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Mis 20 días en 'tuk tuk' por la Sri Lanka sin gasolina
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"Muchas gracias por venir a mi país"

Mis 20 días en 'tuk tuk' por la Sri Lanka sin gasolina

Recorrimos la mayor parte de la isla conduciendo nosotros mismos. Pudimos comprobar la gran crisis de combustible que atraviesa, con colas de semanas para repostar

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Con un presidente recién huido a Maldivas, aterrizamos a mediados de julio en Negombo, el aeropuerto más próximo a Colombo, la capital de Sri Lanka. La ciudad principal de ‘la lágrima de la India’ llevaba semanas envuelta en fuertes protestas ciudadanas, que incluso llevaron a los manifestantes a tomar la casa presidencial. A pesar de ello, un poco de osadía, una ‘pizca’ de inconsciencia, varias conversaciones con lugareños y otros viajeros que estaban por el país nos llevaron a un grupo de amigos a un país sumido en una profunda crisis política y económica.

Foto: Manifestantes asaltan la residencia del primer ministro en Colombo. (EFE/Chamila Karunarathne)

Para recorrer la isla durante casi 20 días decidimos alquilar un 'tuk tuk' o, como se ha llamado toda la vida en España, un motocarro. Un medio de trasporte privado, otrora muy empleado por los esrilanqueses, pero que la actual crisis de combustible que atraviesa el país ha apartado en gran medida de las carreteras. Movernos de este modo nos permitió comprobar uno de los grandes problemas, entre otras cuestiones, que desató las revueltas.

Colas de varios días para poder repostar

Desde hace meses, la isla está teniendo fuertes problemas para abastecerse de combustible. De hecho, durante unas semanas, solo se abastecía a servicios esenciales y se prohibió a la población general repostar. De este modo, solo tenían acceso a carburante policía, ambulancias o trasporte público (y no todas las compañías de autobuses). Y, controvertidamente, los turistas, motor económico de la isla.

En las últimas semanas, aunque se mantienen los fuertes problemas de suministro, la población general ya tenía acceso a la gasolina, lo que no significa que realmente pudiera disponer de ella.

placeholder Colas 'fantasma' de vehículos esperando para repostar. (EFE/Chamila Karunarathne)
Colas 'fantasma' de vehículos esperando para repostar. (EFE/Chamila Karunarathne)

El combustible llega en contadas ocasiones a ciertas gasolineras. En consecuencia, la gran mayoría de estaciones de servicio del país están rodeadas de cientos de vehículos (camiones, coches, furgonetas, motos, 'tuk tuks'…) haciendo cola durante días, esperando —si la suerte lo permite— repostar llegado el momento. Siendo la mayoría 'filas fantasma', ya que los ciudadanos dejan sus vehículos guardando el turno y regresan a sus quehaceres. Algunos, incluso, colocan piedras para guardar el sitio o cubren con ramas los vehículos para protegerlos del fuerte sol.

placeholder Gasolinera custodiada por militares. (EFE/Chamila Karunarathne)
Gasolinera custodiada por militares. (EFE/Chamila Karunarathne)

En el momento en que las gasolineras, siempre custodiadas por policías y militares, están abastecidas, el combustible dura en ellas aproximadamente un día, no está claro cuándo volverá a haber y el que esté en la cola, y tenga suerte, podrá repostar.

Gasolina para turistas en el país sin combustible

Para los turistas, la situación es muy distinta. Simplemente con saber en qué estaciones hay gasolina (los anfitriones de los alojamientos y las empresas de alquiler suelen informar de ello de manera actualizada), es muy fácil llenar el tanque.

Como contempla la ley actual, simplemente nos acercábamos al principio de la fila buscando la mirada de algún policía y en ese punto, completamente al contrario de como pensamos que iba a suceder, decenas de esrilanqueses se volcaban en ayudarnos a entrar en la estación e incluso apartaban sus vehículos para que pudiésemos entrar.

Foto: Protestas en Colombo pidiendo la dimisión de su presidente hoy (EFE)

Sorprendentemente, incluso nos ayudaban a empujar el 'tuk tuk' o lo conducían directamente hasta el surtidor. Todo ello entre sonrisas, charleta y simpatía hacia cuatro turistas que llegaban dentro del motocarro (probablemente hasta riéndose de nosotros por ir tantas personas con todos los bártulos en un espacio tan pequeño). De este modo, en menos de cinco minutos el depósito estaba lleno y proseguíamos el viaje.

Nuestro asombro al interactuar con la gente en la gasolinera era enorme, especialmente por el agradecimiento que mostraban. Una de las conversaciones más ilustrativas la tuvimos con un risueño esrilanqués que repostaba su moto a nuestro lado: "Llevo 14 días esperando para echar gasolina". Y minutos después finalizó la conversación: "Muchas gracias por venir a mi país y perdón por la situación".

placeholder Policía esrilanqués controlando la situación. (Reuters/Dinuka Liyanawatte)
Policía esrilanqués controlando la situación. (Reuters/Dinuka Liyanawatte)

De este modo, echamos gasolina sin relativo problema durante varias semanas en todas las zonas del país por las que pasamos con el 'tuk tuk': Anuradhapura, Tricomalee, Sigiriya, Kandy, Ella, Tissa, Tangalle, Mirissa, Galle, Bentota y Colombo.

Más estupefactos nos dejó poder llenar el tanque en una estación en la que la policía afirmaba al principio que no había combustible y no estaban sirviendo a los lugareños. Pero minutos después nos condujeron delante de un surtidor y pusieron gasolina.

En caso de que tengas pensado viajar a Sri Lanka, además de saber en qué estaciones de servicio hay combustible, también es importante estar actualizado sobre las medidas que toma el Gobierno, ya que ha ido cambiando el sistema para poder acceder a la gasolina en los últimos días.

Trenes y autobuses colapsados

La falta de combustible generalizada repercute en un mayor uso de los trasportes públicos, también afectados por el desabastecimiento. De este modo, no todos los autobuses públicos tenían acceso a la gasolina, reduciendo así el número de autocares en movimiento. Esto, sumado al aumento de la demanda, provocaba que fuesen atestados de gente, algunos ciudadanos incluso asomados por las puertas.

placeholder Tren colapsado. (Reuters/Kim Kyung-Hoo)
Tren colapsado. (Reuters/Kim Kyung-Hoo)

Del mismo modo, los trenes también iban repletos. El espacio vital era inexistente durante las largas horas de un trayecto de pocos kilómetros, yendo gente agarrada a las puertas o dejando pasar algunos trenes por no caber un alma.

Hoteles desiertos y bares cerrados

El país era un foco de turismo similar a otros del sudeste asiático, como Tailandia, antes de la pandemia. Por ello, existe un gran circuito turístico plagado de restaurantes, bares, agencias de excursiones y alojamientos, que hoy en día se encuentran cerrados.

placeholder Uno de los múltiples chiringuitos a pie de playa abandonados. (FSB)
Uno de los múltiples chiringuitos a pie de playa abandonados. (FSB)

La gran crisis multifactorial que atraviesa el país ha ahuyentado el turismo que esperaban con tantas ganas después de que el país haya estado cerrado durante dos años por el covid. En consecuencia, encontramos decenas de lugares, que otrora serían increíbles chiringuitos con vistas inigualables, que parecían parajes posapocalípticos. Restaurantes superexclusivos en los que sería imposible sentarse sin reserva, similares a bares de la España vacía. Hoteles de postín que acogían a cientos de turistas sin apenas gente. Y un largo etcétera de calles antes llenas de viajeros y hoy repletas de carteles de 'closed'.

El Ministerio de Exteriores aconseja no viajar a Sri Lanka. En este artículo solo se está narrando una experiencia personal como turista y no es una recomendación de viaje, ya que deben primar las advertencias institucionales. 

Con un presidente recién huido a Maldivas, aterrizamos a mediados de julio en Negombo, el aeropuerto más próximo a Colombo, la capital de Sri Lanka. La ciudad principal de ‘la lágrima de la India’ llevaba semanas envuelta en fuertes protestas ciudadanas, que incluso llevaron a los manifestantes a tomar la casa presidencial. A pesar de ello, un poco de osadía, una ‘pizca’ de inconsciencia, varias conversaciones con lugareños y otros viajeros que estaban por el país nos llevaron a un grupo de amigos a un país sumido en una profunda crisis política y económica.

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