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Futuros accidentes de coches autónomos: Reino Unido eximirá de culpa a los usuarios
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Su nueva ley responsabilizará al fabricante

Futuros accidentes de coches autónomos: Reino Unido eximirá de culpa a los usuarios

Reino Unido ultima una ley sobre vehículos de conducción autónoma para librar de responsabilidad a propietarios o usuarios en caso de accidente y fijar la culpa en el fabricante. Y más que una traba a esa tecnología, podría impulsarla

Foto: En caso de accidente, la nueva ley británica culpará al fabricante del coche autónomo. (Hyundai)
En caso de accidente, la nueva ley británica culpará al fabricante del coche autónomo. (Hyundai)

Las tecnologías de conducción autónoma siguen dando pasos, involucrando a los principales grupos automovilísticos mundiales en busca de esos futuros vehículos capaces de circular sin intervención de un conductor, y minimizando, por tanto, el riesgo de accidente, ya que el factor humano está detrás de la mayoría de los siniestros de tráfico: consumo de bebidas alcohólicas y drogas, distracciones, velocidad inadecuada, escasa distancia de seguridad, somnolencia y fatiga, adelantamientos en zonas prohibidas... Pero lograr que un vehículo circule autónomamente dentro del tráfico, compartiendo espacio con automóviles de todo tipo y manejados por conductores de variada condición, no es precisamente sencillo. Se pone a veces como ejemplo el llamado piloto automático de la aviación comercial, pero es probable que en un vuelo de París a Nueva York ocurran menos cosas en torno al avión, de cara a su manejo autónomo, que alrededor de un coche que trate de dar, sin nadie al volante, una vuelta por las céntricas calles madrileñas de Gran Vía, Jacometrezo y San Bernardo en hora punta. Porque en esos 509 metros de recorrido se darán cientos o miles de circunstancias que el coche deberá analizar para tomar decisiones instantáneas.

placeholder En más de 28.000 kilómetros de autovías y autopistas de España se puede usar el BlueCruise.
En más de 28.000 kilómetros de autovías y autopistas de España se puede usar el BlueCruise.

Y, sin embargo, ya circulan vehículos autónomos. Lo hacen, por ejemplo, como taxis sin conductor en varias ciudades estadounidenses y en algunas de Asia, como Seúl, y cada vez más países autorizan el empleo de sistemas autónomos de uso temporal, con supervisión del usuario, en sus autovías y autopistas. Alemania, por ejemplo, ya tiene más de 13.000 kilómetros de vías rápidas automatizadas donde varios modelos de Mercedes-Benz ya pueden circular sin que el conductor conduzca, si se nos permite el juego de palabras, y hace pocos meses Reino Unido también autorizó a los usuarios de coches de Ford dotados del sistema autónomo BlueCruise a que circulen por su red de alta capacidad sin coger el volante, después de que esa tecnología de la firma del óvalo haya sido probada con éxito durante años en Estados Unidos y Canadá.

placeholder En varias ciudades estadounidenses, como San Francisco, operan servicios de taxi sin conductor.
En varias ciudades estadounidenses, como San Francisco, operan servicios de taxi sin conductor.

De hecho, España es el tercer país europeo que se suma a esta corriente imparable, pues semanas atrás la Dirección General de Tráfico autorizaba también que los conductores del Ford Mustang Mach-E equipado con tecnología BlueCruise, operativo hasta una velocidad de 130 km/h, circularan por nuestras autovías y autopistas sin sujetar el volante, una experiencia que ya contábamos en su momento en El Confidencial. Y esto es solo un primer paso, porque tanto en el caso de los Mercedes-Benz y los Ford citados estamos hablando de sistemas autónomos parciales, que requieren la presencia de un conductor al volante y que este se mantenga atento al tráfico. Pero llegarán evoluciones, y pronto empezarán a verse por urbes de nuestro continente los primeros taxis 100% autónomos. Puede que, en una primera fase, con un conductor/supervisor sentado frente al volante, pero del mismo modo que en San Francisco o Las Vegas ya circulan taxis sin conductor, transportando cientos de pasajeros cada día, en Europa aparecen ya en el horizonte. Y eso obliga a legislar sobre el asunto.

Reino Unido se adelanta

Parece que en Gran Bretaña no quieren que la llegada de estas nuevas tecnologías les pille por sorpresa, y llevan tiempo preparando una normativa al respecto. En marzo del año pasado contábamos que los parlamentos de Inglaterra, Gales y Escocia habían creado una comisión para estudiar la conducción completamente autónoma, y que entre las primeras conclusiones de los expertos destacaba la recomendación de que "los conductores humanos" no fuesen legalmente responsables, a efectos de seguridad vial, en la inminente era del coche automatizado, pues la persona al volante solo debería ser considerada como un "usuario a cargo", y no como responsable de las infracciones derivadas de la conducción o de los posibles accidentes que se produjesen. Es decir, que no debería existir diferencia entre acciones ocurridas con el coche autónomo ocupado o las acaecidas cuando ese mismo coche circula sin ocupante alguno.

De hecho, la recomendación de los expertos británicos era que el propietario solo fuera responsable de tener en vigor un seguro de accidentes, y que el usuario o usuarios se responsabilizaran también de abrocharse el cinturón de seguridad, pudiendo ser sancionados por no hacerlo o por no recordar al resto de pasajeros que lo hagan, como en el caso de los menores de edad.

placeholder Los taxis autónomos de Hyundai en Las Vegas han sido autorizados a prescindir del conductor supervisor.
Los taxis autónomos de Hyundai en Las Vegas han sido autorizados a prescindir del conductor supervisor.

Y la comisión de los tres parlamentos recomendaba también que la responsabilidad legal en caso de fallo o accidente recayese en la empresa que desarrolla el sistema de conducción autónoma, mientras que los fabricantes de automóviles deberán tener accesibles los datos que permitan analizar las causas y la responsabilidad tras cometerse una infracción o producirse un accidente. En ese sentido, los expertos proponían fuertes multas, e incluso responsabilidad penal, para aquellos que no revelen cómo funcionan o, llegado el caso, en qué fallaron sus sistemas.

Del mismo modo, los expertos británicos también solicitaban que la futura legislación delimitara con claridad si un coche es autónomo o no, al entender que la conducción autónoma no debe considerarse como una escala con varios grados de cumplimiento, sino de un modo mucho más sencillo: un vehículo es autónomo en todas las circunstancias, sin necesidad de un conductor a los mandos, o no lo es. Y por eso pedían que los fabricantes explicarán con mayor transparencia la diferencia entre la conducción autónoma y los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS, por sus siglas en inglés), de manera que ningún usuario crea que su vehículo es autónomo cuando, en realidad, no lo es; en lo que algunos interpretaron en su día como una posible alusión a Tesla.

La ley británica, a punto

Un año y medio después de conocerse las conclusiones de la comisión de los tres parlamentos, el propio rey Carlos ha confirmado que el Gobierno de Rishi Sunak presentará un proyecto de ley sobre los vehículos automatizados que, asumiendo una parte de las recomendaciones de los expertos, hará legalmente responsables de los accidentes de conducción autónoma a los fabricantes de los automóviles, y no a los propietarios; pues la nueva legislación otorgará poderes para sancionar a las empresas y garantizará la inmunidad judicial de los propietarios de un coche equipado con esta tecnología o de las personas que puedan ocuparlo, pudiendo llegar a iniciarse acciones penales contra las empresas que comercialicen vehículos autónomos si estos no cumplen los niveles de seguridad y se ven envueltos en casos graves.

Asimismo, y de acuerdo también con las recomendaciones parlamentarias, el proyecto de ley prohíbe la comercialización engañosa, de forma que solo puedan venderse como coches autónomos los que, en efecto, cumplan el grado de seguridad exigido.

placeholder Los desarrolladores británicos de tecnología autónoma creen que la ley garantiza su actividad.
Los desarrolladores británicos de tecnología autónoma creen que la ley garantiza su actividad.

Las reacciones al anuncio de la inminente ley han sido de respaldo en todos los casos, empezando por las aseguradoras del país, que necesitaban una normativa clara para fijar la responsabilidad por la conducción autónoma y garantizar la seguridad vial. Y también ha sido bien recibida por las compañías locales dedicadas al desarrollo de tecnologías de conducción automatizada, pues la ausencia de legislación sobre el tema podría haber retrasado las pruebas en Gran Bretaña, llegando a desviar a otros países europeos las inversiones destinadas a investigación que ya se habían anunciado.

Además, los expertos de la industria automovilística y de la conducción autónoma estiman que, al establecerse una responsabilidad legal en caso de infracciones o accidentes, estas nuevas tecnologías serán mejor aceptadas por los potenciales clientes y el coche autónomo recibirá un mayor respaldo. En todo caso, el proyecto de ley deberá establecer los procesos para investigar los incidentes que puedan producirse y optimizar el marco de seguridad, fijando el umbral mínimo exigido para que un automóvil pueda ser clasificado como autónomo.

Las tecnologías de conducción autónoma siguen dando pasos, involucrando a los principales grupos automovilísticos mundiales en busca de esos futuros vehículos capaces de circular sin intervención de un conductor, y minimizando, por tanto, el riesgo de accidente, ya que el factor humano está detrás de la mayoría de los siniestros de tráfico: consumo de bebidas alcohólicas y drogas, distracciones, velocidad inadecuada, escasa distancia de seguridad, somnolencia y fatiga, adelantamientos en zonas prohibidas... Pero lograr que un vehículo circule autónomamente dentro del tráfico, compartiendo espacio con automóviles de todo tipo y manejados por conductores de variada condición, no es precisamente sencillo. Se pone a veces como ejemplo el llamado piloto automático de la aviación comercial, pero es probable que en un vuelo de París a Nueva York ocurran menos cosas en torno al avión, de cara a su manejo autónomo, que alrededor de un coche que trate de dar, sin nadie al volante, una vuelta por las céntricas calles madrileñas de Gran Vía, Jacometrezo y San Bernardo en hora punta. Porque en esos 509 metros de recorrido se darán cientos o miles de circunstancias que el coche deberá analizar para tomar decisiones instantáneas.

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