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Electromovilidad en España: tras el frenazo del segundo trimestre, llegó el del tercero
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Solo hay 16.565 puntos de carga públicos

Electromovilidad en España: tras el frenazo del segundo trimestre, llegó el del tercero

El 2022 iba a ser un punto de inflexión para el despegue de la electromovilidad en España, pero el segundo trimestre encendió las alarmas al frenarse el avance del proceso. Y en el tercer trimestre, más de lo mismo: nos hundimos en la cola de Europa

Foto: Un Volkswagen ID.4 recarga su batería en una estación pública de Iberdrola. (Volkswagen)
Un Volkswagen ID.4 recarga su batería en una estación pública de Iberdrola. (Volkswagen)

Algo falla. O al menos eso se desprende del último barómetro sobre la electromovilidad en España, un informe que elabora trimestralmente la patronal de los fabricantes automóviles Anfac y que coincide con el realizado en la mayoría de los países europeos, lo que permite comparar la velocidad del proceso hacia el coche eléctrico en los diferentes mercados. Un estudio que se fija en las matriculaciones de vehículos enchufables (eléctricos BEV e híbridos enchufables PHEV) en relación al total de las ventas, pero también en la instalación de puntos de recarga públicos, y que en el caso español ha detectado otros tres meses prácticamente perdidos: en el tercer trimestre del año, el indicador de electromovilidad en España apenas crece 0,4 puntos, lo que nos refuerza en las últimas posiciones del continente.

Porque, por ejemplo, a 30 de septiembre en España había 16.565 puntos de recarga públicos, tras un aumento de solo 793 nuevos puntos en julio, agosto y septiembre. El dato adquiere una relevancia especial si pensamos que para finales de 2022 los más optimistas estimaban que podría haber 100.000 puntos de acceso público en nuestro país, toda vez que para el segundo semestre muchos anunciaban una verdadera revolución en la infraestructura, una instalación masiva de puntos de carga en calles, carreteras, aparcamientos y estaciones de servicio que no se ha producido. O, al menos, que no se ha producido en la primera mitad de ese 'decisivo' segundo semestre.

Y según Anfac, que lleva repitiendo este mensaje desde hace tiempo, al ritmo actual España no alcanzará los objetivos marcados en materia de mercado de electrificados y desarrollo de infraestructura de recarga de acceso público comprometidos con Europa.

placeholder La mayor parte de los puntos de carga instalados en el tercer trimestre son de baja potencia.
La mayor parte de los puntos de carga instalados en el tercer trimestre son de baja potencia.

Porque el desarrollo de la electromovilidad sigue avanzando en España, pero a un ritmo muy lento. Al final del tercer trimestre del año, y tras ese perezoso crecimiento de 0,4 puntos, el indicador global de electromovilidad alcanza solo los 14,6 puntos, situándonos en las últimas posiciones del ranking europeo, solo por encima de Hungría y República Checa, y cada vez más lejos del ritmo que marca el conjunto de Europa, que con un crecimiento de 1,1 puntos alcanza ya una valoración media de 30,3 sobre los 100 puntos que marcan el ideal a conseguir. Y por comparar con países concretos, en ese mismo tercer trimestre del año el índice de Alemania creció 1,3 puntos y el de Francia, 1,7 puntos. Es decir, están más arriba y evolucionan más deprisa, de modo que empezamos a perder la estela de los mercados con los que deberíamos compararnos.

En cuanto al indicador nacional, la mayoría de las comunidades autónomas registran un incremento, destacando los notables progresos de Extremadura (1,6 puntos de aumento), Aragón (1,5 puntos) y Castilla-La Mancha (1,2 puntos), aunque el 'top 3' de las regiones sigue formado por Madrid, Navarra y Cataluña, que tienen la mayor valoración media.

Las matriculaciones, 'a pedales'

En el tercer trimestre de 2022, el indicador de penetración del vehículo electrificado logra una valoración media de 23 puntos, que representa un escaso crecimiento de 3 décimas y refleja una evolución muy inferior a la del trimestre anterior, cuando se logró un aumento de un punto. Con esa puntuación, España se mantiene en las últimas posiciones del ranking continental, y la media europea logra aumentar un punto hasta situarse en los 48,4 puntos.

En concreto, durante los tres primeros trimestres del año en España se han matriculado 55.472 turismos enchufables (BEV y PHEV), y esa cifra supone solo el 46,2% del objetivo de las 120.000 unidades con que se quería cerrar el 2022 para cumplir los objetivos de reducción de emisiones exigidos. De hecho, para lograr ese hito se tendrían que haber registrado unas 90.000 unidades electrificadas hasta el 30 de septiembre.

Por autonomías, Madrid continúa a la cabeza del ranking con una valoración de 38 puntos, aunque con un crecimiento de apenas una décima. Y no se observan grandes cambios a nivel regional, destacando únicamente la mejora de 2,1 puntos en Aragón, de 1,2 puntos en Extremadura y de 1 punto en Asturias.

La infraestructura no despega

El desarrollo de la red de recarga de acceso público mantiene el ritmo de los últimos trimestres, con un progreso muy lento. Así, en el tercer trimestre el indicador de infraestructura de recarga alcanza una valoración de 6,2 puntos sobre 100, lo que supone otro raquítico crecimiento de 6 décimas. Mientras tanto, la media europea se sitúa ya en los 12,1 puntos sobre 100, con un aumento de 1,2 puntos en el último trimestre, el doble que la media nacional.

En proporción, el crecimiento en el indicador de infraestructura de recarga rápida (igual o superior a 50 kW) es mayor, pues crece 0,9 puntos y alcanza en total los 7,4 puntos sobre 100. Y aún así, todavía se encuentra por debajo del valor medio europeo, de 11,8 puntos. En cuanto al desglose por autonomías, destaca el crecimiento de 2 puntos de Extremadura, el de 1,7 puntos de Castilla-La Mancha y el de 1,5 puntos de La Rioja, unas mejoras que se vinculan básicamente al despliegue de estaciones de recarga públicas de alta velocidad.

placeholder El 89% de los puntos de carga rápida que hay en España responden a proyectos de marcas de automóviles.
El 89% de los puntos de carga rápida que hay en España responden a proyectos de marcas de automóviles.

Pero hablamos de un aumento de solo 793 puntos de carga públicos en España durante el tercer trimestre, evolución que se sitúa por debajo del aumento registrado en el ya desilusionante segundo trimestre. Con el total registrado al final del tercer trimestre, que es de 16.565 puntos, España quedará lejos de alcanzar el objetivo de 45.000 puntos de recarga previstos para este año y necesarios para cumplir con las exigencias de los objetivos europeos y marcados a nivel nacional por el PNIEC para 2030. Además, aunque los puntos de recarga de acceso público totales han aumentado, hay un número significativo de puntos que, por no funcionamiento o por no ser de acceso público, se han suprimido en la actualización del último informe de Anfac.

Cabe destacar, asimismo, que de los 793 nuevos puntos de recarga instalados, 418 corresponden a potencias de hasta 22 kW, lo que refuerza otro problema de la infraestructura española: continúa siendo mayoritariamente de carga lenta, pues ese tipo de puntos supone el 81% del total. Por su parte, en el tercer trimestre se han instalado un total de 307 nuevos puntos de recarga por encima de los 50 kW, asociados a la carga rápida, pero es importante destacar que el 89% de los puntos de recarga de acceso público de alta potencia existentes en España a 30 de septiembre responde a proyectos de fabricantes de automóviles.

Anfac pide más ayuda al Gobierno

Para José López-Tafall, director general de Anfac, "el progreso hacia la electromovilidad supone un gran reto para España y Europa, pero estamos avanzando a un ritmo muy lento. Una vez más, los datos registrados en este barómetro de electromovilidad no hacen más que reflejar el lento progreso en materia de infraestructura de recarga y de entrada de vehículos electrificados. El sector de la automoción está cumpliendo con su papel y la oferta comercial sigue en aumento con cerca de 230 modelos en el mercado; una amplia oferta que no se está viendo respondida con el mismo nivel de demanda. Esta transición hacia el vehículo electrificado ha de ser un ejercicio conjunto. No puede ser solo empujado por las marcas de automoción como está ocurriendo hasta la fecha. Somos fabricantes de coches, no de puntos de recarga".

Y López-Tafall añade: "El Gobierno ha apoyado en Europa el reciente aumento de exigencia de reducción de emisiones y la prohibición de la compra del vehículo de combustión para 2035, pero ese mismo nivel de exigencia se tiene que plasmar con el mismo nivel de medidas y compromisos desde el ámbito público para poder alcanzarlos. En este tercer trimestre ya podemos concluir que no se va a cumplir ni con el objetivo mínimo de mercado de turismos electrificados ni de infraestructura de recarga para este año. Es un claro aviso de la urgencia de implantar medidas de carácter fiscal, mejoras de los planes de ayuda y acelerar los trabajos para la instalación de puntos de recarga que necesita nuestro país".

Algo falla. O al menos eso se desprende del último barómetro sobre la electromovilidad en España, un informe que elabora trimestralmente la patronal de los fabricantes automóviles Anfac y que coincide con el realizado en la mayoría de los países europeos, lo que permite comparar la velocidad del proceso hacia el coche eléctrico en los diferentes mercados. Un estudio que se fija en las matriculaciones de vehículos enchufables (eléctricos BEV e híbridos enchufables PHEV) en relación al total de las ventas, pero también en la instalación de puntos de recarga públicos, y que en el caso español ha detectado otros tres meses prácticamente perdidos: en el tercer trimestre del año, el indicador de electromovilidad en España apenas crece 0,4 puntos, lo que nos refuerza en las últimas posiciones del continente.

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