor de las organizaciones en Ucrania que "han quintuplicado su número desde febrero", recuenta la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Pero para que la filantropía eche raíces en Ucrania hacen falta donativos. Los mismos que van y vienen según se recrudece el conflicto.

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Maria Semykoz, al igual que Zmicier Zaleznicenka, se dedica fuera de su jornada laboral a ayudar a Kiev. La ucraniana explica que "la tasa de donaciones ha disminuido en comparación con el comienzo de la invasión a gran escala, pero a mucha gente le sigue importando. Algunos donan mensualmente cuando cobran un sueldo. Incluso algunos no empezaron a donar hasta los últimos meses; creo que para muchos, darse cuenta de lo que era la maquinaria de guerra rusa y lo que le está haciendo a Ucrania fue un punto de inflexión. Sinceramente, esperaba que mucha gente en Occidente perdiera interés en nuestra causa con el tiempo. Afortunadamente, no ha sido así. Estoy muy agradecido por ello".

La organización de la que es fundadora Maria Semykoz junto a su marido hace de todo. Desde enviar drones a Ucrania, hasta reciclar la chatarra de los vehículos rusos para convertir el metal en chapas de viaje que después vende para entregar el dinero a Kiev. También financian generadores para "mantener a los ucranianos conectados", entre otras cosas.

Foto: Elon Musk. (Reuters/Adrees Latif)

Organizaciones como estas sobreviven gracias a los donativos de familias. Pero tras un año de inflación y precios de la energía disparados, los contribuidores están exhaustos. Aun así, según recuentan las organizaciones ucranianas, los donativos se mantienen elevados, aunque hayan disminuido en casi todos los países, en comparación con los primeros meses de la invasión a gran escala.

United 24, una iniciativa global relacionada con el gobierno de Ucrania para apoyar a sus ciudadanos, contabiliza en un análisis de más de 68.000 donativos (entre junio y agosto de 2022), que en torno al 10% de la ayuda para material sanitario había desaparecido. El único país que había aumentado las contribuciones en este campo fue Estados Unidos, en el que aumentó un 7%. En materia de reconstrucción y urbanismo, bajaron, pero en menor medida. Sin embargo, en el ámbito militar, los donativos aumentaron considerablemente en todas las muestras.

Foto: Guerra Ucrania Rusia. (Reuters/Stringer)

En Alemania, uno de los países que más donaciones privadas ha realizado, la asociación de organizaciones sin ánimo de lucro alemana, Spendenrat, contabiliza que "la mayor parte de las donaciones llegaron de febrero a abril de 2022", cuando el volumen fue "extremadamente alto", como explica Aktion Deutschland hilft. Aun así, las tres organizaciones citadas reconocen que el volumen sigue siendo mucho más alto del que esperaban, teniendo como referencia otros conflictos en los que han colaborado aportando ayuda humanitaria.

Gobiernos, empresas y altruísmo

En el caso de la organización Stichting Zeilen van Vrijheid de la que es partícipe el joven bielorruso, los donativos no han fluctuado de la misma manera que en la organización de María, ya que su principal fuente de ingresos procede del sector privado. "Alrededor del 80% procede de empresas. Tenemos departamentos de recaudación de fondos muy fuertes, con gente que sabe cómo hablar con las empresas y cómo sacarles partido", cuenta Zmicier Zaleznicenka.

Foto: Duda y Zelenski, en Varsovia. (Reuters/Kacper Pempel)

Las donaciones privadas a Ucrania actúan de forma diferente a las contribuciones familiares. Estas no varían de una manera progresiva, sino que lo hacen con altibajos. Cuando una sociedad decide aportar dinero a Kiev, envía una gran cantidad de dinero. Al contrario que las personas físicas que entregan pequeñas cantidades. Lo que produce picos de mayor o menor actividad.

Existen muchas sociedades que han aportado dinero al conflicto desde el 24 de febrero. La mayor parte de los donativos han sido entregados por empresas tecnológicas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) contabiliza que más de mil millones de dólares han provenido desde 'big tech'.

En otro recuento de Boston College Center for Corporate Citizenship, que abarca un gran número de compañías, como Coca-Cola o Deloitte, se aprecia como un gran número de corporaciones han ido goteando donaciones de manera periódica a Ucrania. Estas van desde algunos cientos de miles de dólares hasta millones. Pero incluso las grandes cantidades aportadas por las empresas son tan solo una pequeña parte de la ayuda internacional promovida por los diferentes Gobiernos.

"Las promesas de asistencia humanitaria se mantuvieron constantes, mientras que las de apoyo financiero y militar aumentaron"

El equipo de Ucrania Support Tracker, un centro de investigación que contabiliza las donaciones gubernamentales a Ucrania en tiempo real, explican en su recuento anual que "en general, las promesas de asistencia humanitaria se mantuvieron relativamente constantes a lo largo del año, mientras que la proporción de las promesas de apoyo financiero y militar aumentó".

Los gobiernos han destinado una gran suma de dinero a la ayuda humanitaria, defensa, seguridad, reconstrucción... y cuanto más avanzaba el conflicto, más paquetes de ayuda destinan a Ucrania. El país que más ha donado a Ucrania ha sido Estados Unidos. "La ayuda de Washington asciende a 68.000 millones de dólares", explica el Center for Strategic and International Studies. Los Gobiernos han tenido un ranking claro en donaciones en cuyo podio se sitúa Estados Unidos, seguido por la Unión Europea. Aunque si se toma en cuenta el PIB, los países de Europa del este habrían sido los más solidarios.

Estas tres fuentes de ingresos (Gobierno, empresas, individuos) son cruciales para Ucrania. Los donativos son una gran fuente de recursos para los ciudadanos ucranianos. Pero, como cuenta Maria Semykoz, hay que tener en cuenta que "es mucho más duro para mis amigos que luchan en primera línea". La ucraniana concluye contando cuál fue el momento en el que se decidió a ayudar: "Soy ucraniana. Crecí en Ucrania. Mi familia se quedó en Ucrania y tengo muchos amigos allí. Por eso, con la invasión a gran escala, quise luchar por la libertad de Ucrania", cuenta la fundadora de Recycle Russia.

Cuando Zmicier Zaleznicenka, un bielorruso que lleva varios años viviendo en Holanda, encontró dos ambulancias totalmente equipadas a buen precio en la provincia de Zaragoza, no dudó en comprarlas. Al día siguiente de hablar con el vendedor se recorrió más de 1.500 kilómetros junto a dos compañeros para ir a por ellas. Pero Zaleznicenka no trabaja como personal sanitario, ni siquiera se dedica a la compra venta de vehículos. Es ingeniero informático. Entonces, ¿para qué querría una ambulancia?

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