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Varapalo al Brexit duro: Westminster abre la puerta a seguir en la unión aduanera
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348 votos a favor frente a 225 en contra

Varapalo al Brexit duro: Westminster abre la puerta a seguir en la unión aduanera

Las cosas se complican para la 'premier' Theresa May en la recta final de las negociaciones del Brexit. Y las trabas no vienen precisamente de Bruselas, sino de la propia Cámara de los Lores

Foto: Manifestantes contra el Brexit se concentran frente a Westminster, el 16 de abril de 2018. (Reuters)
Manifestantes contra el Brexit se concentran frente a Westminster, el 16 de abril de 2018. (Reuters)

Las cosas se complican para la 'premier' Theresa May en la recta final de las negociaciones del Brexit. Y las trabas no vienen precisamente de Bruselas, sino del propio Westminster, donde los lores han asestado una importante cornada al Ejecutivo al mostrarse a favor de dejar al Reino Unido dentro de la unión aduanera. La Cámara Alta aprobó este miércoles —con 348 votos a favor frente a 225 en contra— una enmienda al proyecto de ley de retirada de la UE, con el que el Gobierno quiere convertir en británica la actual normativa comunitaria.

La enmienda había sido presentada por Lord Kerr de Kinlochard —el mismo que en su día redactó el artículo 50 del Tratado de Lisboa y que ahora señala que el Brexit es aún reversible— y Lord Patten de Barnes, en su día presidente del Partido Conservador. El artículo aprobado exige concretamente al Ejecutivo que comparezca ante el Parlamento para “describir los pasos” para lograr “un acuerdo que permita al Reino Unido continuar participando en la unión aduanera”.

El proyecto de ley de retirada de la UE tendrá que regresar luego a la Cámara de los Comunes. En este sentido, un portavoz del ministerio del Brexit subrayó que, aunque la modificación se mantuviera en la versión final de la ley, no obligaría al Reino Unido a mantenerse en esa unión. Con todo, según los expertos consultados, la votación de este miércoles es tan solo la primera de las muchas derrotas a las que el Ejecutivo se tendrá que enfrentar en los próximos meses. En mayo, sin ir más lejos, se espera que la Cámara de los Comunes apruebe una enmienda al proyecto de ley de aduanas, que también pide dejar al país dentro de la unión aduanera. De momento, cuenta con el apoyo de 10 'tories' rebeldes y la mayoría de los diputados laboristas, número más que suficiente para sacarla adelante.

Foto: Un pasaporte británico sobre una bandera europea. (Reuters)

Hasta la fecha, May siempre ha apostado por un Brexit duro, repitiendo hasta la saciedad que, aparte de querer sacar al país del mercado único (para controlar la inmigración), también quiere cortar los vínculos con la unión aduanera (para negociar sus propios acuerdos comerciales). Sin embargo, tendría ahora tan asumido que no puede llevar a cabo su estrategia que, según 'The Times', los funcionarios de Whitehall, liderados por Oliver Robbins, se han puesto ya a trabajar en un plan B, que pasaría por dejar al Reino Unido dentro de la unión aduanera hasta que se establezca un nuevo acuerdo.

Robbins, mano derecha de la líder 'tory', propone que Londres recaude los aranceles de importación en nombre de la UE y luego los reembolse a los importadores si los bienes permanecen en el Reino Unido y provienen de un país con el que el Gobierno británico haya llegado a un acuerdo de libre comercio. Esto, argumenta, eliminaría la necesidad de una frontera dura en Irlanda del Norte, principal escollo en las negociaciones actuales con Bruselas.

El gran euroescéptico David Davis, ministro del Brexit, se opone por completo, señalando que, de esta manera, el Reino Unido podría permanecer en la unión aduanera 'sine die'. Pero lo cierto es que May insinuó el mes pasado que apoyaba el plan cuando explicó que el Gobierno estaba “estudiando diferentes arreglos aduaneros potenciales”, pero que podría haber demoras.

placeholder Pastelillos anti-Brexit durante una protesta en Londres, el 16 de abril de 2018. (Reuters)
Pastelillos anti-Brexit durante una protesta en Londres, el 16 de abril de 2018. (Reuters)

Próxima cita: el 30 de abril

Tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del año pasado, May ha intentado atrasar a toda costa cualquier humillación en Westminster vinculada al Brexit. Alrededor de la mitad de la normativa necesaria para llevar a cabo el divorcio ni siquiera se ha presentado aún a sus señorías, y algunas de las votaciones clave se están postergando en el calendario.

Pero el tiempo se agota. Si la 'premier' quiere sacar al país de la UE el 29 de marzo de 2019, debe ir moviendo ficha. De nada sirve negociar en Bruselas cuestiones que luego van a ser rechazadas al otro lado del canal. Y en este sentido, si el Gobierno puede sufrir una derrota tras otra, se vuelve a plantear si el Brexit saldrá realmente adelante. Al fin y al cabo, es Westminster quien debe votar el acuerdo final que se pacte con Michel Barnier antes de rubricar cualquier firma desde Downing Street.

Foto: Manifestantes pro Unión Europea protestan en Londres, Reino Unido, el 29 de marzo del 2018. (EFE)

May insiste en que, si sus señorías rechazan el documento final, el Reino Unido abandonará el bloque sin acuerdo y se verá obligado a cumplir con las normativas de la Organización Mundial de Comercio. Pero, en este sentido, el próximo 30 de abril los lores votarán otra enmienda para que, si se llega a este supuesto, los parlamentarios tengan la facultad de decidir la hoja de ruta.

El 'lobby' pro-UE está presionando para que sean los ciudadanos los que voten el acuerdo final y decidan el futuro del país. Para ello, se ha presentado 'People's Vote' (el voto del pueblo), una campaña para la que se ha recaudado un millón de libras.

Las cosas se complican para la 'premier' Theresa May en la recta final de las negociaciones del Brexit. Y las trabas no vienen precisamente de Bruselas, sino del propio Westminster, donde los lores han asestado una importante cornada al Ejecutivo al mostrarse a favor de dejar al Reino Unido dentro de la unión aduanera. La Cámara Alta aprobó este miércoles —con 348 votos a favor frente a 225 en contra— una enmienda al proyecto de ley de retirada de la UE, con el que el Gobierno quiere convertir en británica la actual normativa comunitaria.

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