Es noticia
Las perspectivas para las bolsas en 2023: recesiones a la vista y un rayo de esperanza
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
recesiones nacionales continuas

Las perspectivas para las bolsas en 2023: recesiones a la vista y un rayo de esperanza

Las perspectivas de la economía mundial en la actualidad muestran escasos indicios de una evolución alentadora

Foto: EC Diseño.
EC Diseño.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

En China, el año que empieza será el Año del Conejo, que normalmente se considera que trae paz, prosperidad y buena suerte. Sin embargo, las perspectivas de la economía mundial en la actualidad muestran escasos indicios de una evolución tan alentadora. La pandemia sigue en marcha, la guerra entre Rusia y Ucrania continúa, Europa está sufriendo una devastadora crisis energética y el aumento de la inflación ha provocado subidas agresivas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.

En resumen, las perspectivas parecen inusualmente desalentadoras. En consonancia con estas observaciones, Citi prevé que la economía mundial estará plagada de recesiones nacionales "continuas" durante el próximo año.

Europa. Es probable que la crisis del gas empuje a la zona euro y al Reino Unido a la recesión antes de que acabe el año. La zona euro debería salir de ella a mediados de año, pero se prevé que la recesión en el Reino Unido se prolongue, ya que la economía tiene que hacer frente a los persistentes ajustes estructurales posteriores al Brexit y al lastre de una política monetaria más restrictiva.

Foto: EC Diseño.
TE PUEDE INTERESAR
Los tipos de interés de EEUU y Europa: luz verde a la Gran Divergencia
The Wall Street Journal. Tom Fairless

Estados Unidos. Es probable que los efectos acumulados del endurecimiento de la política de la Reserva Federal desencadenen una recesión en Estados Unidos para el segundo semestre de 2023. Aun así, dado que la economía estadounidense ha mostrado resistencia hasta la fecha, esperamos que la recesión sea leve y que el crecimiento se recupere a principios de 2024. Además, no parecen haberse dado los excesos financieros y de balances que profundizaron las recesiones pasadas.

Mercados emergentes. Dado que EEUU y Europa sufrirán recesiones el próximo año, prevemos que también se produzcan caídas en muchas economías de mercado emergentes, como Corea del Sur, Brasil, Chile, México y Rusia. Sin embargo, China parece ser un contrapeso a estas presiones recesivas. Esperamos que las medidas tomadas recientemente por Pekín para suavizar las restricciones impuestas a raíz del covid ayuden a desbloquear el gasto de consumo reprimido y a impulsar un fortalecimiento del crecimiento chino. Aun así, el vigor de la respuesta del sector doméstico aún está por determinar: el consumidor chino se ha mostrado cauto hasta la fecha. Y ante la perspectiva de un aumento del número de casos y de la carga del sistema sanitario, queda por ver si la relajación de las restricciones podrá mantenerse.

Crecimiento mundial. En conjunto, el crecimiento mundial durante el próximo año debería ralentizarse hasta situarse por debajo del 2%, y muy por debajo de los resultados que acercan 2022 a una tendencia del 3%. Excluyendo a China, es probable que el crecimiento mundial se sitúe por debajo del 1%, acercándose a algunas definiciones de recesión mundial. Se prevé que la inflación disminuya gradualmente el próximo año, aunque se mantendrá elevada en promedio. Interpretamos este patrón de débil crecimiento económico unido a una inflación aún elevada como el resultado de perturbaciones de la oferta, especialmente las generadas por la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.

Foto: Máquinas retiran escombros tras un bombardeo ruso en Borobyanka. (EFE/Oleg Petrasyuk)

Una consecuencia importante de ello es que parece alejar la posibilidad de un aterrizaje suave mundial, un escenario en el que las principales economías evitarían por completo la recesión. En Europa, un invierno más suave de lo habitual reduciría, pero no eliminaría, las presiones recesivas del shock del gas. Y en Estados Unidos, probablemente será necesaria una recesión de algún tipo para enfriar el mercado laboral, al rojo vivo. Aun así, la reapertura tras el covid ha traído consigo un repunte del gasto mundial en servicios, que ha sostenido el crecimiento europeo este año y puede ser un importante amortiguador para Asia de cara a los vientos en contra mundiales del próximo año.

Pero nuestro pesimismo debe ir acompañado de la debida humildad. Hemos aprendido que las previsiones a un año vista suelen equivocarse, y a menudo de forma extraordinaria e imprevista. En 2020, fue el inicio de la pandemia; en 2021, fue el aumento de la inflación mundial, y en 2022, fue la guerra entre Rusia y Ucrania, la variante ómicron y la persistencia de la inflación.

Rayos de esperanza. Teniendo esto en cuenta, y en deferencia al Año del Conejo, es apropiado concluir con algunos rayos de esperanza. En primer lugar, de cara a 2024, es probable que el crecimiento vuelva a situarse justo por debajo de su tendencia del 3%, y la inflación debería descender hacia valores históricamente más normales. Las recesiones previstas en 2023 ampliarán los mercados laborales y calmarán las presiones salariales, lo que debería permitir a los bancos centrales empezar a relajar su política.

Foto: La inflación sigue golpeando a los hogares. (EFE/Ismael Herrero)

En segundo lugar, un año complicado para la economía no tiene por qué ser también un año complicado para los mercados financieros. Si la economía mundial se recupera a principios de 2024, la confianza de los inversores debería tocar fondo en algún momento del próximo año. El momento más probable para un giro sería a finales de la primavera, una vez que los bancos centrales hayan completado ampliamente sus subidas de tipos.

En tercer lugar, la economía mundial ha sufrido algunas perturbaciones graves en los últimos años, pero el crecimiento y el gasto han seguido avanzando. Aunque las condiciones actuales parecen bastante complicadas, la resistencia de la economía mundial (y de las economías individuales) puede volver a sorprendernos. La suerte y la prosperidad prometidas por el Año del Conejo aún pueden prevalecer.

*Contenido con licencia de Barron’s.

En China, el año que empieza será el Año del Conejo, que normalmente se considera que trae paz, prosperidad y buena suerte. Sin embargo, las perspectivas de la economía mundial en la actualidad muestran escasos indicios de una evolución tan alentadora. La pandemia sigue en marcha, la guerra entre Rusia y Ucrania continúa, Europa está sufriendo una devastadora crisis energética y el aumento de la inflación ha provocado subidas agresivas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.

Recesión Banco Central Europeo (BCE) Reserva Federal
El redactor recomienda