Sin casa y sin fecha de vuelta: la comunidad de refugiados ucranianos encara el verano

El Día del Refugiado ha servido para que la provincia de Alicante se corone como primera receptora de refugiados ucranianos. El Ministerio de Interior publicó este lunes los datos actualizados de permisos temporales concedidos desde el inicio de la invasión en Ucrania. Hasta la fecha y en este sentido, la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior (OAR) ha aprobado 20.153 resoluciones en la provincia alicantina lo que representa el 16,25% de toda España, cuya cifra fue de 124.000. Una de cada cuatro personas que huyeron de la guerra buscó cobijo en la Comunidad Valenciana.

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Desde que empezó la invasión hasta ahora, las asociaciones y las administraciones han intentado trabajar para atender el tsunami de familias que huían de la guerra con suerte desigual. Por vínculos afectivos y familiares, Alicante es uno de los destinos de referencia. De hecho, junto a Madrid, Barcelona y Málaga, la ciudad cuenta con uno de los Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) dependientes del Ministerio de Inclusión.

Tras unos primeros meses de eclosión de ayuda y llegada, el flujo de refugiados se ha estabilizado, que no parado, como explica Carolina Espadas, coordinadora provincial de Cruz Roja Española. “Hemos estado atendiendo una media de 475 personas al día entre CREADE y nuestras asambleas locales, llegando algunos días a 600, en referencia al momento más álgido de marzo-abril. Desde hace dos semanas la tendencia pasa a 350 al día”. Su aproximación numérica coincide más o menos con las estadísticas que en tiempo real publica el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social e Inmigración. Solo varía que la cifra baja hasta las 150 personas en esta última semana. “No sabemos si se estabilizará ahí un tiempo, bajará o volverá a incrementarse. Aún es pronto”, añade la coordinadora provincial alicantina.

Turismo vs alojamientos

Frente a los número apunta dos graves problemas y un acierto. El primero y principal es la falta de alojamientos para las familias ucranianas. Con la llegada del periodo estival, se han incrementado las complicaciones para encontrar lugar en el que vivir. Además, estos se han encarecido en las zonas de costa como Alicante o Torrevieja o los propios hoteles que ayudaron al principio. Es una opinión que comparten desde Cruz Roja con dos de las asociaciones de ucranianos que operan desde la Costa Blanca.

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“Al no tener fecha se está volviendo muy complicado para las familias de acogida mantener esta situación. No hablamos de una persona, sino de varios miembros. Ya no tenemos casas de acogida”, detalla Nataliya Zhezbnyavska, presidenta de la organización en Torrevieja, localidad que alberga la mayor comunidad de residentes y refugiados de la provincia, estimada en unas 4.000 personas.

Desde Mutxamel, un pueblo cercano a Alicante, Antonina Rohalska enumera los mismos problemas cuando ya se han cruzado los 100 días de conflicto. La presidenta de la Asociación de Ucranianos Slavutich pone el acento en el segundo gran escollo: la incertidumbre. El ejemplo con el que se describe este escollo es con un hipotético alquiler. “El dinero con el que vinieron se empieza a acabar”, apunta Nataliya y “los criterios para recibir ayudas desde los ayuntamientos depende del sitio. No son los mismos criterios para todos”.

La burocracia que se prometió ágil choca a muchos niveles. El permiso temporal, herramienta dada por la UE, es de 6 meses ampliable otros 6. Todas las protecciones conllevan el permiso de residencia y, para los mayores de edad, de trabajo. Además, en virtud de lo establecido por la Dirección General de Tráfico, los desplazados que obtienen la protección temporal pueden utilizar legalmente sus permisos de conducir en España al menos durante un año, según indican desde el Ministerio de Interior.

Citas que no llegan

“En el centro de la Ciudad de la Luz, te facilitan información y el documento para rellenar el NIE, pero luego para pedir cita es complicadísimo”, señala la responsable de la organización de Torrevieja. Quien tiene la suerte de conseguir cita se encuentra con fechas difíciles de digerir: septiembre y octubre. La saturación de algunos servicios llega hasta los Servicios Sociales, primera puerta a la que se suele tocar, para recibir ayudas de Emergencias. La contrapartida a estas murallas administrativas la encontramos en el área educativa. Los procesos de escolarización han funcionado a pesar del estrés que ya había marcado la pandemia.

Ricardo Recuero, concejal de Educación en el Ayuntamiento de Torrevieja, explica con datos el esfuerzo que se ha hecho. El municipio cuenta con una población escolar de 12.000 estudiantes entre Infantil, Primaria y Secundaria. En la localidad, conviven 150 nacionalidades y está acostumbrada a recibir una media de 600 alumnos “sobrevenidos”, los que vienen fuera del plazo escolar.

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Desde marzo hasta final de curso, los colegios de Torrevieja incorporaron a 1.200 alumnos. “700 eran ucranianos para los ciclos de Infantil y Primaria, a lo que hay que sumar 250 de Secundaria”, indica el edil. “Hemos tenido que subir la ratio, a veces hasta los 30 alumnos por aula (la media es 25). La Conselleria de Educación ha habilitado 11 unidades. De cara al próximo año se tendrán que poner aulas prefabricadas”.

Recuero aporta los datos para expresar una magnitud para la que nadie estaba preparada y aun así se ha logrado “un equilibrio. El trabajo conjunto con la Conselleria y con los profesionales de la ciudad es digno de mencionar. Se merecen un reconocimiento especial porque no solo hablamos de la parte de infraestructura, sino también del trabajo de integración y apoyo emocional”.

La nostalgia abre la vuelta a Ucrania

Todos los agentes reconocen que el esfuerzo empieza a hacer mella. Algunas familias han empezado a coger el camino de vuelta a casa viendo que la guerra se alarga y porque tras el choque inicial quieren volver a trabajar o ver a sus familiares. Ni las ONG ni las propias administraciones tienen cifras, pero todos apuntan a una tendencia reciente pero todavía muy reducida. Uno de los mejores termómetros es precisamente la escolarización y el concejal torrevejense asegura que lejos de disminuir la cifra sigue aumentando. “El 4 de mayo finalizó el plazo para escolarizar en Infantil y Primaria y ya tenemos 267 solicitudes extras, de las cuales 90 pertenecen a ucranianos”.

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Carolinas Espadas considera que “es pronto para llamarlo tendencia. Aún estamos expectantes en Cruz Roja. No hay un perfil mayoritario de retornados”, aunque cita la lógica de pensar en familias –mujeres con sus hijos – y personas mayores porque fueron los que primero salieron.

“Las redes – familiares y amigos – están exhaustas”, comenta la coordinadora de Cruz Roja, y “son insuficientes. Se les hace cuesta arriba el día a día. La atención psicológica está siendo prioritaria”. Por este motivo, las organizaciones entienden la importancia de ocupar el tiempo libre. “El tránsito se está alargando concluye”. En la actualidad, 404 refugiados están alojados en situación de Emergencia en los antiguos estudios 5 y 6 de la Ciudad de la Luz, las instalaciones más grandes de la Comunidad Valenciana. Solo quedan 92 plazas libres.

La Generalitat ha puesto autobuses para que puedan ir al centro de la ciudad y Torrevieja ha estructurado su Escuela de Verano con la intención de albergar a menores vulnerables, independientemente de su nacionalidad.

La barrera del idioma, a pesar de los esfuerzos que se han hecho, ha condicionado el acceso del empleo. En la página web de la Fundación de la CEOE, en estos momentos solo hay dos ofertas de trabajo: una para limpiar en un hotel y otra como desarrollador web. En este sentido, Zhezbnyavska apela a la voluntad de empresarios y cita como ejemplo el acuerdo con la Asociación de Hostelería en Torrevieja, que está funcionando bien. Pero la incertidumbre es uno de los mayores ladrones de tiempo y, en este caso, las expectativas fluctúan tan libres como el miedo.