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En Irán ya se venden legalmente riñones: ¿debería ser libre el comercio de órganos?
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¿Mercado legal?

En Irán ya se venden legalmente riñones: ¿debería ser libre el comercio de órganos?

Los argumentos a favor y en contra de poner precio a los órganos humanos llegan al corazón del debate sobre el capitalismo

Foto: ¿Deberíamos poder comerciar con nuestros órganos?
¿Deberíamos poder comerciar con nuestros órganos?
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Javier Milei ganó la presidencia argentina con la promesa de desmantelar el Estado, dinamitar el Banco Central de Argentina y cambiar el peso por el dólar. Todas son polémicas, pero ninguna tanto como su convicción de que debería existir un mercado legal de órganos humanos.

El factor "asco" le llevó a moderar sus opiniones a medida que se acercaban las elecciones, pero el comercio de órganos es una de las ideas libertarias más interesantes, y es vista con horror por los críticos, que la consideran la forma más pura de capitalismo distópico.

Hay dos razones de peso para permitir que la gente venda sus órganos, mientras que los argumentos en contra tienden a pasar por alto la cuestión básica de la economía: ¿cuál es la alternativa? No es de esperar que en la Bolsa de Chicago se comercie con futuros sobre los riñones, pero los argumentos a favor y en contra de poner precio a estos órganos llegan al meollo del debate sobre el capitalismo.

Foto: El presidente electo de Argentina, Javier Milei. (EFE/Juan Ignacio Roncoroni)

A favor: libertad

Soy dueño de mi cuerpo, así que, si quiero vender parte de él, es cosa mía. Tengo derecho a lesionarme o matarme -al menos en la mayoría de los países desarrollados- y tengo derecho a donar un riñón por razones altruistas. ¿Por qué no puedo vender un riñón?

Este es también el argumento político a favor del capitalismo, defendido por Friedrich Hayek y Milton Friedman: la dirección gubernamental de la economía aplasta la libertad individual, y la libertad política se hace imposible. La posición por defecto de los individualistas debería ser que un intercambio mutuamente acordado es justo, siempre que ambas partes estén debidamente informadas de las consecuencias.

A favor: funciona mejor

Celebramos las donaciones altruistas de riñones para salvar vidas, y muchos países utilizan tácticas de "empujón" para fomentar las donaciones de órganos después de la muerte, exigiendo la exclusión voluntaria en lugar de la inclusión voluntaria. Sin embargo, en Estados Unidos la lista de espera para un riñón es de tres a cinco años, y en el Reino Unido de dos a tres años, cuando lo ideal serían seis meses o menos. Muchos mueren mientras esperan.

El problema se entiende bien en economía: No hay correspondencia entre la oferta y la demanda porque la oferta está restringida al mantener artificialmente el precio a cero. Si sube el precio, la oferta aumentará. Esto es exactamente lo que ha ocurrido en el único mercado legal de riñones del mundo, en Irán, donde no hay lista de espera y los riñones se venden por unos 4.000 dólares.

Foto: El sol se pone por última vez en 2022 en Lahore, Pakistán. (EFE / Rahat Dar)

A favor: legalización y regulación

Aunque uno lo considere moralmente repulsivo, si asume que, de todos modos, va a existir un mercado negro de riñones, quizá sea mejor regularlo y hacerlo como es debido, un argumento similar al que se esgrime sobre los abortos clandestinos o la prohibición del alcohol. Como mínimo, las personas que pagan por un riñón deberían comprender los daños potenciales para su salud.

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El argumento en contra es que es inhumano extirpar un riñón por dinero. Más allá de lo desagradable, esto se divide en varios aspectos:

En contra: crea incentivos horribles

Si se pusiera precio a los riñones en el mercado libre, se fomentaría su robo a donantes involuntarios o desinformados, un delito especialmente desagradable.

En Estados Unidos existe un mercado libre de donaciones de cadáveres, pero nadie sostiene que se mate a la gente para que los asesinos puedan vender las partes del cuerpo, debido a las penas por asesinato.

Podría decirse que estos incentivos son peores en el mercado negro de riñones; un senador nigeriano ha sido encarcelado este año en el Reino Unido por intentar comprar un riñón a una víctima pobre, a la que prometió un precio equivalente a miles de dólares, mientras proporcionaba poca información sobre los efectos para la salud. Los incentivos también pueden ser desagradables en casos de donación, ya que los familiares están sometidos a una presión moral extrema para donar.

Foto: Foto: iStock.

En contra: abuso de poder

En un mercado libre, es casi seguro que se venderían riñones de pobres a ricos. Esto es aborrecible para muchos, un ejemplo de desigualdad social que invade el cuerpo.

Pero lo mismo ocurre con casi todo en la vida, incluida la salud. La esperanza de vida del 20% de los hombres más ricos de Estados Unidos es 12 años mayor que la del 20% más pobre, y los ricos pueden permitirse una mejor atención sanitaria. EEUU ha intentado mitigar un poco el problema a través de Medicare, y nada impide que esta institución también compre y distribuya riñones, de forma que el comercio sería entre pobres, a través del gobierno. El problema no es el comercio de riñones; es el hecho de que el gobierno no haya frenado el poder de los monopolios, impedido que los muy ricos compren a los políticos o ayudado a mejorar las perspectivas de los más pobres.

Foto: Foto: iStock.

En contra: socava el altruismo

El filósofo de Harvard Michael Sandel sostiene que los mercados corrompen el significado mismo de las cosas con las que se comercia. Creo que se equivoca en lo que respecta al capitalismo, ya que su argumento se basa en quejas sobre cosas que ni siquiera deberían regalarse, y mucho menos venderse. Pero en el caso especial del altruismo, sin duda es cierto que el altruismo inherente a renunciar a una parte del cuerpo se ve socavado por el pago.

En un artículo publicado el año pasado, dos universitarios iraníes corroboraron esa afirmación al constatar que la donación gratuita es mucho menos frecuente en su país que en otros lugares, aunque los familiares del receptor venden un riñón más barato que los desconocidos.

Aun así, se salvarían muchas vidas sustituyendo el altruismo por el pago, porque no se puede confiar en la benevolencia de los donantes para conseguir riñones, como tampoco se puede confiar en la benevolencia para conseguir que el carnicero, el cervecero o el panadero nos suministren la cena.

De vuelta a Argentina, Milei tendrá más temas de los que preocuparse más allá de los mercados de órganos humanos. Los demás deberíamos intentar que la idea no nos repugne y reflexionar seriamente sobre ella.

*Contenido con licencia de “The Wall Street Journal”

Javier Milei ganó la presidencia argentina con la promesa de desmantelar el Estado, dinamitar el Banco Central de Argentina y cambiar el peso por el dólar. Todas son polémicas, pero ninguna tanto como su convicción de que debería existir un mercado legal de órganos humanos.

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