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STC-Telefónica: una operación sorpresa que parece hecha a medida
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STC-Telefónica: una operación sorpresa que parece hecha a medida

Aunque 'a priori' sorprendente, la entrada de STC en el accionariado ofrece a Pallete solución a una serie de incertidumbres que rodeaban el rumbo de la operadora española

Foto: Logo de Telefónica. (Sergio Beleña)
Logo de Telefónica. (Sergio Beleña)
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La entrada de STC en el capital de Telefónica ha desatado una serie de lecturas positivas para la operadora española. Si no fuese porque todo el mundo asegura que no se enteró hasta el mismo día del anuncio formal, alguien podría decir que se trata de una operación hecha a medida de ambas partes.

Por un lado, se trata de un grupo con el que Telefónica mantiene relaciones estrechas desde hace, al menos, varios meses, y cuyo CEO, Olayan Alwetaid, comparte mesa con José María Álvarez-Pallete, presidente de la española, en el consejo de GSMA, la asociación de la industria más conocida por ser la organizadora del Mobile World Congress.

Por el otro, como observan en Bankinter, con el 9,9% que STC aspira a controlar, se "refuerza el objetivo de Telefónica de contar con una base de accionistas estables de largo plazo" y, aparentemente, se limita cualquier riesgo de opa que condujera a un cambio de control indeseado. Y todo ello con unos umbrales de participación que, aparentemente, deberían ser asumibles para el Gobierno, ante la promesa del grupo saudí de no lanzarse a por el control de la operadora.

A esto se añade que la firma saudí ha hecho su entrada en la operadora española con un mensaje de confianza en el equipo gestor de Telefónica, aportando una dosis de estabilidad a Álvarez-Pallete y su equipo que nunca está de sobra, y menos ante las inevitables tensiones accionariales que puede haber azuzado la desalentadora evolución de la acción en los últimos años.

Estas lecturas positivas del acuerdo no han pasado desapercibidas para los inversores, que este miércoles han premiado a Telefónica con unas ganancias que han llegado a superar el 3,5%, aunque posteriormente se han desinflado hasta el 0,27%, en una jornada marcada por la debilidad general en las bolsas.

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Pese a las dudas que aún rodean el movimiento de STC, algunos expertos lo han interpretado como una muestra de confianza en el potencial de negocio de la operadora española, que no estaría suficientemente valorado por el mercado. Así, firmas como Bankinter o Renta 4 estiman que las compras de STC, que se calculan en torno a los 3,69 euros, podrían establecer un suelo a corto plazo para la cotización de Telefónica.

Al fin y al cabo, como observan en Morgan Stanley, para el grupo saudí, el éxito de la operación dependerá principalmente "del rendimiento operativo de Telefónica y, eventualmente, de la acción", dado que el impacto en términos de flujos de caja sería más bien marginal.

Es cierto que, en los últimos años, Telefónica ha defraudado persistentemente toda expectativa de remontada, golpeado por las inclemencias de un negocio que ha visto ajadas con intensidad sus rentabilidades. Y que este año, su relato de inversión ha quedado severamente afectado por la pérdida de un importante cliente mayorista en Alemania, que ha traído aparejada una oleada de recortes de recomendación sobre el valor.

STC podría estar apostando por la posibilidad de una regulación menos severa en Europa

Pero también es cierto que algunas firmas empiezan a apreciar pequeños brotes verdes que podrían justificar la apuesta de STC, así como la anunciada previamente por Emirates Telecommunications en Vodafone. "Creemos que el sector está mostrando cierto poder de fijación de precios por primera vez en años, impulsado por presiones inflacionarias, tasas de interés más altas y racionalidad competitiva, y está viendo algunos indicadores adelantados de que la intensidad actual del gasto de capital de alrededor del 18-19% de las ventas, impulsado por inversiones únicas en fibra, puede comenzar a disminuir en los próximos años hasta un 14-15%, como ya lo han previsto Orange, Telefónica, Telia o Telenor", observan en UBS.

Algo que se produce, además, en un contexto de bajas valoraciones de Telefónica y sus competidores (el grupo español cotiza a un PER de apenas 10,5 veces los beneficios estimados para 2024, frente a las 14 veces a las que cotiza el grupo saudí). "Con un rendimiento medio de los flujos de caja libre cercano al 10%, que cubren una rentabilidad media aproximada del dividendo del 5%, las valoraciones del sector no parecen exigentes y, si bien el apalancamiento puede ser un problema para algunas empresas, un retorno al crecimiento junto con más confianza en una contracción sostenible de la relación entre capex y ventas y en la racionalidad regulatoria puede generar más interés en la industria por parte de los generalistas", añaden en el banco suizo.

Precisamente, en el comentario de los analistas de UBS se encuentra la que puede ser una de las claves fundamentales para el resultado de la apuesta de STC: los próximos pasos de la regulación.

"Pensamos que STC quiere exponerse directamente a las telecomunicaciones europeas, cuyos múltiplos comerciales están ahora deprimidos debido a su regulación hostil, y aspira a cosechar los beneficios de la implementación de un marco más benigno", observa José Ramón Ocina, analista de Mirabaud Securities. En su opinión, el marco regulatorio europeo para las operadoras de telecomunicaciones "se ha convertido en una pesadilla que pone en peligro la sostenibilidad financiera del sector y el regulador no es, o parece ser, consciente de ello", pero el grupo saudí estaría apostando por un viraje regulatorio, "una vez que ha quedado claro que la regulación actual ha agotado por completo a los actores nacionales".

Foto: Logo de Telefónica. (Reuters/Nacho Doce)

En este sentido, todas las miradas están puestas en lo que decida Bruselas sobre la fusión planteada entre Orange España y MásMóvil, una operación que tiene una relevancia directa para Telefónica, por afectar al que es su principal mercado, pero que también tiene una importancia crítica para el sector como señal de la disposición de los reguladores a adoptar una postura más propicia hacia una eventual concentración, que aplaque la fiera competencia que ha tenido lugar en los últimos años. Con esas perspectivas, el anuncio este martes de que la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, deja su cargo hasta que se resuelva su candidatura al BEI ha sido entendido como una oportunidad, ya que algunos analistas creen que sin ella sería más fácil que la fusión española salga adelante con unas condiciones no demasiado severas.

"Creemos que la escala, impulsada por fusiones y adquisiciones, es la forma más sencilla de asegurar una inversión sólida en redes seguras, y la decisión de España puede ser una prueba de cualquier posible cambio en la postura de la CE tras el papel vital que desempeñaron las telecomunicaciones durante los recientes confinamientos", observan en UBS, donde entienden que es aquí más que en la inversión de STC donde Telefónica y el resto del sector en Europa se juegan sus opciones de recuperar el pulso en bolsa.

La entrada de STC en el capital de Telefónica ha desatado una serie de lecturas positivas para la operadora española. Si no fuese porque todo el mundo asegura que no se enteró hasta el mismo día del anuncio formal, alguien podría decir que se trata de una operación hecha a medida de ambas partes.

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