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"Una nación normal": para los aliados de Netanyahu, el enemigo es la diversidad
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Temores en la comunidad LGBTQ

"Una nación normal": para los aliados de Netanyahu, el enemigo es la diversidad

La narrativa del partido Noam, que formará parte del próximo Gobierno israelí, es que el enemigo exterior evidente, palestinos y árabes en general, representa menos peligro que el interior

Foto: Manifestación por los derechos de la comunidad LGBTQ en Jerusalén. (EFE/Abir Sultan)
Manifestación por los derechos de la comunidad LGBTQ en Jerusalén. (EFE/Abir Sultan)

La configuración del nuevo Gobierno del líder del Likud, Benjamin Netanyahu, el más conservador, extremista y religioso de la historia del país, aliena a casi la mitad de la población que no votó por él y también a algunos de sus votantes.

Los políticos de los partidos invitados a formar el Ejecutivo israelí llevan semanas de maratonianas reuniones con Netanyahu de las que salen muchos rumores y escasos datos. El último que ha sacudido a la opinión pública es que el político radical Avi Maoz ha recibido el poder de decidir, con un enorme presupuesto, sobre grandes parcelas de la educación y sobre la identidad judía. Maoz es el único representante en el Knéset (Parlamento israelí) del partido de ultraderecha Noam, creado en 2019 con el objetivo de avanzar políticas contra los derechos de la comunidad LGBTQ que, a sus ojos, pervierten a las familias y a la sociedad entera.

La publicidad electoral de Noam en 2019 mostraba a una familia, madre, padre e hijo, que va a votar. En el colegio electoral, son recibidos con carteles con el arcoíris por todas partes y agresivos activistas LGBTQ que les tiran panfletos. Los padres y el niño se muestran asustados y la música es tensa y terrorífica. En las urnas, el padre y la madre eligen sus papeletas, ella escribe “que mi hijo se case con una mujer” y el padre “que tenga un nieto judío”. El eslogan del partido, también en las últimas elecciones de noviembre, es “Una nación normal en nuestra tierra”.

Foto: Una manifestación de nacionalistas israelíes en Jerusalén. (EFE)

La narrativa del partido y sus simpatizantes es que el enemigo exterior evidente, palestinos y árabes en general, representa menos peligro que el interior, el de la desviación, perversión y debilitamiento de lo normal. “Y esto en pleno siglo dieci... veinte... ¡Veintiuno!”, dice Silvia Fogel, argentina residente en Tel Aviv, aludiendo a un sketch de sus compatriotas Les Luthiers. “Porque lo que tememos ahora, y ya no es chiste, es una regresión a tiempos mucho más oscuros”.

El arreglo político

Según el acuerdo entre Netanyahu y el partido de Maoz, este será viceministro en la oficina del primer ministro y controlará también el departamento del Ministerio de Educación encargado de los programas externos de las escuelas públicas. El miedo de padres y activistas es que se introduzcan en los planes de estudios contenidos misóginos y homófobos de modo no evidente y, sobre todo, fuera de su control.

Maoz, en concreto, supervisará unos 8.000 programas educativos que cubrirán materias tan variadas como Biblia, Cultura Judía, Preparación al Ejército, Igualdad de Género, Derechos Humanos, Arte, Tecnología, Espacio, Historia, Árabe o Psicología en miles de escuelas laicas. Aunque son programas de educación externa, se integran en el currículo y horarios de escuela y son ofrecidos por organizaciones sin ánimo de lucro y también por diversas instituciones, todos ellos contratados y gestionados en un futuro por el político ultraderechista, quien manejará un presupuesto de casi 588 millones de euros.

Foto: El ex primer ministro israelí y líder del partido Likud, Benjamin Netanyahu (d), y su esposa Sara. (EFE/EPA/Abir Sultan)

Netanyahu también le ha otorgado la dirección de la Autoridad de Identidad Judía, creada ad hoc y que también será operada en las premisas de la oficina del primer ministro con un presupuesto de 44 millones de euros. Esta autoridad toca la fibra de muchos, tanto israelíes como extranjeros, porque decidirá quién es judío y quién no, una lucha que mantienen las diferentes corrientes del judaísmo más liberales en contra del monopolio de la ortodoxia.

Sinagoga, Estado y juicios

“Este Israel no va a ser gobernado por la ley talmúdica”, declaró Netanyahu hace pocos días a un medio estadounidense. “No vamos a prohibir los fórums LGTB. Como sabéis, mi opinión en este tema es radicalmente diferente, por decirlo suavemente. Vamos a continuar siendo un país de leyes", agregó. “¿Entonces, por qué demonios ha puesto a Maoz al mando de lo que lo ha puesto?”, se pregunta un muy enojado Eli Kirsch, empresario, gay y votante del Likud.

Según el periodista del diario Haaretz Amir Tibon, se trata de un intento desesperado de Netanyahu de salvarse de sus juicios. El primer ministro entrante está siendo procesado en tres casos de corrupción que él niega rotundamente, alegando que es víctima de una caza de brujas por parte del sistema legislativo y la policía. Tibon señala que Netanyahu necesita todos los apoyos que pueda conseguir, incluso si eso implica asociarse con el líder de Noam, escindido por radical del de por sí radical partido de ultraderecha Sionismo Religioso, liderado por Bezalel Smotrich.

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La derecha israelí ha intentado durante años cambiar el sistema judicial, describiéndolo como un obstáculo intervencionista e izquierdista, y parece que esa es la dirección que está tomando Netanyahu, según los observadores. “Es el único modo que tiene de intentar librarse de la Justicia, y lo hará a costa de todos nosotros, LGBTQ, inválidos, mujeres, ni qué decir palestinos…”, dice Anat Nir, quien forma parte del cuadro directivo de Hoshen, una de las organizaciones sin ánimo de lucro que, probablemente, serán desvinculadas de su labor educativa en las escuelas.

Hasta ahora, muchos colegios habían estado recibiendo visitas, organizadas por Hoshen y otras organizaciones, de miembros de la comunidad LGBTQ que contaban a los alumnos sus historias personales y les hablaban de tolerancia. “Y eso se acabó”, concluye Nir. Desde que se anunció el cargo de Maoz, el índice de violencia anti-LGBTQ en el país aumentó un 75%, según los medios locales.

"La historia de que somos el pueblo elegido, que es lo que esta gente enseña, es muy peligrosa"

“Esta mañana, hemos ido unos cuantos padres y madres a intentar reunir firmas para una carta al Ministerio de Educación en oposición a este nombramiento,” explica muy enfadada Orit Binderman, madre de tres hijos en Tel Aviv. “Conseguimos 10 firmas de más de 50 que intentamos. Muy triste, se respira aceptación. Maravilloso. Como en el Holocausto…”, lamenta. Binderman señaló que la educación lo es todo “y toda esta historia de que somos el pueblo elegido, que es lo que esta gente enseña, es muy peligrosa. Por eso los soldados de Givati [unidad de combate] votan a Ben Gvir [líder del partido Otzmá Yehudit, “poder judío” en hebreo y parte de la coalición de gobierno] y, como se creen los dueños de la casa, pegan y matan a los palestinos, que a sus ojos son menos humanos. Y es que todo comienza en la educación”, sentencia.

Las municipalidades se oponen

Mientras, Natalie (no es su verdadero nombre), una maestra transexual en una escuela de una ciudad al sur de Tel Aviv, señala que un gran número de municipalidades se ha opuesto radicalmente a las políticas que parecen avecinarse. “El propio alcalde de mi ciudad, que es un hombre religioso, también ha dicho estar muy en contra”, señala. Hasta ahora, 70 consejos locales diferentes, más de una cuarta parte del total de Israel, han manifestado su posición opuesta a este nombramiento. Están siendo respaldados por el primer ministro saliente, Yair Lapid, y el jefe de la federación de consejos locales, el alcalde de la ciudad de Modi'in, Haim Bibas, que es un miembro del Likud.

Foto: Mujeres judías etíopes esperan el inicio de la ceremonia de Rosh Hashanah, el Día de Año Nuevo en el calendario judío, dentro de una sinagoga en Addis Abeba, en septiembre de 2007. (Reuters) Opinión

“Decidí ser maestra porque vengo de una familia de maestras, mi madre lo era, mi tía, mi abuela… Pero también porque creo que esta es la profesión ideal para el activismo”, dice Natalie. “Enseño geografía a niñas y niños de 13 a 18 años y mi objetivo es enseñar esa interesantísima materia y también educar en tolerancia desde dentro del sistema”, indica. “Me preocupa mucho esta situación, pero estoy a la espera”, agrega, describiendo delicadamente a Maoz como “políticamente muy oscuro”.

Ella y Ofer David Erez, el primer transexual que sirvió como oficial en las Fuerzas de Defensa de Israel, confían en que el statu quo alcanzado por la comunidad LGBTQ en Israel sea más o menos estable. Erez apunta a que estas cosas pasan en democracia: “Es un ciclo, a veces con gobernantes progresistas, a veces con gobernantes conservadores. Lo que yo creo que pasará ahora no es que vayan a azuzar el odio a la comunidad, pero sí creo que no van a cooperar con nosotros”. Apunta a que probablemente retiren ayudas psicológicas a la comunidad LGBTQ, y saboteen asuntos puramente sanitarios como tratamientos para enfermedades de transmisión sexual, que son más prevalentes entre hombres homosexuales.

Foto: Lea Tsmel junto a su marido. (Cedida)

Natalie cuenta que lleva cuatro años como maestra sin ocultar su condición de transexual. “El primer día que llegué al colegio me presenté, ‘hola, soy Natalie, y soy vuestra profesora de geografía. Estoy aquí para cualquier pregunta’. Y nadie preguntó nada”, relata. Cuenta que pasaron dos meses y los alumnos y alumnas seguían sin preguntar sobre esta nueva profesora tan diferente a las otras, y ella pensaba "No puede ser. Mi voz, mi aspecto... no puede ser que no se enteren". Pasados los dos meses les dijo una mañana: "¿sabéis que soy una profe trans, ¿verdad?", y la respuesta fue unánime, "sí" y no le dieron mayor importancia. Para Natalie, ese es un síntoma de avance.

“Pero el ataque actual no se queda en los LGTB”, dice Anat Nir. “Noam tiene políticos que se han metido con Alas de Krembo y su labor integradora”, añade. Alas de Krembo es una organización juvenil, al estilo de otras organizaciones juveniles sionistas del país, que incluye a niños y adolescentes minusválidos. “Su idea de normalización de la sociedad llega a extremos muy peligrosos”, añade Nir. Uno de los miembros del partido señaló que Alas de Krembo glorifica la debilidad y la discapacidad y con sus actos influyen en otras organizaciones que también están tratando de integrar a los menos integrados.

Un tipo de masculinidad judía

La interpretación de que educar en la ayuda a los débiles va en detrimento del fomento de una identidad masculina en este tipo de movimientos juveniles recuerda a lo que el historiador Daniel Boyarin describió sobre la creación de una masculinidad judía contrapuesta a siglos de equiparación de los hombres judíos y sus maneras a debilidad femenina en Europa. En su libro Unherioc conduct: The Rise of Heterosexuality and the Invention of the Jewish man (1997), Boyarin analiza, entre otras cosas, cómo surgió el ideal masculino nacionalista judío. Hombres de acción, guapos, musculosos, trabajadores de la tierra, parecidos al ideal ario y contrapuestos a los pálidos, estudiosos y débiles judíos religiosos, que optan por huir en lugar de pelear.

Foto: Un trabajador arqueológico israelí limpiando un hallazgo de un jarrón de monedas de oro (EFE/Heidi Levine)

En el Israel de hoy en día, la comunidad de judíos que vota a la lista del sionismo religioso de Smotrich y Ben Gvir (que han logrado 14 escaños de 120 y representan el 11% de los votantes), y que mezcla el nacionalismo de derecha con fundamentalismo religioso, se mantiene muy alejada de la corriente ultraortodoxa. La primera califica a la segunda con términos casi antisemitas, la identifica con el exilio judío, la coloca en las antípodas de la masculinidad y la asimila a los parásitos, por su empeño en estudiar la Torá (el Pentateuco) y no ser miembros productivos de la sociedad.

El investigador Yair Sheleg escribió en su libro Los nuevos judíos religiosos: desarrollos recientes en judíos observantes en Israel (2000) que el israelismo laico abandonó ese ideal masculino en las últimas décadas, no así los miembros del sionismo religioso. Sheleg describe que esta porción de la población tiene miembros más liberales que otros desde el punto de vista religioso, pero lo que les une es la inflexibilidad en su visión de ultraderecha nacionalista, porque es la pura expresión de su ethos masculino.

Esto, lógicamente, acarrea una percepción de las mujeres muy particular. Estas, en contra de la laxitud sexual laica, deben abanderar la modestia, bastión clave de la ortodoxia judía en general, y ayudar al macho alfa a controlar sus impulsos. Visto lo visto, Sheleg señala que la transgresión más intolerable en este mundo es la homosexualidad masculina, que es la mayor ofensa a su ideal de masculinidad. “El otro día un niño llamó a otro maricón en clase”, explica Natalie. “Pero se arrepintió en el instante en que vio mi cara de desaprobación y dijo inmediatamente ‘perdón, profesora’. Y creo que esto es así porque el encuentro personal es lo que hace toda la diferencia”, sentencia.

La configuración del nuevo Gobierno del líder del Likud, Benjamin Netanyahu, el más conservador, extremista y religioso de la historia del país, aliena a casi la mitad de la población que no votó por él y también a algunos de sus votantes.

Israel Benjamin Netanyahu
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