Peugeot y su apuesta por los familiares: el 11% de los clientes del 308 SW vienen de un SUV
Peugeot sigue apostando por carrocerías familiares como la del nuevo 308 SW, que gana en dinamismo, arranca en 24.950 euros y ofrece dos variantes híbridas enchufables, con 180 y 225 caballos
Parece que los modelos con carrocería familiar han perdido algo de terreno contra los exitosos y ahora tan de moda SUV. Sin embargo, muchas marcas siguen apostando por este tipo de silueta para aquellos que busquen un coche con gran capacidad de carga, pero que no por ello deseen atarse a una posición de conducción elevada o a una carrocería más voluminosa y alta, lo que suele conllevar mayores consumos y distintas sensaciones dinámicas. Una de estas firmas es Peugeot, que con su nuevo 308 SW quiere cubrir mejor un territorio que llevan años explorando y del que saben bastante. Así se deduce de su propia historia.
Y es que el nacimiento del primero de estos alargados vehículos de Peugeot se remonta a 1949, año en que presentaban el 203 Familiar. En aquella época, este tipo de carrocería aún estaba en fase embrionaria y nadie tenía claro si habría una clientela interesada. Sin embargo, en la marca del león estaban tan seguros de su apuesta que ofrecieron el modelo en dos versiones: un familiar y un comercial más básico. La buena acogida fue lo que animó a Peugeot a desarrollar aún más su oferta, lanzando al mercado en los años venideros diferentes modelos con esa filosofía: una carrocería prácticamente de berlina, pero con el 'culo' alargado y mayor espacio de carga.
A pesar del auge imparable de los SUV, la firma francesa volvió a dotar en 2021 de una versión SW a su nuevo 308. El anterior 308 había llegado al mercado en 2013 y de su variante familiar se vendieron más de un millón de unidades. Y este nuevo modelo recién llegado busca incrementar aún más las ventas de la carrocería familiar respecto al 308 compacto, pues si en el anterior la proporción era 75-25 en favor de la carrocería compacta, ahora se busca un mayor equilibrio en ese reparto. Para ello se han acentuado aspectos muy valorados hoy, como puedan ser un diseño más emocional, una conectividad amplia o una seguridad basada en modernos asistentes. Y sin renunciar al espacio, punto clave en un vehículo de estas características.
Lo primero que llama la atención de este nuevo modelo es su diseño, más 'agresivo' y juvenil, pero también elegante. La aerodinámica y las aristas y crestas que copan su carrocería han sido una de las bases para definir su aspecto, con unos pilotos con tecnología LED tanto delante como detrás y que, en el caso de los posteriores de esta versión SW, no se ven unidos entre sí por una tira en color negro como sí encontramos en el modelo compacto, sino que entre ambos se enmarca un pequeño alerón en forma de cola de pato. Este modelo familiar cuenta con una distancia entre ejes que aumenta en 55 milímetros respecto al 308 compacto, lo que contribuye a estilizar su línea y lograr un mayor espacio en la zona trasera.
Y es que con sus 464 centímetros de largo (5 más que el anterior modelo), los 185 de ancho y su altura de 144 centímetros (es 2 más bajo que su predecesor), este nuevo 308 SW es más espacioso y añade ese componente visual del nuevo lenguaje de diseño de Peugeot. También estrena los nuevos logotipos de la firma del león, tanto en la parrilla como en la tapa del maletero, sin olvidarnos de los dos emblemas situados en las aletas delanteras, al más puro estilo Ferrari. El maletero, por su parte, dispone de un espacio de carga de hasta 608 litros para las versiones de combustión, mientras que para las variantes con mecánica híbrida enchufable esta cifra se reduce 60 litros. Y si abatimos los asientos traseros, con respalfo dividido en secciones 40/20/40, el cubicaje total asciende a 1.634 litros.
El habitáculo, donde la tecnología es uno de los puntos fuertes, incorpora una evolución del puesto de conducción Peugeot i-Cockpit que, junto a un nuevo volante compacto, añade tras él una pantalla de 10 pulgadas, de serie desde el acabado Active Pack. Un cuadro de instrumentos digital que muestra la información en tres dimensiones en las versiones GT.
En cuanto a las ayudas a la conducción, la conducción semiautónoma está más cerca con el pack Drive Assist 2.0, que estrena el cambio de carril semiautomático, la preconización anticipada de la velocidad y la adaptación de la velocidad en curva, a los que hay que sumar el control de crucero adaptativo con función Stop & Go y la ayuda al mantenimiento de carril. También se incluyen elementos como el sistema de vigilancia de ángulo muerto de largo alcance (vigila 75 metros por detrás), alerta de tráfico trasero, ayuda de aparcamiento 360 grados, llamada de emergencia 'E-call+', sistema AQS (Air Quality System) o el sistema Hi-Fi Premium Focal, que se estrena en este modelo.
En cuanto a mecánicas, Peugeot permite elegir entre gasolina, diésel y PHEV. Empezando por el primer tipo de propulsión, el 308 SW ofrece dos motores gasolina: el PureTech 110 (potencia de 110 CV) con cambio manual de seis relaciones y el PureTech 130 (con 130 CV) con cambio manual de seis marchas o automático de ocho. A ellos suma un motor diésel, el BlueHDi de 130 CV con cambio manual de seis velocidades o el automático de ocho, mientras que la oferta PHEV se compone de dos híbridos enchufables: el Hybrid 180 y el Hybrid 225, ambos con la caja automática de ocho relaciones. Hay que recordar que Peugeot tiene toda su gama electrificada en mayor o menor medida, excepto el 5008, por lo que estas dos alternativas con etiqueta medioambiental CERO encajan a la perfección en la hoja de ruta de la marca. Ambos recurren a una batería de 12,4 kWh de capacidad que les permite recorrer hasta 59 y 60 kilómetros, respectivamente, en estas versiones de 180 y 225 CV.
El precio de partida para el 308 SW de gasolina con 110 caballos y caja manual, que sirve de puerta de entrada a la gama, es de 24.950 euros, mientras que si queremos hacernos con un 308 SW Hybrid deberemos desembolsar, como mínimo, los 35.480 euros en los que arranca el híbrido enchufable de 180 CV.
Lo volvemos a conducir
Aunque El Confidencial ya condujo este modelo meses atrás, de nuevo lo hemos conducido por provincias de Madrid, Toledo y Ciudad Real, en una ruta cuyo primer trayecto, de unas dos horas de duración, hemos cubierto con la versión diésel de 130 CV con cambio automático de ocho relaciones. Y nos llamó positivamente la atención que a pesar de haber ido bastante 'ligeros' durante ese recorrido de ida, el consumo fue siempre bajísimo. Y si en la planta de Stellantis en Villaverde de donde partimos teníamos 720 kilómetros de autonomía, al llegar a Ciudad Real la suma de los kilómetros recorridos y de la autonomía restante era de 840 kilómetros. Un auténtico placer para viajes largos.
Para la vuelta elegimos el híbrido enchufable de 180 CV, y a pesar de que agotamos la batería relativamente pronto en el uso por carretera y autovía, y haber tenido que circular durante bastante tiempo únicamente con el motor de combustión, terminó dando un consumo medio de 6,6 l/100 km, más que bueno para un viaje con dos personas y sus equipajes, y circulando a velocidades de autopista con un coche del tamaño de este 308 Hybrid SW.
En el apartado tecnológico, destacaremos también que la pantalla central da un salto enorme en comparación con la anterior generación, con gráficos mucho más nítidos y definidos, cámara de marcha atrás con una calidad infinítamente mayor que las que montaban los modelos anteriores, una respuesta del sistema mucho más rápida, un navegador muy operativo que recuerda mucho a Google Maps en sencillez, rapidez y claridad en las indicaciones… El avance es considerable.
También hay que destacar la botonera digital con los llamados i-Toogles, que son pequeñas pantallas que funcionan a modo de atajos y que podemos personalizar con los elementos que más nos gusten o más frecuentemente utilicemos; como ponerle la dirección a casa con el navegador, llamar a nuestro contacto favorito, que nos lleve a los ajustes de los asientos... Y más abajo encontramos otra botonera, esta vez física, también, accesos directos mucho más rápidos a diferentes elementos como las asistencias a la conducción, la climatización o la luneta térmica.
Parece que los modelos con carrocería familiar han perdido algo de terreno contra los exitosos y ahora tan de moda SUV. Sin embargo, muchas marcas siguen apostando por este tipo de silueta para aquellos que busquen un coche con gran capacidad de carga, pero que no por ello deseen atarse a una posición de conducción elevada o a una carrocería más voluminosa y alta, lo que suele conllevar mayores consumos y distintas sensaciones dinámicas. Una de estas firmas es Peugeot, que con su nuevo 308 SW quiere cubrir mejor un territorio que llevan años explorando y del que saben bastante. Así se deduce de su propia historia.
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