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El ex rabino jefe de Moscú te explica por qué miles de judíos están huyendo de Rusia
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Entrevista con Pinchas Goldschmidt

El ex rabino jefe de Moscú te explica por qué miles de judíos están huyendo de Rusia

Según la Agencia Judía, una organización que facilita y fomenta la inmigración hacia Israel, más de 20.000 de los 160.000 judíos que vivían en Rusia antes de la guerra han huido del país desde entonces

Foto: Pinchas Goldschmidt. (Reuters/Fabrizio Bensch)
Pinchas Goldschmidt. (Reuters/Fabrizio Bensch)

La invasión de Ucrania ha provocado un movimiento de refugiados no visto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Pero mientras millones de ucranianos abandonaban su país para escapar del ejército ruso, otro éxodo a menor escala estaba sucediendo desde la potencia invasora. Según la Agencia Judía, una organización que facilita y fomenta la inmigración hacia Israel, más de 20.000 de los 160.000 judíos que vivían en Rusia antes de la guerra han huido del país desde entonces.

Entre ellos se encuentra Pinchas Goldschmidt, quien llevaba más de tres décadas ejerciendo como rabino jefe de Moscú. El también presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos abandonó el territorio ruso apenas dos semanas después del 24 de febrero, el día en el que Vladímir Putin ordenó iniciar la invasión. Su nuera, la periodista Avital Chizhik-Goldschmidt, ha afirmado que su suegro había sido presionado en múltiples ocasiones para apoyar públicamente la guerra, algo que nunca hizo. Desde Israel, donde ahora reside, el rabino siempre se ha negado a describir las coacciones a las que fue sometido. Lo que sí tiene claro es que el éxodo de judíos rusos está siendo considerablemente mayor que el reportado oficialmente. "Es posible que hasta 50.000 hayan emprendido el viaje durante los últimos cinco meses", asevera a este periódico.

Foto: Ilustración 3D del logo de Gazprom. (Reuters/Dado Ruvic).

En entrevista con El Confidencial, Goldschmidt camina con pies de plomo, consciente de que sus declaraciones pueden tener serias consecuencias para las instituciones judías que todavía permanecen en Rusia, para la comunidad judía del país e, incluso, para su propia seguridad. Durante el encuentro, se detiene con frecuencia para pensar cuidadosamente sus palabras y solicita exactitud en la traducción de nuestra conversación en inglés. La distancia entre Moscú y Jerusalén, poco importa, hay demasiado en juego.

Foto: Pinchas Goldschmidt (c), junto a Merkel, en una imagen de archivo de 2013. (EFE/Thierry Roge)

PREGUNTA. Dos semanas después del inicio de la invasión de Ucrania, usted abandonó Rusia junto a su familia. ¿Qué ocurrió durante ese periodo de tiempo para que usted decidiera optar por el exilio?

RESPUESTA. El 23 de febrero me fui a dormir en un país y desperté a la mañana siguiente en uno muy diferente. Por antidemocrática que pudiera ser Rusia anteriormente, los cambios radicales que ocurrieron en un solo día fueron monumentales, con el cierre de los pocos medios independientes que quedaban y el arresto de miles de civiles únicamente por alzar la voz. Por otra parte, desde Ucrania nos llegaban noticias de que muchos colegas que han estado fuertemente involucrados en la comunidad judía ucraniana durante los últimos 30 años, construyendo sinagogas, escuelas y orfanatos, estaban teniendo que irse del país maleta en mano y huir hacia Europa del Este. Esto nos hizo ver hasta qué punto esto era una catástrofe.

Entendimos que teníamos que hacer algo, al menos pronunciarnos al respecto, pero era imposible hacerlo, porque decir cualquier cosa contra la guerra, o incluso el mero hecho de llamarla guerra, sería un acto criminal en Rusia. Los líderes de la comunidad decidimos, por lo tanto, mantener el silencio. Pero, conforme la guerra avanzaba, sentí que era necesario hacer algo. Así que mi esposa y yo decidimos abandonar Rusia para empezar a apoyar a los refugiados ucranianos.

P. Desde que abandonó el país, ¿cómo se está organizando la comunidad judía en Moscú y qué problemas están afrontando en todo el país?

R. No soy el único. Un segmento muy importante de la comunidad ha abandonado Rusia desde el inicio de la guerra. El número de judíos que han huido hacia Israel es mucho mayor de lo que indican las cifras oficiales, es posible que hasta 50.000 hayan emprendido el viaje durante los últimos cinco meses. Pero la comunidad sigue existiendo y operando en Rusia. Las sinagogas siguen funcionando. Las escuelas siguen funcionando. Sin embargo, los reportes que nos llegan son preocupantes. La gente está asustada y preocupada.

"Líderes judíos de la oposición han sido colocados en la lista de enemigos del Estado"

P. Usted ha manifestado recientemente que ve muchas nubes negras en el futuro de Rusia. ¿Es un presagio para todo el país o específicamente para la comunidad judía?

R. Existen nubes negras en el horizonte, en general, para Rusia, para su economía y su política. Sin embargo, para la comunidad judía en particular existen dos problemas muy específicos. La gente recuerda los tiempos de la Unión Soviética. Por aquel entonces, los judíos que querían irse del país hacia Israel lo tenían prohibido debido al telón de acero. Y ahora, día tras día, el país se está volviendo más parecido a la URSS, lo que hace que muchos teman que el telón va a volver a caer, imposibilitando la repatriación.

Por otra parte, hay un gran miedo a un repunte del antisemitismo en Rusia. Ya hay señales de ello, con el empeoramiento de las relaciones con Israel, el cierre en ciernes de la Agencia Judía y las palabras del ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov. Varios líderes judíos de opinión y de la oposición han sido colocados en la lista de enemigos del Estado. En conjunto, estos factores están levantando múltiples señales de alarma para la comunidad judía en Rusia, que está dejando de sentirse cómoda.

P. El cierre de la Agencia Judía parece inminente en Rusia. El Ministerio de Justicia del país ha pedido oficialmente su disolución. ¿A qué cree que se debe la medida?

R. El Gobierno ruso ha decidido clausurar la Agencia Judía, del mismo modo que muchas otras organizaciones internacionales, como la Fundación Adenauer alemana o el British Council británico. Esta tendencia al aislacionismo, al rechazo de las organizaciones extranjeras, es uno general. Lo que los líderes rusos no entienden es que la Agencia Judía de Israel tiene una importancia especial. ¿Por qué? Porque Israel es una nación que fue construida sobre la idea de que los judíos podían emigrar allí siempre que quisieran, especialmente en tiempos de necesidad, en tiempos de guerra. La repatriación a Israel es la razón de ser del país. El Gobierno ruso no comprende las implicaciones de estas acciones, el simbolismo que suponen para la comunidad judía.

Foto: Protestas contra la guerra en Israel. (EFE/Abir Sultan)

P. La invasión de Ucrania ha traído consigo una serie de narrativas impulsadas por Rusia que deben resultar especialmente sensibles para la comunidad. Las acusaciones de nazismo contra el Gobierno ucraniano, las declaraciones que usted mencionó de Serguéi Lavrov de que Hitler también tenía sangre judía…

R. Tengo una pregunta para usted. ¿Conoce algún país del mundo que esté siendo gobernado por nazis y en el que los judíos se sientan cómodos? ¿En el que van a la sinagoga, abren escuelas o construyen museos enteros dedicados a la memoria de los judíos asesinados, como en Babi Yar? ¿Cómo se explicaría eso? Los judíos están huyendo de Ucrania solo porque está en guerra. De hecho, están huyendo especialmente de las áreas ocupadas por los rusos.

Todo esto sobre el Gobierno nazi ucraniano es ficción. Claro que hay nazis en el país. Hay neonazis por todo el mundo, en Estados Unidos también. Pero, la pregunta es, ¿está Ucrania gobernada por nazis? La respuesta, por supuesto, es que no.

P. ¿Por qué cree que esta narrativa ha sido impulsada tanto por el Gobierno de Vladímir Putin?

R. El recuerdo de la Segunda Guerra Mundial ha sido destacado por el Gobierno ruso durante los últimos años como el momento más importante de la historia rusa del último siglo. La guerra contra Ucrania se ha justificado como una repetición de la Segunda Guerra Mundial, como una lucha contra el mal, contra los nazis. Pero esta visión no está basada de modo alguno en la realidad.

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P. Su organización está ayudando a refugiados judíos que se están viendo forzados a huir de Ucrania. ¿Cómo describiría su situación?

R. Es una situación muy desafortunada, especialmente tras los últimos 30 años de renacimiento de la comunidad judía en Rusia, que es similar a la que ocurrió en Ucrania, Bielorrusia y, en menor medida, otros países que pertenecían a la URSS. La buena noticia es que los judíos ucranianos están siendo acogidos con los corazones abiertos por Alemania, Austria y el resto de países europeos que están recibiendo a refugiados. Es algo realmente extraordinario de ver y supone un rayo de luz en medio de esta situación tan terrible.

P. Conforme avance la guerra y la situación en el frente se complique todavía más, ¿teme que las presiones que recibe la comunidad judía para pronunciarse a favor del conflicto empeoren?

R. No creo que ese factor, en concreto, vaya a empeorar. Lo que sí creo es que tanto la situación política como la económica van a empeorar considerablemente en el país. Y si echamos la mirada al pasado, a la historia de Rusia y los judíos, vemos como los pogromos antijudíos del final de la época zarista fueron utilizados para redirigir el descontento popular. También ocurrió lo mismo con el 'Complot de los médicos' durante la última etapa de Stalin. Temo que, una vez más, los judíos se vean atrapados en una situación similar en Rusia.

La invasión de Ucrania ha provocado un movimiento de refugiados no visto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Pero mientras millones de ucranianos abandonaban su país para escapar del ejército ruso, otro éxodo a menor escala estaba sucediendo desde la potencia invasora. Según la Agencia Judía, una organización que facilita y fomenta la inmigración hacia Israel, más de 20.000 de los 160.000 judíos que vivían en Rusia antes de la guerra han huido del país desde entonces.

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