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¿Se acabarán la guerra y la crisis en 2023? Todo apunta a que el mundo seguirá igual (o peor)
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Año nuevo, problemas viejos

¿Se acabarán la guerra y la crisis en 2023? Todo apunta a que el mundo seguirá igual (o peor)

El deterioro del panorama internacional a raíz de la invasión de Ucrania va camino de continuar el próximo año, alertan expertos del Cidob en su último informe

Foto: Desfile del Día de la Victoria en Moscú. (EFE/Sergei Ilnitsky)
Desfile del Día de la Victoria en Moscú. (EFE/Sergei Ilnitsky)

Guerra, crisis energética, amenazas nucleares, inflación disparada. Si al concluir el año pasado nos hubiesen dicho que este iba a ser el panorama que no esperaba en 2022, muchos lo hubieran dado por imposible. El resto, como dicen, es historia, y ahora, a las puertas de otra Nochevieja, el panorama global no da señales de revertir el rumbo marcado por la invasión rusa de Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero. En un mundo marcado por la competencia geopolítica, la polarización está a la orden del día y cada potencia está centrada en remar hacia su propia orilla.

El año 2023 está destinado a ser un año que "pondrá a prueba los límites individuales y colectivos", tanto a nivel estatal como social, dado que los impactos de la permacrisis —elegida palabra del año 2022— que atraviesa el planeta están empezando a hacer mella en los hogares. La subida del precio de los alimentos y la crisis energética serán un reto que afecte a cada uno de los ciudadanos, lo que —como ya está sucediendo— se traducirá en un aumento del malestar social y las protestas en las calles. Así lo indica el informe El mundo en 2023, publicado este martes por el Barcelona Centre for International Affairs (Cidob) en colaboración con EsadeGeo, en el que se expone una agenda de 10 temas que marcarán la agenda internacional el próximo año.

Foto: EC Diseño.

"Es a partir de ahora cuando el mundo empezará a notar el verdadero alcance y profundidad del impacto global de la guerra. No estamos solo ante una crisis de dimensiones ingentes, sino ante un nuevo proceso de cambio estructural que no sabemos aún dónde termina", explica el informe. "Es muy difícil tomar una foto fija de la situación global", comentó el director del think tank, Pol Morillas, durante la presentación del documento. Y es que la rotación del mundo ha aumentado su cadencia y lo que antes era rápido, ahora es fugaz. Por eso, analizar una instantánea de los conflictos actuales con la vista puesta en el próximo es un esfuerzo de gran complejidad. Sea como sea, estos diez factores son los que más posibilidades tienen de inclinar la balanza en una u otra dirección.

Más guerra, más problemas

La invasión rusa ha sido el principal agravante de la tensión armamentística entre las grandes potencias mundiales. El mundo parece dominado por una polarización similar a la de la era de la Guerra Fría. Solo unos pocos países cercanos a Rusia defienden abiertamente la guerra y legitiman la decisión de Vladímir Putin, pero son muchos los que simplemente se mantienen al margen. La Unión Europea, Estados Unidos y sus aliados son los únicos dispuestos a intentar castigar a Moscú. Las alianzas y enemistades se reconfiguran según avance la guerra, pero son los países neutrales —India, Turquía, Arabia Saudí o Brasil, entre otros— los que, a raíz de tomar bando, podrán cambiar el balance de poder.

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Otro de los factores que han cobrado una especial relevancia este año y que continuarán siendo debatidos en 2023 es el de la seguridad colectiva. Los viejos marcos han mostrado su debilidad ante la agresión rusa y ahora tanto la OTAN como la Unión Europea tienen que replantearse su posición en el conflicto y cómo afrontar la guerra si esta continúa alargándose. Lo harán en un contexto de involución en el proceso de no proliferación nuclear en el que amenazas de destrucción mutua asegurada que parecían haber quedado en el pasado han resurgido con fuerza y en el que la disputa comercial y estratégica entre China y Estados Unidos se mantiene como telón de fondo. "Aunque 2023 no sea el año en que vayamos a ver nacer nuevas estructuras de paz, sí que ha llegado el momento de empezar a pensar en cómo crearlas", señala el informe.

Un planeta y una economía bajo presión

El cambio climático no entiende de guerras ni de intereses políticos. Lo único que conoce son las emisiones de dióxido de carbono que llegan a la atmósfera y las consecuencias —aumento de las temperaturas, climas extremos, fenómenos naturales— que esto conlleva. Los Gobiernos se han visto obligados a afrontar esta realidad, pero la transición ecológica está encontrándose con el viento en contra. No solo porque el cierre del grifo del gas ruso hacia Europa haya hecho que sea necesario el consumo de otros combustibles fósiles más contaminantes, como el carbón, sino porque, a medida que la digitalización se ha extendido por el mundo, también lo ha hecho su impacto en el medio ambiente y el cambio climático.

Foto: Un paracaidista con la bandera de España, en Zaragoza. (EFE/Toni Galán)

"Las transiciones verde y digital, que parecían ir de la mano hacia la construcción de un mundo más sostenible, han entrado en colisión", explica el centro. Una ecuación sin solución evidente que todos los países se verán obligados a intentar resolver este 2023. Por otra parte, el hecho de que Europa tenga que buscar proveedores de gas más allá de Moscú ha agravado la gran competición global por el combustible, lo que garantiza que los precios se mantendrán en alza a lo largo de 2023.

La llegada del invierno y la falta de suministros podrían traer consigo una recesión económica o, por lo menos, una desaceleración que ya es real en Europa. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento económico mundial para el año próximo será del 2,7%, la cifra más baja desde 2001. Sri Lanka, un país que este 2022 cayó en bancarrota, ha sido un posible canario en la mina. Un indicador de la problemática de la deuda pública que también puede verse reflejado en los casos de Pakistán, Egipto o el Líbano. De igual manera, las divisas internacionales, la inflación y el precio de los alimentos básicos en 2023 jugarán un papel importante en la economía mundial y en la ira ciudadana.

Ningún sistema está a salvo

La crisis pandémica y la invasión rusa de Ucrania han enfrentado a los sistemas democráticos con gran parte de sus contradicciones. Ante el incremento de los problemas sociales, económicos y estratégicos, hasta los gobiernos más estables han sufrido turbulencias. El año 2023 será una nueva prueba de fuego. Por estas razones, el informe sobre el estado de la democracia en el mundo del instituto V-Dem advierte de que el nivel de los países en libertad política han alcanzado en 2022 "su nivel más bajo desde 1989". Las últimas décadas de avances se han disipado ante las crisis.

Sin embargo, su opuesto, las autocracias, que gobiernan a un 70% de la población mundial —más de 5.000 millones de personas viven bajo dictaduras, según datos del Cidob— tampoco atraviesan su mejor momento. En 2023, veremos cómo algunos de estos liderazgos autoritarios se enfrentan a grandes desafíos a su control estatal, como Irán y su policía de la moral, China y el fin abrupto de su política covid-cero o Vladímir Putin y los miles de soldados muertos en Ucrania.

Foto: Un barrio de Járkov (Ucrania), destruido por proyectiles rusos. (EFE/Orlando Barría)

El informe también enumera las posibles cinco zonas de mayor actividad geopolítica en el próximo año. La espiral de violencia en el Sahel y el recrudecimiento de las hostilidades; los vecinos de Rusia, como Kazajistán, Georgia y Armenia; la incertidumbre en Irán y su dudoso rumbo político e ideológico; el estado de Taiwán y la lucha por su autodeterminación y el Mediterráneo Oriental, con las tensas elecciones en Turquía, serán los puntos calientes.

El documento concluye con un llamado a la acción ante tanta amenaza global y efectos colaterales de una invasión rusa que ya está cerca de cumplir el año. "La continua inestabilidad de la permacrisis no deben interrumpir la necesidad de actuar, ni de repensar los nuevos marcos efectivos de cooperación para hacer frente a las crisis globales y a la incertidumbre permanente", apunta el informe. Como indicó este martes Pol Morillas: "Si las crisis son complejas, las recetas para salir de ellas no van a ser fáciles".

Guerra, crisis energética, amenazas nucleares, inflación disparada. Si al concluir el año pasado nos hubiesen dicho que este iba a ser el panorama que no esperaba en 2022, muchos lo hubieran dado por imposible. El resto, como dicen, es historia, y ahora, a las puertas de otra Nochevieja, el panorama global no da señales de revertir el rumbo marcado por la invasión rusa de Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero. En un mundo marcado por la competencia geopolítica, la polarización está a la orden del día y cada potencia está centrada en remar hacia su propia orilla.

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